Sobre Manga y Rock ´n´ Roll

Capítulo Siete Danz Segunda Parte.

Danz Pov II

Las prácticas se tornaron intensas por eso no pude ver mucho a Sep. La extrañaba demasiado. Por otro lado, Guido con su incesante deseo de superarme, hizo que los entrenamientos fuesen aún más pesados, llegaba totalmente agotado a casa; pero no podía rendirme, no con él.

Se me hacía muy difícil no ver a Sep. Pensé en invitarla a ver el partido que tendríamos contra el equipo de Holison, era el momento y la excusa perfecta. Planeé llevarla después a uno de mis restaurantes favoritos, siempre he querido ir con ella.

Cuando llegué a casa después de la práctica, me tumbé sobre la cama, busqué el teléfono en mi bolsillo y llamé a Sep, era maravilloso tener su número.

—Mañana sábado tenemos un importante partido en contra de la escuela Holison, será en su gimnasio, ¿Quieres ir a verme, digo, quieres ir a ver el partido?

—Sí, me encantaría ir.

“¡Perfecto!” apreté la almohada que tenía al alcance.

—Grandioso, te conseguiré una entrada para el partido, en un buen lugar para que puedas estar cerca, ¿Sabes? Te he extrañado.

“Y no tienes idea de cuánto”

—También yo, ya no disfruto tanto estar sola —alucino con sus palabras, “No pienso dejarte sola nunca mi Sep”

—Me alegra haber roto eso y que me extrañes. Yo tampoco disfruto mucho de la soledad y ahora es más evidente cuando no estás tú.

“Tenerte cerca ha sido lo mejor que he vivido”

—Vas a hacer que me sonroje.

Pensé enkjfjdshgiudfhgdjg  sus mejillas enrojecidas y su preciosa timidez, mordí la almohada al imaginarla.

—¿Tú, sonrojada por mí? Si logro hacer eso no podría estar más feliz. Hay muchas cosas que quiero decirte; pero todo a su tiempo.

“Así es, buscaré el momento perfecto para decirte lo que siento y lo mucho que provocas en mí”

—¿Decirme qué?

—Calma, no comas ansias. Mañana Frank pasará por ti, no quiero que vayas sola a esa escuela.

“Espera Sep, solo espera por mí, encontraré el momento correcto, sólo no me rechaces por favor”

—El Señor Frank, ¿Seguro?

—Sí, debes estar lista a las seis pm.

—De acuerdo.

*

El día del juego y estaba más nervioso por Sep que por el partido. Frank iría por ella y me vería jugar, era como si estuviéramos saliendo. Sentía mi corazón acelerado por esos pensamientos, solo de imaginarla siendo mi novia, mi pierna no dejaba de moverse por la ansiedad y no dejaba de ver a la entrada.

“¿Por qué Frank se tarda tanto?”

El entrenador me distrajo por un momento dándome unos consejos. Volteé a checar la entrada y ahí estaba ella, de pie en la entrada, se veía tan hermosa con su cabello suelto y arreglado. Se veía tan linda que casi me arrepentía de haberla invitado, porque ahora todos la verían y en efecto Guido la veía boquiabierto. Alguien del equipo le preguntó a Guido quién era esa chica tan linda. “Oh mi Sep, siempre has sido un diamante oculto entre tu timidez y tus auriculares. Nadie antes había descubierto lo preciosa que eres y claro que no permitiré que nadie se me adelante, después de todo, viniste aquí por mí” No me quedé a escuchar la respuesta de Guido, fui directamente hacia ella. Esperaba que se dieran cuenta que estaba ahí para mí. Tomé su mano, se veía preciosa, noté que se aplicó un poco de maquillaje, resaltaba perfectamente su belleza natural.

Comenzó el partido. Pensé que Guido había madurado un poco, después de lo mucho que nos habíamos esforzado; pero seguía en su afán de no pasarme el balón, por su culpa estamos perdiendo por quince puntos, era una considerable desventaja, hice mi mejor esfuerzo, no deseaba que Sep me viera perder, no ese día.

El primer tiempo terminó y el entrenador nos mandó a los vestidores.

—¿Acaso estás loco muchacho? —preguntó el entrenador dirigiéndose a Guido— Te advertí que esa situación no debía ocurrir más, en los entrenamientos es una cosa. Pero estamos perdiendo en clasificatoria, así que ve ahí y demuéstrame que en verdad sabes jugar, tienes mucho potencial, no sé qué sucede contigo. Espero que todos estén enfocados. Vamos chicos hagan su mejor esfuerzo.

Todos los miembros del equipo lo veían decepcionados. El entrenador no lo cambió en el segundo tiempo porque nuestra banca no era muy buena, y Guido era bueno cuando no se portaba como un idiota; así que lo mandó con una muy dura advertencia.

Durante el resto del partido, hice todo mi esfuerzo por superar la ventaja; pero Guido seguía con su actitud despectiva hacia nuestro esfuerzo por ganar.

—No seas idiota, ¿Acaso quieres que Sep vea lo perdedor que eres? No sólo estás tú, también los demás se han esforzado mucho, hemos dado todo en cada entrenamiento y tú no quieres jugar en serio, ¿sólo porque no te agrado? ¿Crees que es justo para los demás? Ya crece niño —advertí y Guido vio hacia nuestros agotados compañeros y después en dirección a Sep, entonces en ese momento comenzó el verdadero partido, porque al parecer mis palabras entraron en esa cabeza dura, porque comenzó a jugar de verdad, conseguía fácilmente el balón y logramos no solo empatar sino ganar el partido.




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