⚠️ATENCIÓN⚠️
Antes de comenzar, este capítulo se encuentra en versión extendida en mi libro de escenas extras de la saga HDD. Encuentran el libro en mi perfil y en mi biblioteca Hijos de dioses, si quieren entender cómo llegamos a este punto se los recomiendo leer. Aquí seguiremos el hilo del final de ese especial.
A Z U L
🌟🌟🌟
No esperaba que pasara nada en el baile, aspiraba a experimentar un buen momento junto con Anker, pero lo que sucedió me tomó por sorpresa. Con las luces abajo nos dimos un besó, algo que estando consciente y ambos seguros de lo que estaba pasando fue diferente. Me gustó que me besara, no me dio miedo, vergüenza o rechazo sentirlo de esa manera.
—Feliz San Valentín lunática —susurro con la voz ronca contra mis labios.
—Feliz San Valentín bebé llorón —respondo con las luces encendiéndose y logrando verlo a los ojos, tenía el rostro teñido de carmín. El mío no debió quedarse atrás, sentía las mejillas arder, pero no podía ocultar el calor que brotaba en mi pecho.
—¿Te gustaría ir a tomar un poco de aire fresco? —preguntó el castaño soltando el agarre que tenía sobre mí, me sentí un poco aturdida por todo lo que estaba pasando, pero acepté ir con él porque necesito algo de aire. La noche es mi hábitat natural y el frío me vendría bien, además de que quiero ver a mis hermanas. Anker entrelazó sus dedos con los míos y nos guio entre los estudiantes que estaban comentando sobre el corte de energía.
Al salir del gimnasio nos alejamos un poco del ruido y escuchamos el sonido de nuestros pasos por el pasillo. El silencio se volvió algo incómodo y el agarre de nuestras manos me estaba poniendo aún más roja, me sentía extraña y a la vez contenta de estar viviendo esto con Anker. Encontrando la primera puerta de salida nos vamos al exterior, fuera hace un poco de frío, pero la noche se ve perfecta, hasta Selene nos acompaña en el cielo. La mano del príncipe suelta la mía y siento un vacío, él apoya ambas manos en la baranda de la rampa de la salida y agacha su cabeza.
—Gracias por hacer de esto algo tan especial y bonito —comentó apoyando mi mano sobre su hombro, este se tensa y levanta un poco su cabeza para verme. No podía comprender qué es lo que estaba pasando por su cabeza, se veía serio y pensé que mis palabras habían sido desacertadas. Hasta que el príncipe se abalanzó sobre mí, capturando mis mejillas entre sus manos, me besó de nuevo y por la sorpresa y al ser algo tan rápido no pude corresponderle. El calor que había en mi pecho se incrementó, mi corazón latía con mucha fuerza y me sentía muy avergonzada pero feliz.
—No te bese para hacer esta noche especial para ti, lo hice porque en verdad quería hacerlo Azul. Estuve tanto tiempo sobreviviendo a la tentación del amor que no me di cuenta de cuánto me gusta estar contigo, escuchar tu risa, verte sonreír y hasta me gusta cuando te enfadas. Sé que esto te pone en peligro, pero no podía ocultarlo más, me gustas mucho Azul y ya no puedo seguir ocultando esto. No volveré a dejar escapar una oportunidad de nuevo —aseguró el príncipe con las manos temblando sobre mis mejillas, sus ojos oscuros como la noche cambiaron a un tono gris idéntico a los del rey Hades. Apoye una de mis manos sobre la suya y a sabiendas de que esto puede dañarme le robe un pequeño beso.
Las estrellas podemos no comprender las emociones mortales, pero cuando visitamos la tierra por voluntad propia y experimentamos lo que son los sentimientos y el amor nos volvemos vulnerables. Un sentimiento tan destructivo como el amor nos puede matar, si a una estrella se le rompe el corazón esta no podrá brillar de nuevo y poco a poco irá perdiendo su brillo, hasta que muere. Amar a Anker podría hacerme experimentar una de las emociones humanas que más he deseado toda mi vida, pero también me arriesgo a que esté sentimiento pueda matarme, algo que en estos momentos me da igual y eso me aterra.
—Las emociones humanas me han abrumado desde el primer día, pero debo admitir que lo que siento por ti ha crecido desde ese momento y si me gustaría experimentar lo que se siente amar. Solo vayamos con calma, no quiero salir herida, bebé llorón —aclaró viéndolo a los ojos, Anker inclina mi cabeza para besar mi frente y nos abrazamos, me sentí nuevamente en casa y la sensación de vacío que venía experimentando desde que llegue se disipó.
—No voy a lastimarte Azul, espero que tú tampoco a mí —susurró contra mi frente el príncipe. Pero en mi interior no hizo falta que me dijera esas palabras, sabía que él no me haría daño y por mi parte jamás me perdonaría lastimarlo, me moriría de la pena.
—Dije que no sigas insistiendo —escuchamos una voz femenina y minutos después escondidos entre las sombras vimos a Calíope caminando fuera, siendo seguida por Blake que la tomó del brazo para que lo mirara.
—Solo te pido una razón, no lo entiendo —habla el pelinegro tomándola de los hombros para que esta lo mire a los ojos —Cuando creo que estamos bien tú te enfadas y me alejas, te doy tu espacio y te pones triste porque no te presto atención. No lo entiendo Calí, no te entiendo a ti, ¿qué quieres de mí? —expresa frustrado el muchacho soltando los hombros de la chica y llevando sus manos a su cabeza, alborotando su melena negra.
—Lo quiero todo, te quiero, pero no puedo lastimarte Blake. Sigo esperando el perdón de mis padres, cuando eso ocurra me llevaran de nuevo al tártaro y ellos elegirán a mi esposo. El plan inicial era quedarnos en la tierra, pero como les fallamos sé que van a buscar casarme con algún dios o su hijo para salir del tártaro. No quiero hacerte sufrir érebo —habló Calí mientras su voz se fue rompiendo poco a poco, sus manos se apoyaron a ambos lados en el rostro de Blake intentando acercar su rostro al suyo, pero él se alejó.
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hijos de dioses hades y persefone, hechiceros y semidioses, estrellas y mitologia griega
Editado: 15.03.2024