Sobreviviendo con un corazón roto.

55

Mi corazón, aunque roto, está aún sigue haciendo su sonar.
En pedazos de diferentes tamaños, sigue eligiendo amar.
Bienvenido sea el dolor, le gritó el corazón a la mente; mientras está solo, lo quería hacer callar, pues no paraba de recordar.
Bienvenido sea, otra vez le comentó, todo lo que me haga palpitar y lo que me rompa un poco más, solo si con eso consigo su alma poder admirar.
La mente, cansada, solo lo quería silenciar, pues el corazón, de forma ciega, solía amar; pero ella, que veía todo lo que los hacía sangrar, recordaba día a día cómo el amor que creyó eterno se encontraba con alguien más.
Era ella quien intentaba, de a poco, sanar, pero el corazón, aunque bueno, era testarudo y no podía acallar lo que sentía en verdad.
De la sangre perdida, del dolor recibido, brotarán rosas las cuales le podré brindar a mi amada, aunque no esté aquí más.
De mis partes rotas, un puzzle intentaré formar, por si decide volver; y así, por intentar armarme, se querrá quedar, porque mi amor es infalible.
Mente mía, prefiero sangrar y amar, llorar y gritar; prefiero romperme cada día un poco más con todo lo que siento, que morir sin poder estar con el alma a la que llegué a amar.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.