Sin prejuicios

Capítulo 22


Ha pasado una semana, justo ahora mismo me encuentro con mi tía caminando por los enormes pasillos del aeropuerto tirando de la maleta hasta donde hacen el control, sin explicación alguna me dicen que no puedo salir del país y atónita me hago a un lado para que la gente siga pasando.

Confundida veo a mi tía quien les explica que es mi tutora legal y que puedo irme con ella, les muestra un certificado supongo donde está escrito perfectamente que es mi tutora pero insisten en que no puedo salir del país.
En verdad no entiendo qué está ocurriendo, mientras tanto observo a mi tía cómo se pone cada vez más nerviosa llegando a pensar que tal vez no le creen porque quizás piensen que el certificado es falsificado. 
Tan solo ver las expresiones de los guardias me hace de dudar más con la pesadumbre de tener que quedarme aquí con mi padre.

Mi tía desepcionada se gira y me toma de la mano.

-Cariño, debes quedarte aquí, -Yo la miro atónita.

-Te prometo que haré todo lo posible para regreses ¡vale! -Me muerdo el labio mirándola a ella y a todos, ella viendo mi expresión me da unas cuantas palmadas.

-Mientras tanto disfruta de Miami un poco más, yo intentaré hablar con un juez o hacer algo, pero aquí no te vas a quedar. -Niego con la cabeza.

-¡Ey mi niña!, no te pongas así, por ahora tengo que irme sin tí, sin embargo, vamos a estar en contacto te lo prometo- después me da un beso en la frente y a continuación la veo marcharse dejándome sola, con las inmensas ganas de llorar me salgo del aeropuerto y decido quedar con Liam, ojalá y sea buena idea.

Antes de salir del aeropuerto hago un último intento por irme con mi tía.
Hablo con la policía para que al menos me expliquen por qué no puedo volver a mi país.
Según me cuenta el policía, todo se debe a una denuncia interpuesta por mí padre en contra de mi tía. 
Resumiendo, sí o sí debo de quedarme en Miami y seguir viviendo con mi padre. 
Quizás deba de darme por vencida y dejar que todo vaya fluyendo por sí solo.
Por otro lado, no me encuentro todavía preparada para mirar a la cara a mi padre aún sabiendo el daño que me ha hecho.

La policía me hace esperar hasta la llegada de mi padre. 
Él, habla con la policía y una vez todo listo nos marchamos de nuevo a casa.
Sólo estamos él y yo en el auto donde un silencio glaciar nos rodea, nos miramos a rabillo de ojo pero ninguno de los dos ha abierto la boca.

- Hija, perdóname por tener que tomar estás medidas. Ya sabes que no me llevo bien con tú tía, además estoy al corriente de cómo te ha tratado durante el tiempo que has vivido con ella. 
Cómo comprenderás no puedo dejarte ir con ella. - Rabia, enojo y ganas de responder a mi padre hacen que empiece a alzar la voz haciendo que pare el auto.

- ¡Eres un egoísta Willian!, no quieres que me vaya con mi tía porque según te han informado "otros" me trata mal, pero nunca te pusiste en contacto conmigo. Jamás me dijiste la verdad de lo que estaba sucediendo en tu vida. Tenía derecho a saber que mi padre estaba en la cárcel, estabas en la obligación de decirme que mientras mi madre luchaba por su vida tú te casaste con otra. 
No Willian, mi tía no me trató mal, fuiste tú quien me alejó de tu vida, fuiste tú quien me abandonó y encima ahora quieres hacer el papel de padre protector pagando a mi novio para que se separe de mí. ¿Qué clase de padre eres?

- ¡Basta! ¡No te permito que me hables de ese modo! Todo lo que hago es por tú bien, para protegerte de hombres como Brandon que solo te están utilizando.
¿Acaso has pensando porqué vino contigo a Miami?

- Brandon me ama. - Hablo sintiendo llenarse mis ojos de lágrimas.

- Brandon solo se acercó a tí por lástima. Recuerda que eres una discapacitada, recuerda que no puedes hacer las mismas cosas que una chica normal.
Tú no eres la chica que lo ha enamorado.

- Sì, lo soy. Él mismo me dijo que me amaba. - Roto está mi corazón y mi fuerza debe de convertirse ahora más que nunca en coraje.

- Entonces explicame porque se ha vuelto a España con Ginna.
¿Porqué todo el tiempo que estuvo aquí se la pasaba con Ginna? 
Porque no te quería, admite de una vez lo que hay Marlene y deja de ver cosas donde nos las hay. - Me callo de golpe sin saber exactamente qué contestar.

Sólo puedo bajar mi cabeza uniendo mis dedos en mi regazo luchando contra mí misma para no dar lástima a nadie.
«Debo de ser fuerte» Me repito a mí misma parpadeando repetidas veces ahuyentando mi sufrimiento. 
Por desgracia no puedo hacerlo. Una gota tras otra salen de mis ojos para mojar mis dedos, donde por dentro me siento totalmente hundida, donde imaginaba estar navegando en un mar lleno de ilusiones donde el amor que siento por Brandon era mi timón y él era mi ancla.
Mi padre me abraza, aunque no muevo un músculo pienso en lo patética que soy.
¿Cómo iba Brandon a fijarse en mí? 
Me seco mis lágrimas. Me pongo a la defensiva, aunque sea mi padre no ha debido de hacerme daño.

- Gracias papá por tu consejo, te agradezco tu apoyo. Y tranquilo, de ahora en adelante seré más precavida a la hora de enamorarme. Dedicaré mi tiempo en estudiar. - Hablo con sequedad mostrándome fría. 
Dando a entender a mi padre que ya no soy una niña pequeña a la que deben de proteger para que no me caiga.
Ahora sé que no puedo confiar en nadie, solo me tengo a mi misma y a las pocas personas que en verdad han demostrado quererme.

Mi padre sonríe, yo esbozo una sonrisa fría y sin sentimientos porque en estos momentos todo mi cuerpo está frío.
Mi corazón destrozado en pequeños trozos muy difícil de poder pegar, mi alma llora por un chico del cual me enamoré, le di todo de mí para que acaben las cosas de este modo. 
Promesas incumplidas, sueños despejados y una pesadilla de la cual se ha cumplido su profecía.

Llegamos a un restaurante cerca de la playa. 
Mi padre me ha invitado a comer para después caminar por la playa.
Durante la comida hablamos de cosas del pasado, incluido mi madre.
No me agrada en absoluto que la mencione pero no quiero molestarme en discutir con él.
Asiento con mi cabeza siguiéndole la corriente para terminar la comida e irnos a pasear.
Hay bastante gente en la playa, mi padre habla y habla para yo poner mi mente en Brandon y mi corazón tocarlo con la palma de la mano y sentir como ya no late como antes.
De todos modos le mando un mensaje para saber cómo le va el vuelo.
Quiero agotar hasta la última gota de esperanza en que mi amor por Brandon no ha muerto. 
Veo que no tiene internet, mejor espero a que se conecte y lo llamo, necesito hablar con él y aunque estemos lejos que sea él quien me diga que todo es mentira y me ama.




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