IV Sorteo

—¿En serio dijiste eso? —Brenda no deja de reír.

—¡Me quiero morir!

—No es para tanto.

—¡Claro que lo es! Nunca debí unirme al equipo de gimnasia ¡Eres mi amiga! ¿Por qué no me detuviste?

—Lo intenté, pero estabas tan ilusionada que no habrías escuchado a nadie.

—Quiero llorar, pero eso sólo me humillaría más. Voy a encerrarme en mi casa y no saldré en un año.

—Tranquila, ya se le olvidará.

—No, Brenda. Estas cosas no se olvidan nunca.

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—Hola, soy Dick.

Su voz es perfecta, tal como siempre imaginé y me sonríe; una sonrisa deslumbrante hecha para doblegar hasta la voluntad más firme.

Estira su mano y en cuanto nuestros dedos se tocan, una corriente recorre mi cuerpo y llega hasta mi cerebro, haciéndome decir lo primero que viene a mi mente.

—Carbono.

Me sobresalto, como si me hubieran dado un latigazo. Estoy perdida.

—¿Te llamas Carbono? —sonríe con extrañeza y comienzo a caer en un abismo que se vuelve cada vez más oscuro.

—¡No, no! Carbono... es lo que viene después del... Boro... —siento que mi explicación sólo lo vuelve peor.

Y ellos siguen sin entender.

—Yo... estaba pensando en la tabla periódica...

La traición, la decepción... yo que amo la química y ella me hace esto.

—Seguramente tienes un examen. Ahora que estarás en el equipo tendrás que dedicar mucho tiempo a entrenar y no debes descuidar las demás asignaturas. Vamos, empezaremos de inmediato —dice Donna, llevándome a un lado.

******

—Debe creer que estoy loca o soy estúpida —me lamento, alejándome de los camarines para dejar la secundaria lo más rápido posible.

—Estúpida no creo, te sabes la tabla periódica de memoria.

—¡Ay, por qué a mí! —me cubro la cara con las manos, quiero desaparecer.

—¡Porque nunca miras por donde vas! —me riñe el chico nuevo y alcanzo a detenerme justo antes de chocar con él.

Asustada, me quedo viéndolo irse en un parpadeo. Parece que siempre está con prisa.

—Ese chico es raro —comenta Brenda.

—Va a terminar matándome si sigo chocando con él. Ojalá y lo hubiera hecho ahora.

—No digas esas cosas.

—Es lo que necesito ¡Ni siquiera pude decirle cómo me llamo! Dick sigue sin saber quién soy.

～🦇～

—Bien, estos son los temas para la exposición. Serán sorteados junto con las parejas que los abordarán —anuncia el maestro Crane.

Como serán parejas mixtas, pide que las mujeres pasemos a sacar un papel con el nombre de nuestro compañero.

Por orden alfabético me ubico después de Brenda. Ella toma su papel y la oigo maldecir. Tomo el mío y antes de abrirlo siquiera, ella me lo ha arrebatado e intercambiado por el suyo.

—¡Hey, eso no es justo! —le reclamo.

—Te lo compensaré luego —me guiña un ojo. Siempre se sale con la suya.

Estiro el papel y comprendo que lo ocurrido el día de ayer no fue suficiente. Definitivamente estoy salada. 

"Jason Todd"