Tuve que pasar toda la mañana encerrada en mi habitación sin que nadie me pregunte cómo me encuentro para darme cuenta que en verdad estoy atada con un cable invisible a las demás personas, jamás podré conseguir aquello que quiera sin tener que pedir permiso o sentir que soy diferente y hacer caso aunque me dañen los comentarios de aquellas personas que se denominan mi familia.
Cuando en cierto modo ellos deben ser mi apoyo, mi muleta y las personas que en verdad mi amen y luchen a mi lado consiguiendo alegrarme y ver que dentro de lo malo si una quiere puede proponérselo lo conseguiré.
En mi caso, me falta ese empuje, esas personas que me animen aquellas que en verdad me quieren y desean lo mejor para mí.
Cómo por ejemplo mi padre, y Brandon.
Los amo de distinta forma pero ellos han sabido lastimarme a su manera.
Y...¿Qué puedo hacer? ¿Cómo debo afrontar todo esto si yo misma me hundo con las injusticias?
Limpio mi rostro mojado cuando mi monitora me avisa de tener visita. Miro extrañada a la monitora mientras camino detrás de ella a la sala de visitas.
Al llegar a la sala, abro mis ojos al máximo de lo sorprendida que estoy al ver a los padres de Danna sentados uno enfrente del otro hablando mientras toman café.
Al verme, me saludan con cariño invitándome a tomar un zumo.
Tomo asiento algo incómoda ante su mirada tan fría.
La madre de Danna comienza hablando carraspeando su garganta, me quedo mirando mi vaso esperando una bronca. Pero no.
-— ¿Cómo estás Marlene? -— Su voz suena dulce y calmada.
-— Estoy bien señora. Gracias por preguntar. Y...¿Danna como está? No sé nada de ella.
-— Ella se encuentra bien, aunque nos sorprendió mucho lo de su embarazo, hemos hablado con ella y vamos ayudarle.
— Entonces...¡¿Danna sigue embarazada no perdió a su bebé!?
-—Me siento feliz por la noticia.
—- Gracias a ti no perdió a su bebé. Nada más nos llamaste, la directora del centro ya se puso en contacto con nosotros y pudimos intervenir para que no le hagan nada a mi hija. Pero esa señora, la tal Annie va pagar por lo que ha hecho.
-— Diríamos que su hijo es el responsable de todo y no quiere hacerse cargo y como son una familia muy conocida aquí en Miami no quieren escándalos.
—- De igual modo, ella no tuvo que hacer algo así. Mi hija y mi esposa van ha viajar a España hoy mismo, mientras yo me voy a quedar para asegurarme de que esa señora pague por sus acciones. -— El padre de Danna habla muy serio refiriéndose a Annie con odio.
— ¿Puedo ver a Danna? — Pregunto triste por saber que mi amiga se marcha.
-— Claro que sí. Ven con nosotros, te traeremos de vuelta. -— Todos nos levantamos de la mesa y después de haber pedido permiso para salir me voy con los padres de Danna hacia un hotel donde al pasar a la habitación abrazo a mi amiga con fuerza.
Las dos nos abrazos tan fuerte como podemos, aunque se sienta avergonzada por no haber hablado antes con sus padres por miedo, ahora mi amiga está feliz.
Gracias al apoyo de sus padres no ha perdido a su hijo y con su ayuda podrá darle un hogar y amor a su bebé.
Me da mucha pena de tener que despedirme de mi amiga, ella es todo lo que me queda para apoyarme en mi situación. Pero aún así, me siento muy feliz porque todo haya acabado muy bien por lo que nos despedimos haciéndole la promesa de seguir en contacto y cuidar de Hayan.
Le respondo que sí, Hayan es ante todo mi amigo y lo que más deseo es que pueda salir de ese lugar y le vayan bien las cosas.
Me despido con lágrimas en los ojos de mi amiga y su madre, ellas van a salir hoy mismo de viaje para España donde me esperarán para volvernos a reunir.
De nuevo en el centro, sola. Me hago con ovillo en la cama pensando en lo afortunada que es Danna de tener una familia que la apoya, unos padres que la quieren y defienden dejándole su espacio para que haga su vida.
Sus padres han estado haciendo lo posible para apoyar a su hija y que nada le falte, de hecho están felices con la noticia del embarazo.
Son una familia unida que se aman mucho.
Me alegro mucho que todo le salga bien a Danna, y aunque sea madre soltera estoy segura que sabrá apañárselas para darle todo a su bebé. Confío en ella y sé perfectamente que saldrá adelante siempre y cuando cuente con el apoyo incondicional de su familia, aquellos que están dispuestos ayudarte sin pedir nada a cambio y donde ella le va agradecer el que nunca le hayan dejado sola en los momentos más difíciles en su vida.
Los siguientes días, eran un poco tristes, echaba de menos a Danna, y aunque tengo amigas en el centro no eran como la amistad que tengo con Danna.
Hoy por la tarde la señorita Danson me ha avisado de que un policía quiere hacerme un interrogatorio.
Supuestamente vendrá mañana a primera hora. Me siento algo nerviosa, inquieta porque nunca antes me he visto en una situación igual, incluso siento hilos de inquietud por mí amigo, solo espero poder ayudarle para que salga libre.
En mitad de la tarde, Brittany, una de las monitoras me avisa de tener una visita.
Frunzo mi ceño pensando de quién puede tratarse, pero hasta que no llego a la sala de visitas no se despejan mis dudas.
Se trata de mi padre. No sé porqué ha venido a verme, si durante estos meses que llevo en el centro no ha venido ni una sola vez a visitarme.
— Marlene hija. — Me abraza con demasiado cariñoso para mí gusto.
—Hola padre. —Pronuncio desganada intentando quitármelo de encima para ir inmediatamente a sentarme en una silla y poner distancia.
Su presencia no me agrada en absoluto, de hecho me hace sentir incómoda y más con la manera tan..."especial y cariñosa" de hablarme. Incluso me ha traído ropa nueva y un teléfono nuevo.
No me molesto en mirar las cosas, simplemente voy al grano con él.
-— ¿Qué quieres de mi padre? -— Mi voz es tajante y seca.
-— Marlene mi amor, vengo a disculparme contigo por no haber podido venir antes, entiende que con la empresa mis viajes de negocios no tengo demasiado tiempo.
Pero eso no significa que no te extrañe. Te quiero tanto mi hija.