Sola en el Mundo

DOCE: Otra fiesta.

Danniel sale del baño, solo usa unos pantalones de mezclilla, su cabello mojado pegándose a su rostro. En cuento lo vi salir del baño dejé el teléfono de lado, no quería que viera los mensajes, sabía que intentaría buscar a Harry para golpearlo hasta el cansancio. No soy fan de la violencia, en lo más mínimo.

—¿Has visto la camiseta que estaba usando anoche? No la encuentro por ningún lado —dice Danniel, buscando con la mirada su camiseta.

—Mmm... No, creo que no —respondo buscando también, pero no recuerdo haberla visto—. ¿Ya revisaste en el armario?

—Sí, no está ahí —dice rascándose la cabeza, su ceño fruncido por la confusión.

—Qué extraño. Déjame te presto una de mis sudaderas.

—¿Te refieres a las sudaderas que eran mías pero que tú me robaste?

—Esas mismas, ahora póntela.

Le arrojo la sudadera roja de Mushu y él la atrapa antes de que se estrella contra su cara, riendo ante mi acto.

—Ya las extrañaba —dice viendo la sudadera con nostalgia.

—No seas dramático, igual nunca la usabas.

—Tienes razón, al fin la usaré.

Ruedo los ojos ante su dramatismo mientras él se pone la sudadera, por otro lado mi celular no deja de vibrar y sonar. ¿No se cansan de mandar tantos comentarios desagradables? Tomo mi celular y lo pongo en silencio, no tengo tiempo para tonterías de adolescentes hormonadas. Danniel nota mi acción y arruga las cejas, pero no pregunta nada. Salimos de la habitación hasta la cocina, él porque ayudará a Rick y yo porque me encanta conversar con ambos mientras cocinan.

Entramos a la cocina, pero no está Rick por ningún lado, solo hay una nota en el mesón de la cocina.

"Danniel, salí con la señora Christina a comprar algunas cosas para la fiesta de la señorita.
Encárgate del desayuno de Cara.

-Papá."

Al parecer eso de la fiesta sigue en pie, no estoy de ánimos, pero el lado bueno es que Sam y su madre vendrán, nunca pierden la oportunidad de venir a visitarnos. Danniel lee la nota para luego comenzar a cocinar el desayuno de ambos.

—¿Qué se te antoja? —pregunta, revisando en los gabinetes.

—¿Panqueques? —propongo.

—Mmm... Me parece bien. Panqueques serán.

Busca todos los ingredientes y comienza a cocinar, pongo música desde mi celular, me decido por poner Freeze You Out de Sia. Cantamos la canción mientras veo a Danniel moverse de aquí a allá, preparando nuestro delicioso desayuno. No hay nada como cantar canciones con tu mejor amigo mientras que él cocina solo porque tú eres totalmente inútil.

Nuestra relación es envidiable, lo sé.

En la pantalla de mi celular vuelve a aparecer una notificación, es un mensaje de los chicos de The Return Wrong, están activos hoy. Entro en la conversación, leyendo sus mensajes, son todos normales hasta que Gastón mandó una captura de la historia de Harry con un mensaje adjunto:

Gastón: ¿Y a este chico qué mosca le picó?

Jason: Yo también lo vi, no tengo idea de qué le sucede.

Dylan: @Cara, contexto.

Cara: Ayer fuimos a una fiesta juntos y me sentía mal y le pedí a mi mejor amigo que me buscara.

Gastón: En definitiva ese chico está loco, el alcohol le afecta.

Mike: Personalmente creo que está celoso.

Jason: Eso es obvio, pero no justifica que haya dejado a Cara como una mala persona.

Los chicos comenzaron a debatir sobre la situación, ninguno está de acuerdo con lo que hizo, ni siquiera Dylan. Silencio el grupo, no quiero seguir pensando en eso.

—¡Panqueques listos para comer! —anuncia Danniel, sacándome de mis pensamientos.

Dejo el celular de lado y tomo mi plato con panqueques, lista para empezar a comer, pero Danniel me arrebata el plato.

—Primero el jarabe —dice para luego desparramar el jarabe en los panqueques—. Ahora sí, a comer. Provecho.

—Gracias.

Y sin más preámbulo, le di el mordisco del siglo al primer panqueque, mordiendo un pedazo de la mitad del panqueque.

—Siempre me sorprende los mordiscos tan grandes que le das a la comida —dice, negando con la cabeza divertido.

Trago el pedazo para luego sonreír con arrogancia.

—Es una habilidad de años de práctica, mi pequeño saltamontes —respondo.

—Hmm... Voy a intentarlo.

—¿Ahora?

—Sí, ¿por qué no? No se ve tan difícil.

—¡Ja! Yo lo hago ver así, tú seguro te ahogarías con la cuarta parte de lo que yo mordí.

—Averigüemoslo.

Toma un panqueque entero, lo mira por un rato en silencio, analizándolo. Me cruzo de brazos, mirándolo con superioridad, es imposible que lo logre a la primera. De un momento a otro, abre tanto la boca que pareciera que su cara se iba a dividir en dos. Lanza un mordisco tan grande que casi se come el panqueque entero, dejando solo un pedazo. Mi mandíbula estuvo a nada de tocar el piso, ¿cómo demonios lo hizo? A mí me costó mucho lograr dar un mordisco tan grande y este idiota lo hizo a la primera ¡y aún más grande!

—Creo que no era tan difícil como decías —dice Danniel limpiándose el jarabe de la comisura de su labio, sonriendo.

—Eso... ¡No es justo! —chillo indignada, ¿cómo pudo hacerlo a la primera? ¡A mí me costó mucho lograr un mordisco del tamaño del que acabo de dar!

—¿Por qué? —dice dándole otro mordisco a su panqueque, pero esta vez es uno normal.

—Porque yo tarde años en podar dar un mordisco como el que acabo de dar, ¡y tú solo llegas y das uno aún más grande a la primera!

—¿Quien dice que es la primera vez que lo intento?

—¿Lo has hecho antes?

—No.




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