Sobreviviendo con un corazón roto.

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Un domingo te fuiste y ahora ya no son iguales. Me dejaste con todo el amor en las manos, y ahora, dime ¿qué hago yo con este sentimiento que crece y crece? Tiene tu nombre y tu apellido; a nadie más le pertenece. Por las noches, entre sollozos, tu nombre se escapa de mis labios, mientras cierro los ojos recordando cómo se sentían tus besos. Creía que seríamos eternos, cada momento se volvía etéreo...Tu amor parecía etéreo, pero se desvaneció como un sueño.

Ahora solo me quedan nuestros recuerdos, solo me queda seguir desbordando este amor que te reclama como su dueño, mientras que el tuyo ya tiene uno nuevo.




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