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Viejo 

(JANE)  

Una semana sin hablar ni cruzar miradas siquiera con James y sinceramente no fue tan terrible ya que estuve demasiado ocupada para pensar en ello, el trabajo estaba siendo cada vez más pesado y el señor Cooper me agregaba horas extras ya que había despedido a Alondra por encontrarla en un baño teniendo sexo con un cliente, no me sorprendió nada lo que paso realmente, cuando solo verla se notaba a leguas que era una zorra. 

Mis manos tienen cortes por todos lados por las estúpidas maquinas nuevas de la cafetería, según decían eran para aumentar la producción y mejorar el rendimiento, pero estoy segura de que la compraron de oferta en algún mercado negro porque es un desastre. 

Hoy, hoy es viernes. 

Y es día de paga. 

 ¡Por fin! 

Toco la puerta de la oficina del señor Cooper con entusiasmo. En realidad no es una oficina, debía ser un baño para la clientela pero él decidió "remodelarla" para que sea su oficina, escucho un "pase" algo desganado de mi jefe y abro la puerta de madera haciendo que esta chirríe al instante, al entrar puedo ver el escritorio maltrecho y los azulejos azules sucios y mohosos al fondo, en el suelo las cerámicas que en su tiempo fueron blancas ahora son de un gris algo extraño. 

—¿Qué quieres Jane? —pregunta él sin despegar la vista de su ordenador, que es el más pequeño que vi en mi vida.  

—Pues, señor Cooper, hoy es día de paga —murmuro algo nerviosa, no suelo estarlo pero estar en una misma habitación con este hombre es algo perturbador. 

—¿No trabajabas gratis? —bromea sin éxito haciendo que solo él ría y yo haga una mueca de desagrado, que el no ve— Ya ya, toma —abre un cajón de su escritorio y saca un sobre blanco, lo lanza al escritorio y sin chistar me acerco para tomarlo. 

Al tenerlo en mis manos lo abro, encontrándome con muy poco dinero ¿Y las horas extras dónde quedaron? Frunzo el ceño con molestia y abro mi boca para replicar. 

—Señor —mascullo entre dientes. 

—¿Qué quieres ahora? 

—No me dio todo el dinero. 

—Si te lo di, es lo mismo que te pago todos los meses niña, deja de molestar y vete a tu casucha. 

Él creía que vivía en mi viejo barrio, es lo que había puesto en mi currículo en realidad pero eso no venía al caso. 

—Pero este mes trabajé horas extras, se supone que debe pagármelas también. 

—¿Y quién te dijo que te las pagaría? Yo te pregunté si querías quedarte y tu te quedaste, fin del asunto —sonaba tan sereno que quería romper su tranquilidad con un puñetazo en toda su asquerosa cara, viejo idiota. 

—En realidad me ordenó que... 

—No quiero escucharte más Janett, vete antes de que pierda la paciencia y termines acompañando a Alondra fuera de este lugar. 

Si hay algo que me molesta más que despertarme temprano por las mañanas, es que me interrumpan cuando hablo. 

—Entonces renuncio. 

Y luego de esas palabras me volteo para salir por la puerta, que de tanta fuerza que la cierro al salir se cae y observo el rostro enrojecido de mi ahora ex-jefe. Río sin gracia mientras le enseño el dedo medio, por mí que el puto lugar se caiga a pedazos. Salgo del lugar y estoy segura que mi rostro es un tomate por el enojo que siento. 

Debo encontrar otro trabajo. 

... 

Luego de pasar a dejar mis cosas y guardar mi plata en mi caja de ahorros, que va bastante bien, salgo por la ventana, al llegar abajo camino por el césped del jardín con pesadez, todo esta oscuro y lo único que se escucha es el sonido de los grillos nocturnos este barrio es de lo más aburrido, nunca se escucha música por alguna fiesta loca de adolescentes que se quedan solos en casa ni nada parecido, siempre es aburrido. Teniendo en cuenta que los vecinos más jóvenes son una pareja de adultos entre treinta y cinco y cuarenta años de edad y que nadie tiene hijos adolescentes es entendible pero aún así frustrante, justo cuando estoy por llegar a la reja de la entrada escucho la inconfundible voz de Lilian gritando, por un instante pienso que es a mí, ya que soy la única que esta en el jardín de noche a punto de irme pero luego recuerdo que a ella no se tomaría la molestia de advertirme algo sino que inmediatamente le diría a mi padre que estaba haciendo algo mal y el me castigaría a su antojo. Miro a mi alrededor para ubicarla y la diviso a unos metros del árbol que tengo más cerca. Sin hacer mucho ruido camino hacia el mismo y escucho la discusión acalorada que esta teniendo mi madrastra. 

—Que no, que haré nada más —murmura con su típico tono frío—. No, basta ¿crees que me gusta vivir tu vida? Estoy harta de todo esto —habla en voz muy baja pero logro escuchar con algo de esfuerzo ¿Vivir la vida de quién?— si no haces algo pronto todo este teatrito se va a caer en pedazos y yo no voy a detener nada.  

Y entonces escucho un suspiro de resignación, luego pasos sobre el césped y finalmente un grito de Lilian hacia una de las chicas de limpieza. Con el ceño fruncido vuelvo a lo que estaba haciendo y al salir de la casa, llegar al lugar en donde dejé estacionada a Gigi y subirme, me dirijo a la casa de Becky, es noche de música y comida chatarra.  

Necesito a mis chicas para descargar mis frustraciones. 

... 

Alina y Becky discuten sobre algo mientras las observo divertida, finalmente Becky gana la disputa y Alina la obedece. 

—Tienes alma de líder —comento sincera hacia Bec. 

—Lo se, todos me hacen caso —dice con superioridad lanzando una risa malvada, yo río pensando que si otra persona me hubiera dicho eso habría comentado algo ofensivo.  

—Todavía falta medio año para terminar el instituto —digo de repente cambiando mi expresión feliz en una enfurruñada, quiero terminar el instituto cuanto antes para poder conseguir un mejor trabajo con el titulo de bachillerato y poder alquilar algún departamento en el centro, quizá estudiar algo, aunque es probable que no lo haga, el estudio nunca fue lo mío. Quizá si haga algún que otro curso de fotografía básicao algo rápido para tener alguna alternativa en la vida pero nada realmente serio.