Sin título

Ocho

Luna había salido mucho últimamente, tan brillante, tan redonda y generosa iluminando nuestro camino con su luz. Imponente mostrando su elegancia característica mientras buscaba con la mirada a ese que siempre pedía sus consejos.

Sonrió al verlo.

— Pensé que no volvería a verte, Autor.

El ya mencionado, salió de su escondite y se sentó finalmente al borde del abismo.

— Quería verte.- confesó—. Cuando vivía en esa asquerosa ciudad- señaló a lo lejos con dramatismo-, yo solía siempre verte con alegría y ahora que vivo por estos lares y tan cerca de ti, ¿cómo podría dejarte ir?

Sus palabras eran poco coherentes, hace mucho que no abría la boca o hablaba siquiera con alguien.

— Entiendo...- sonrió Luna.



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En el texto hay: escritos, desconocido, escritos de dolor

Editado: 21.09.2023

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