Durante toda la semana desde mi regreso no hable con nadie, vinieron varias personas a tocar mi puerta, pero ni siquiera hice por abrir, mi celular seguía muerto desde el día en que me fui del hotel así que tampoco había visto mensajes y llamadas. Todo en mi mundo se había ido por un tubo y yo me sentía tan mal como el reflejo en el espejo.
Casi no dormía y cuando lo hacía solo soñaba con Tae y todos los buenos momentos que habíamos pasado, lloraba siempre y mis ojeras habían aumentado a un tamaño bastante considerable, sin mencionar que parecía un muerto al ver que estas se ponían cada día más obscuras, pero no me importaba. Con respecto a la comida a penas y la llegue a tocar, me daba asco tan solo verla y el hecho de pensar que por comer tanto es que estaba tan gorda y eso es lo que en parte también pudo alejarlo a él de mí, el hecho de que no fuera tan perfecta como ella, la chica con la que lo había visto tan feliz, la hermosa, ¿Quién era yo en comparación a ella?, no era nada.
En cuestión a seguridad sobre mi persona, la verdad es que todo siempre había sido una ilusión que yo misma me encargue de forjar día con día desde que tengo memoria y, de hecho, nunca dejaba de sorprenderme cuando los demás decían que yo era fría, sin muchos sentimientos y que pasase lo que pasase nunca veían grandes expresiones en mi rostro, pero no era así. Siempre me había encargado de disimular todo lo que sentía, jamás había dejado que alguien me viera llorar en público, mucho menos llorar enfrente de alguien que me está lastimando; guardarme todo se había vuelto una práctica tan común que con el tiempo se me hizo costumbre, pero cuando todo eso me sobrepasaba y se me juntaban muchas cosas, el efecto colateral de mis acciones realmente podía llegar a destrozarme, pero estaba bien en tanto no molestara nadie. Pedir ayuda o consuelo cuando toco fondo nunca había sido una opción para mí.
Cuando el dolor se hacía tan grande hasta el punto en que el pecho me dolía y mi respiración se hacía agitada, cuando el llanto no cesaba y yo no podría controlarme y mucho menos calmarme, suelo hacerme bolita en un rincón de la habitación o del baño, empiezo a temblar y me siento tan mal que preferiría desaparecer en ese mismo momento, los llamaba episodios, no eran muy comunes, pero cuando me llegaba a pasar era porque ya había reprimido demasiadas cosas o la pena que sentía ya me estaba sobrepasando.
Pues, fue en uno de esos episodios donde fué que él me encontró, como mencione antes en esos episodios nunca soy consciente al cien por ciento de lo que pasa a mi alrededor y no es de gran importancia, siempre me suele pasar cuando estoy sola. Pero en ese momento no me percate de que alguien me había abrazado para calmar mi temblor, solo recuerdo sentir una calidez y una voz muy pero muy al fondo.
Cuando volví a ser consciente de mí misma y de mi entorno, me encontraba en la cama hecha bolita como siempre, me dolía todo el cuerpo y la cabeza estaba a nada de estallarme, vi un rostro muy cerca de mi cara, bastante borroso por lo mismo de los síntomas anteriores yo creo, pero esa voz era inconfundible.
- Estas viva, me diste un tremendo susto ayer ¿Quieres agua?
Asentí con la cabeza y tomé un sorbo del vaso que había puesto en mis manos
- ¿Qué haces aquí Hoseok, ¿cómo... cómo entraste?
- La llave bajo tu maceta de la entrada, crees que nadie sabe que la pones ahí, pero yo una vez te vi sacarla, Yangmi, yo y.... bueno y Tae también habíamos estado viniendo en la semana, no nos abrías, ni contestabas el teléfono así que empecé a preocuparme, pero jamás les mencioné a los demás sobre la existencia de esa llave, hasta que ayer decidí venir a ver si al menos estabas bien, cuando te encontré hecha bolita en el baño...sobre eso ¿Qué fue lo que pasó? Nunca te había visto así de mal, estabas temblando y me asusté tanto que pensé en llamar a un doctor, pero minutos después te calmaste y te quedaste dormida.
- Ah, si eso... a decir verdad no recuerdo nada, lamento que me hayas tenido que ver así, pero está bien, no es como que me pase muy seguido eso.
- ¿O sea que si te ha pasado antes?
-Si, pero no quisiera hablar de eso, como te dije, no es algo que me pase seguido así que no tienes porque preocuparte.
- ¿No tengo de que preocuparme? T/N parecías en medio de una especie de transe o algo así, sudabas frio, temblabas y no parabas de llorar.
-La verdad es que, solo me pasa cuando me reprimo las cosas- empecé a llorar de nuevo mientras le explicaba como era que llegaba hasta ese punto- Es que, lo vi Hoseok, vi a Tae caminando y siendo tan feliz con esa chica, la besaba y bueno, no pude con todo eso así que me fui, se que es una exageración tal vez, pero es que yo…- mi voz empezó a entrecortarse más- yo no quiero seguir sin él, ¿Por qué no puede solo quedarse conmigo? ¿Soy tan fea, tan desagradable? ¿Es que acaso no soy alguien que valga la pena?
La lagrimas de nuevo empezaron a brotar sin que yo pudiera frenarme, realmente esto me estaba carcomiendo por dentro y era tanto que había llegado al punto en que ya ni siquiera me importaba que Hobi me viera destrozada. Por su parte él solo se limitó a subir a la cama y abrazarme, me cubrió con sus brazos y me empezó a arrullar como si fuera una niña pequeña, no sé por qué, pero esta simple acción me hacia llorar más y al mismo tiempo sentir un poco de tranquilidad, tarareo una canción y yo volví a perderme en otro sueño:
Ésta vez estaba de regreso en mi recuerdo más feliz con Taehyung, las personas podrían llegar a creer que sería un día con un gran significado, como el día en que me pidió que fuéramos novios, o el día en que cumplimos nuestro primer año juntos. Pero la verdad es que no.