Al parecer mi padre guarda silencio, yo lo imito, incluso me volteo para subir los escalones en dos en dos avanzando hasta mi habitación donde al cerrar la puerta noto como mis piernas me flaquean y mi cabeza me duele demasiado.
Llamo a Hayan para contarle lo sucedido, inquieta le pregunto por Brandon. Se hace un silencio y mi corazón está galopando demasiado rápido notando un peso muy grande sobre mis hombros. Necesito hablar con él y poder aclarar este mal entendido, quedo con mi amigo en vernos en cinco minutos, de hecho él me dice que aún está fuera preocupado por mí.
Sin pensarlo, salgo corriendo hacia la salida en busca de Hayan, donde nos subimos en un taxi para ir hasta el apartamento.
Al bajarnos del taxi, Hayan paga mientras yo desesperada busco a Brandon porque necesito hablar con él.
Toco la puerta varias veces, Brandon sale a recibirme y por su manera de saludarme tan tirante puedo adivinar que aún sigue enfadado.
Entro en el apartamento con pasos cortos mirando la espalda de Brandon y como ha puesto distancia entre nosotros.
— Brandon, necesito hablar contigo. — Alzo mi voz porque sin mis aparatos no escucho demasíado bien.
— ¡No grites! ¿A qué has venido? Vete, ya es suficiente Marlene. ¿Qué te he hecho para que acabes liándote con ese imbécil?— Esa expresión de calidez ha cambiado y sus palabras son altas, fuertes e hirientes.
— Escúchame Brandon, quiero hablar contigo, debes de creerme, yo no me he acostado con Liam. Es que me caí en la piscina y él me quitó mi ropa mojada. — Me quedo atenta mirando la dureza que hay en sus ojos.
— Créeme mi amor. Te digo que todo ha sido un mal entendido.
— ¿Qué hacía Liam con tu foto? ¿Porqué te ha llevado hasta su habitación si en verdad te sentías mal te hubiera dejado en el sofá o simplemente me hubiera buscado?
— Y... ¿Porqué tú me dejaste sola? — Grito más sintiendo mis lágrimas asomarse.
— Marlene deja de justificarte. Te quiero, pero hay cosas en ti que me molestan.
— Y a mí de ti. Como verte besándote con otra. Ni siquiera quieres escucharme, me da la sensación que no me crees y vas corriendo buscando los besos de otra en vez de aclarar las cosas conmigo. No he tenido nada que ver con Liam.
— Busqué a Ginna por qué estaba muy mal después de haberme enterado que mi novia anda subiendo fotos suyas a las redes sociales, y te veo en la cama de otro desnuda. ¿Qué quieres que piense Marlene? Responde.
Ginna solo me estaba consolando.
— ¿Esa es tu explicación Brandon? ¿Así es como quieres que resolvamos nuestros problemas?
— Quiero creerte Marlene, pero estoy muy confundido en estos momentos.
— Si estás confundido es porque no crees en lo nuestro y no terminas de verme tal y como soy. A la nada sales corriendo buscando consuelo porque te nace hacerlo Brandon, !no me tomes por estúpida!
— ¡Deja de alzar la voz!
— No tengo mis aparatos, se me mojaron cuando caí en la piscina y por eso me duele cabeza y me siento tan frágil y tú no me apoyas estás pensando lo peor de mí.
— Marlene... — Ahora sus ojos azules son más claros, sus labios permanecen cerrados y yo siento que mi corazón está a punto de romperse en mil pedazos.
—Es mejor que te vayas porque necesito un tiempo para procesar todo esto—No le resisto más y me marcho hacia la puerta cuando estoy a apunto de abrir la puerta Brandon me voltea y me besa desesperadamente.
Siento como se apodera de mi boca agarrándome por el cuello para acercarme hasta su cuerpo. Pero no. No estoy dispuesta a bajar la guardia y acabo dándole una cachetada por idiota. No voy a permitir que siga tratando de hacer las cosas a su manera.
Su mirada ahora es de fuego, yo trata de calmarme pero es mayor el resentimiento que le tengo que mejor no digo nada para marcharme cuando antes.
Su mano agarra mi muñeca con firmeza dejándome claro que sí me quiere, pero en estos momentos no sé qué debo de hacer.
Me siento insegura, cuando en realidad debo de bajar la guardia y abrazarlo porque es lo que más deseo hacer en este momento. Sentir que le importo, sentir que en verdad él está defendiendo me y que nuestro amor está por encima de cualquier cosa.
Pero hasta cuándo alzo la voz le molesta cuando ya le he dicho que no tengo mis aparatos.
Lo amo, mi corazón se empeñece y mi alma está divida en dos.
Lo amo, pero mi orgullo me impide seguir adelante.
Sin embargo, su insistencia por abrazarme hace que baje la guardia.
Al apoyar mi mejilla en su pecho llegó alcanzar a escuchar sus latidos, su mirada es de arrepentimiento y de sus labios puedo leer la palabra: «perdóname».
Como dicen por ahí que una mirada vale más que una palabra y yo acabo rendida de nuevo al encanto de mi rubio.
De repente aparece Hayan con una cara de enfado, me pregunto a misma que le ha pasado.
Dispuesta para ir hablar con él pero es Brandon quién me detiene diciéndome que es mejor que lo deje solo y me comienza a preguntar.
— Cosita, ¿te quedas ? —Quiero quedarme pero tengo que volver porque no tener más problemas con mi padre.
—Amor, me gustaría quedarme pero las cosas ya están complicadas con mi padre por lo que no prefiero meterme en más problemas con él—Me da una sonrisa y me acompaña hacia la puerta luego me despido de él diciéndole que esta noche lo llamo.
Comienzo a caminar hasta la casa de mí padre, nada más entrar no veo nadie en el salón. Cuando de repente aparece Berenice con una dulce sonrisa diciéndome que hay comida hecha en la microondas y se marcha antes de darme un beso en mi frente, acto seguido desaparece.
La verdad que no tengo mucha hambre, por lo que me voy directa a la habitación.
Entro en la habitación y me quedo pensando en todo lo que me ha sucedido con Brandon, estoy algo triste pero al mismo tiempo feliz por estar junto al chico que me tiene loca.
Sonrío rozando mis labios aún con su sabor. Sí, soy feliz de tenerlo a mi lado aunque a veces se pase de idiota.
Pero es mi idiota.
Busco en el clóset algo cómodo que ponerme, voy abrir el cajón de la cómoda para sacar mi ropa interior cuando veo el sobre marrón que vi hacia días.
Con cuidado lo abro, y como ya suponía no entiendo mucho.
Me llega un mensaje de Hayan diciéndome que está con Brandon y que están comiendo pizza. Me pregunta si todo está bien entre nosotros a lo que le respondo que sí.
Pero ahora necesito su ayuda y haciéndole una foto al papel se lo mando para que me diga que es exactamente lo que pone.
En unos minutos me responde diciéndome que es una acta de matrimonio, después de haberla traducida.
Miro con curiosidad la fecha de cuando supuestamente mi padre se casó.
Espera un minuto, mierda.
¡No me lo puedo creer!
Según esta fecha hay algo que no me cuadra, comienzo a pensar antes de sacar mis propias conclusiones, pero para ello necesito hablar con mi padre sobre este asunto, estoy segura que hay una explicación.