Ocupo el lugar sobre sus piernas y lo abrazo con fuerza, puesto que se encuentra feliz, pero las palabras de la jueza, luego de haber finalizado nuestra audiencia, lo mantienen pensativo.
—Eso deseo, pero ahora, debemos estar felices y quiero que me cuentes con lujo de detalles lo que hiciste —pide y cubro mi rostro, dado que fue una locura.
—Ya lo hice y no me avergüences Marcus —exijo.
De solo pensarlo, creo que si me hubiesen preguntado hace un par de años o inclusive hace una semana o esta mañana, lo que haría si me hallase en ese juzgado, a mi mente nunca habría llegado la imagen de lo que hoy sucedió. Lo di todo, lo hice por ellas, puesto que las amo como a nada en este mundo y no cabe duda de que realizaré cualquier esfuerzo sobrehumano solo para verlas sonreír.
—Eres maravillosa Gabe, no sabes lo mucho que me enorgulleces, te amo —Me acerco a su rostro y disfruto de la unión entre nuestros labios.
—No digas esas locuras —Me ruborizo, dado que aún no me acostumbro al hecho de que tendremos una relación que va más allá de recetarme muchos medicamentos.
—Te am... —Se detiene un momento para tomar su teléfono—, te amo —concluye antes de contestar la llamada.
Lo observo y su rostro denota incredulidad, no concibe lo que escucha y no tardo en llenarme de curiosidad, en gran medida cuando un par de lágrimas se dan a la tarea de humedecer sus mejillas.
—Gracias, no tardaremos, allí estaremos —asegura antes de finalizar la llamada—. Lo tienen —me abraza con fuerza—, Gabe, lo tienen —repite y no entiendo nada de lo que dice—. Cala tendrá un nuevo corazón...
(...)
—Todo va a mejorar, mi amor —repito llenando su rostro de besos, lo hago por culpa del miedo y de la fe, de la esperanza de que todo tengo un resultado positivo.
—Ya es hora —avisa Marcus con el fin de que la regrese a su cama y me despida.
Lo hago, no retraso más el momento que he esperado durante meses, mismo por el que todos hemos estado ansiosos. Observo a Nadine y a Leah darle un pequeño adiós a su hermanita, lo hacen si abandonar la esperanza de que regrese y lo haga fuerte.
Me acerco y las abrazo a ambas, mientras, Marcus nos rodea a las tres.
—Cuéntame todo, ¿si Gabe? —pide Nadine, dado que solicité estar presente en la cirugía y me lo permitieron, detrás de un cristal, pero estaré junto a ella.
—No lo dudes mi princesa —La abrazo entes de alejarme junto a Marcus.
Caminamos por el pasillo y los momentos más tensos de mi vida, regresan: la tristeza de mi diagnóstico y todas las intervenciones que me realizaron, vuelven junto a la incertidumbre que este lugar me genera.
Nos preparamos, nos situamos detrás del cristal y observamos como junto al equipo médico ingresa y la preparan: la anestesian y cuando se encuentran listos, proceden a realizar la incisión en su pecho. No me pierdo ni el más mínimo detalle de lo que sucede, no cuando toman su corazoncito y lo extraen para luego colocar su nuevo motor de vida, mismo que la mantendrá muchos años a nuestro lado.
Las horas transcurren con lentitud y cada segundo que pasa, me llena de muchos nervios, dado que deben unir todas sus arterias, venas y capilares, para lograr que cumpla su función.
Mis nervios disminuyen un poco cuando el cirujano, Luke, me observa con una enorme sonrisa que provoca que mis ojos escuezan, que se humedezcan por culpa de la emoción que me genera el gran paso que acabamos de dar, puesto que las horas más difíciles comienzan desde ya; el temido postoperatorio.
(...)
—Ya has pasado por esto, Gabe, sabes lo que implica —recuerda y asiento, nada más vuelvo a abrazarlo y a agradecerle.
—¿Podemos ir a verla? —averigua Nadine a lo que Luke agita su cabeza en señal de afirmación.
Me despido para acompañarla y ver una vez más a mi pequeña guerrera, que si su recuperación marcha de acuerdo a lo pronosticado, por fin abandonará el centro de salud e irá a casa con todas las personas que tanto la amamos.
Entramos a su habitación y el verla conectada a tantos aparatos me provoca malestar; no obstante, me encuentro feliz de que su corazón llegara, dado que no soportaría perderla, no sin hacer el último esfuerzo por mantenerla junto a nosotros.
—Es fuerte, como tú, mamá —Nos abrazamos, al tiempo en que sonreímos en medio de las lágrimas.
—Al igual que todas —La voz de Marcus nos sorprende, sus brazos vuelven a rodearnos, nos da el apoyo que en este preciso instante necesitamos.
Finalmente, todo este proceso valió la pena: luchar por ellas sin rendirnos, no haber desistido ante mi enfermedad y hacer lo que pocas tenemos el privilegio de lograr, puesto que tanto Cala, Nadine, Leah y yo, combatimos nuestros demonios y estamos Sobreviviendo A Sí Mismas...
///
Buenas buenas, beiezas, espero se encuentren bien y disculpen la demora.
Terminamos a Gabe y espero que la hayan disfrutado tanto como yo lo hice al escribirla, que soltaran un par de lagrimitas en cada momento difícil y se colocaran en el lugar de Gabriela y de todas aquella mujeres que han pasado por esta situación, también hombres, ya que aunque sea poco probable, ellos se enfrentan a esta enfermedad.
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Editado: 12.01.2024