Soy jefa de proyecto en una empresa de publicidad, lo que significa que diseño, imprimo, aplicó, corto, empaco y entregó, en resumen: hago todo. Y para colmo de males me pagan poco, me exigen mucho y todo problema es mi culpa, pero si trato de enfrentar los problemas y buscar soluciones "pacíficas" estoy mal, porque el mundo siempre ha sido así, y yo una pequeña mortal, no merezco la posibilidad de mover los ejes de este engranaje desalmado.
Y la verdad amo mi trabajo, pero el ambiente laboral... los chismes, el maltrato. Me hacen desear salir de Latinoamérica pero ¡ya!
Y "tal vez" sea sólo impresión mía, pero después de tres ataques de ansiedad, puedo confesarme que me este trabajo me está enfermando.
Y lamentablemente debo admitir también que lo único que deseo es poder tener paz, ser feliz sin caras amargas a mi espalda, disfrutar mi vida sin los ecos del juicio ajeno en mis oídos.
Trabajar es necesario, pero prefiero renunciar que estar un segundo más aquí, en esta empresa corrupta hasta los cimientos. Y renunció y me voy orgullosa. Y se que sonará feo pero para que me maltraten tengo una familia que hace 5 años no veo, no necesito más.
Así que empieza el juego, buscar un empleo, y buscar y buscar y buscar... es como la aguja en el pajar, parece una pregunta filosófica, puede existir la aguja en aunque yo no tenga pruebas de su existencia, o debo ver la realidad irrefutable de su existencia para creer en ella.
Curiosamente, sin trabajo me siento más sola. Pues aunque manitos tengo, abrazarme a mi misma se siente muy frío y mi vida social estaba hábilmente disfrazada de trabajo.
Vinimos solos nos vamos solos y seremos felices según la cantidad de ceros en la cuenta bancaria!
Ja...