Sin Testigos De Amor

Nunca te olvide.

La noche pasó lenta, tuve pesadillas la verdad no dormí para nada bien, en cambio Dante si duerme como bebe, me levante y escuchaba gritos, no hice caso, me vestí y baje no había nadie, camine al jardín y pude ver que estaba Pamela llorando junto a las flores, seguro se peleó con Paul.
–¿Estás bien?.

–No debería importarte eso.

–Eres mi hermana, me importa lo que te pase aunque no lo creas.

–No le puedo dar un hijo a mi esposo, eso es lo que pasa, me odio a mi misma por eso.

–Lo siento, sé que es difícil, pero deberían ver a un doctor.

–Mira, no vengas aquí con tus aires de buena hermana, debes estar feliz porque así tú tienes la esperanza de que me deje.

–No soy mala como piensas, yo vengo en paz.

–Ahora vienes en paz, hace 4 años yo vine en paz y tú destruiste mi vida, sedujiste a mi prometido, te acostaste con él las veces que te dio la gana.

–Pamela no quiero pelear si, no tengo la mejor intención de hacerte daño.

–Con solo existir me haces daño, primero fue papá ahora mi esposo, sabes que tu siemens me has quitado a los hombres que he querido.

–Te repito que no quiero pelear.

–No sabes cuanto te odio. –Me descuidé y me lanzó una bofetada fuerte, no me esperaba eso, nunca nos hemos peleado a golpe, pero eso no se quedará así, reaccionó y le lance una igual, que me pegue es demasiado.

–No se te ocurra volver a ponerme la mano encima, será muy mi hermana mayor, pero no mi madre, así que mejor será que le baje a tus celos estúpidos, vine a ver a mi madre, nada más.

–Tú tienes la culpa de todo, te odio, siempre metiéndote en todo, no sabes como me hubiera encantado que no nacieras.

–Basta Pamela, deja de decir estupideces.

–Te odio. –Se me tiró encima, me defendía como podía, estaba loca, sé que está triste, pero igual me defendería, la empuje y le di 2 cachetadas, íbamos a seguir, pero justo llegaron ellos, Paul la agarro a ella y Dante me sostuvo a mí, si ellos no llegaban no me quería imaginar qué hubiera pasado.

–Ya basta, están locas. –Dice Paul claramente enojado.

–Su mamá se despertó muy mal. –Dice Dante abrazándome.

–Y ustedes como locas aquí peleando, las quiere ver a las dos, pero quietas, arréglense ese cabello, parecen locas así. –Paul estaba muy enojado, Pamela callada le hizo caso y se fueron, Dante me ayudó a mí.

–¿Qué pasó?.

–Ella empezó, te lo juro.

–Si, mi amor te creo, no lo dudes. –Como quisiera amarlo a él, siempre tan comprensivo, pero aunque lo quiero, no lo amo como él se lo merece.

–Sabes que eres sensacional.

–No, pero sé que tengo a una mujer preciosa, vamos tu madre te espera.

Nos fuimos y aunque estaba nerviosa, Dante estaba a mi lado como siempre, la verdad no puedo fallarle a él. Al llegar al cuarto de mama, no pude evitar llorar, aunque nunca nos llevamos bien ella me dio la vida, la quiero y no quiero que le pase nada malo, sé que nunca fue la mejor madre para mí, pero aun así muy en el fondo sé que me quiere.

–Hija, que bueno verte, ha pasado tanto tiempo.

–Si mama, 4 años.

–Ven acércate, las quiero a mis dos niñas a mi lado. –Pamela se sentó al otro lado para darme espacio, me senté y tomé mi mano.

–No quería irme sin despedirme de ti, sabes que nunca me perdonaré no haber sido una madre para ti.

–No digas eso mamá.

–Mi amor, por mi culpa ustedes nunca se llevaron bien, espere enfermarme para entenderlo, yo tuve la culpa de que tomaras malas decisiones, de que odiarás a tu hermana, nunca me perdonaré eso.

–Mamá ya no sigas, descansa sí.

–Perdoname, quiero escuchar que me perdonas. –Mi madre empezó a llorar, y yo igual, Pamela estaba tranquila, en el fondo sé que está sufriendo.

–Si mamá te perdona, pero no te esfuerces, descansa para que te pongas bien.

–No, yo ya no duraré más, estaba esperando tu llegada, ya te vi y ya me perdonaste, ahora si puedo partir en paz.

–Mami no digas eso.

–Pamela, quiero que cuides a tu hermana, y que estén juntas, que recuerden cuando eran niñas, que olviden el pasado que solo les hace daño. –Ella no decía nada, sé que le cuesta y que nunca me va a perdonar que me haya acostado con Paul, y con justa razón ni yo perdonaría eso.

–Está bien mamá, lo intentaré, pero hazle caso a Karina, descansa ya te pondrás bien.

Eso fue lo último que mamà escucho, justo ahí fue cuando sus ojos se cerraron, me estaba esperando a mi par despedirse, y sin más se fue, no fue la mejor madre, pero la amo, no dejábamos de llorar ninguna de las dos, Dante me abrazo y Paul hizo lo mismo con Pamela, por un momento deje de pensar en él, solo me sentía muy triste, el funeral de mama fue rápido, Pamela no quería que este mucho tiempo ahí así que todo lo hizo muy rápido, en esos días no cruce palabra con Paul, y fue lo mejor, ya que era lo último que quería en estos momentos.




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