Te escribo, pero no para que me leas; hace tiempo ya me resigné a ello.
Te escribo porque aún te recuerdo, porque las lágrimas ya no son suficientes para desahogarme y vaciar todo lo que llevo dentro.
Te escribo porque te extraño, pero es extraño, pues siento que extraño a un extraño.
Te escribo porque no encuentro las palabras adecuadas para liberar el peso que conlleva mi alma.Todo se resume en lo mismo: te escribo.