Nicolás pone la tarjeta para entrar, mira todo el bus para poder encontrar una silla y... mierda ya me vio, sonríe con una sonrisa de “me vale el mundo" que lo hace ver muy sexy y empieza a caminar en mi dirección, no soy bueno controlando mis emociones y para mayor desgracia mía hay una silla vacía a mi lado...
Se acerca, poco a poco, un paso, otro paso, se coge de un tubo para no caerse por el movimiento del bus, estoy temblando del miedo, estoy seguro que va a seguir insistiendo en la respuesta...
-¡Hola!-me dice con una alegría extraña-. No puedo dejar de pensar que esta es una muy buena coincidencia ¿No te parece Santiago?
-Ehhhh, si, si- logro decir intentando no pensar el tirarme por la ventana... No le quiero decir pero ese rostro tan armonioso me pide a gritos que se lo diga y no le diga mentiras, que puedo confiar en él-. Esto es una casualidad muy interesante, ¿Dónde vives?-logro decir con el estómago en la garganta por el miedo a que la conversación gire a ese tema...
-¿Para qué quieres saber dónde vivo? A lo mejor te das cuenta cuando me vaya a bajar…
-Pues sí, pero no me deja de pasar por la cabeza que me estás acosando...- le digo con mucha sinceridad en la voz.
Se ríe muy sonoramente con una sonrisa tan bella que deja ver unos dientes blancos como la nieve y totalmente perfectos- yo no acoso, solo que se dan casualidades de la vida supongo.
No puedo dejar de pensar que él tiene algún secreto, y lo quiero averiguar, pero sé que a lo mejor me desilusionaré si lo descubro... Es alguien muy guapo, tanto que no sé por qué me habla a mí, soy horrible y más con mis brackets que me dejan una sonrisa horrenda.
-Ahh, ya, casualidades... Y entonces ¿Cómo te ha ido en la carrera del colegio a la parada del autobús?- le digo quitándome un audífono para escucharlo mejor.
-Uff- me alcanza a decir mientras toma un poco de aire para recuperarse-. La verdad es que me quede hablando con un profesor cuando te fuiste corriendo- me voltea a mirar con cara de que fue evidente que huía de él-. Y cuando me di cuenta ya me pareció muy tarde y salí corriendo y encontré apenas el bus y pues... Me lleve la sorpresa más bonita cuando subí.
Quedo perplejo cuando me dice eso, ¿Será una indirecta? O ¿Sólo la alegría de poder estar hablando con alguien? O será que... No me puedo ilusionar, además apenas fue el primer día, no me puedo ilusionar con nada, porque literalmente no ha pasado nada.
-Ah claro, la sorpresa de encontrar una silla libre y poder irte temprano a tu casa.
-No exactamente- me dice dejándome con la duda y sonríe para sí mismo.
-Mmm ya, y entonces ¿Qué tal te ha parecido el colegio?
-Lo mejor, me han gustado las clases y también la tranquilidad de cómo está todo, y claro, también poder hablar contigo.
Basta, esto está raro, demasiado raro, pero puede tener explicación, en el descanso lo vi hablando con un grupo que son muy fastidiosos, a lo mejor le propusieron una apuesta, que hiciera lo que fuera para que yo le diga que soy gay, a más de uno del colegio no le parezco buena persona y me quieren molestar siempre...
-¿Y por qué te gusta hablar conmigo? No soy muy interesante que digamos...- le digo con cara inquisitiva y esperando que caiga en el anzuelo.
-No pues... ¿Qué te digo? Me pareció que tienes cara de ser muy amable, es muy bueno hablar contigo y pues... si- apenas termina de hablar desvía la mirada totalmente rojo, se nota.
-Ah... Ya, entonces... ¿Te gusta hablar conmigo?
-Ehhhh, ¡sí! Me gusta mucho hablar contigo, me siento mucho más... Tranquilo.
¡Oh por Dios! ¡Lo dijo! Esto se está poniendo cada vez más raro, no sé en qué pensar, puede que sea verdad, y que haya oportunidad... No lo sé.
El bus llega a un embotellamiento y Nicolás decide hablarme más, me cuenta de su vida, sobre dónde nació y por qué decidió cambiar este último año de colegio, al parecer no le gustaba el ambiente tan cerrado que se respiraba.
-No te lo niego, tenía muchos amigos, pero no me dejaba de agradar el colegio, llevaba 4 años allá y pues.. Decidí cambiar y por cómo van las cosas fue un cambio muy bueno.
-Eso es excelente, a mí nunca me gustaría estudiar en un ambiente como el que me dices... Así que tranquilo, en este lugar te sentirás mejor.
-¡Gracias!- me dice con una sonrisa muy bonita.
-De nada Nicolás, espero que te acomodes muy bien en el colegio- le digo con toda la diplomacia que puedo, no debo demostrar todo lo que estoy sintiendo...
-¿Por qué estás así?
-¿Así cómo?
-Todo cerrado y sin hablar normal- me dice, en verdad que a él no le importa decir lo que piensa.
-No, pues... normal supongo- desvío la mirada para que no se me note que me pongo como un tomate.
-¡Creo que estás un poco asustado por mí! ¿Te intimido?
-¿Qué? ¡No! No me intimidas para nada.
-¿Ah, no? ¿Estás seguro?
Se me empieza a acercar temerosamente a mi pierna y no sé qué hacer, estoy totalmente quieto, como una estatua, y él poco a poco se me acerca, siento como todo su cuerpo se acerca al mío, el calor de su cuerpo se siente a través del uniforme del colegio y yo sigo sin creer lo que está haciendo.