CAPITULO 7 MIRANDA

Siento que me abrazan, trato de estirarme en la cama pero algo me detiene. De repente abro los ojos y veo frente a mis ojos un pecho fuerte y torneado. A mi mente llegan de golpe los recuerdos de la noche anterior. ¡Jackson me hizo el amor! Siento que me ruborizo sin poder evitarlo recordando todo lo que hicimos. Este hombre me encanta! Me hizo subir a  la luna una y otra vez. No dejaba de decirme lo hermosa que era mientras me besaba y acariciaba.

_Estas despierta hermosa?—dice de repente JB mientras acaricia mi espalda. Levanto mi rostro para verlo a los ojos, esos ojos  de acero, inconfundibles. Siento que todavía estoy ruborizada y me quedo observando ese hermoso rostro, esos labios que me besaron con tanta pasión y ternura.

_Sí, ya desperté, ¿podrías dejar de abrazarme tan fuerte para salir de la cama?—le digo tratando de zafarme de sus brazos. Me tiene prisionera contra su costado y puedo sentir que estamos desnudos. Eso me hace remover un poco más mientras trato de nuevamente de zafarme de sus brazos.

_No te voy a soltar princesa, tenemos que hablar y anoche no fue posible.

_Por supuesto que no fue posible, no me dejaste hablar, pensé que me ibas a comer—siento como tiembla su pecho por la risa—te estás riendo idiota?—digo golpeado su pecho sin poder contenerme. De repente esta encima de mí y aprisiona mis dos brazos por encima de la cabeza. Oh Dios! Siento su piel desnuda y la dureza de su miembro.

_ ¿Qué haces? Deja que me levante idiota!—sigo removiéndome debajo de él y eso empeora la situación porque ahora nuestras partes intimas hacen contacto y sin poder contenerme suelto un gemido. Jackcson también gruñe y de repente esta besándome, por supuesto que yo le correspondo y mis brazos ahora se aferran a su cuello. Será que nunca llegaremos a hablar?  Dejo esos pensamientos a un lado y disfruto de sentir la lengua de mi amor haciendo magia en mi cuello y bajando a mis senos. Siento que mi corazón va a salirse y desde mis entrañas empieza a formarse un nudo, no puedo creer que después de la noche pasada todavía sienta ese deseo de ser poseída.

_Mi princesa, no me canso de besarte y de probarte—decía mientras bajaba a mi entrepierna sin dejar de besar todo a su paso.

_Jackson no pares…-- ya no sabía lo que decía, solo quería sentir.

Jackson encontró mi lugar sensible entre las piernas y uso su mágica lengua para llevarme al paraíso, mis gemidos ya no podían parar. Mi placer era interminable, llegué muy alto y justo cuando pensaba que ya no podía más, él entró en mí y ahí casi perdí el conocimiento de tanto placer. Empezamos una danza que nuestros cuerpos conocían a la perfección hasta que explotamos y una sensación de plenitud me invadió. Cuando Jackson empezó a respirar con normalidad empezó a llenar mi cara de besitos, su barba de varios días me hizo cosquillas y me empecé a reír.

_Tan hermosa, tan dulce—me decía con cada besito.

_Princesa, necesito que salgas ahora de la cama y te pongas ropa—dijo todavía encima de mí, mirándome seriamente—En algún momento tenemos que hablar, pero cada vez que te toco pierdo la noción del tiempo y solo quiero comerte a besos—empieza de nuevo a darme besos por toda la cara y el cuello.

_Como si fuera mi culpa, eres un imbécil JB, ya déjame salir de la cama—le digo empujándolo y salgo corriendo al baño—escucho sus carcajadas y me encierro para bañarme y calmar mis nervios.

Me miro al espejo y no puedo creer todo lo que ha pasado. Hicimos el amor de nuevo. Me siento satisfecha, me siento saciada. Tomo una ducha rápida, me lavo los dientes y me doy cuenta que no tengo nada que ponerme dentro del baño. Salgo en toalla para buscar mi ropa y JB se queda mirándome, con esa miradita que ya empiezo a conocer. Salgo corriendo a mi vestidor por miedo a que me vuelva a meter a la cama y lo escucho reír nuevamente.

_Ya cálmate hermosa, no voy a comerte… por ahora—me dan ganas de golpearlo por estar divirtiéndose a mi costa. Me vestí rápidamente con un pantalón deportivo y una camiseta sin mangas que dejaba mi cintura descubierta, quizás no es una buena idea, pero quiero que me mire.

_ Me voy a bañar y saldremos a desayunar—escucho que me dice—no quiero correr riesgos hermosa, así que hablaremos fuera de la casa.

Se mete al baño y aprovecho para terminar de vestirme. Unos minutos después JB sale vestido y secándose el pelo. En el fondo pensé que lo vería desnudo y me doy cachetadas por dentro por pensar así.

_ ¿Estás lista? Piensas salir con esa ropa?—lo escucho y no lo creo, qué pensará este imbécil?

_ Ya estoy lista y por si no lo has notado es ropa deportiva, voy a hacer ejercicios en cuanto hablemos.

_OK, como digas hermosa. Luego no te quejes si me lanzo a sobre ti—dice con una sonrisita. Salimos en mi carro y nos detenemos en un restaurante donde sirven desayunos.

Pedimos nuestra orden y nos quedamos mirándonos. Hago un recuento rápido de todo lo que ha pasado entre JB y yo. Mis sentimientos por el ahora son mayores que antes, quisiera saber que está pensando de todo lo que ha pasado. Mi mente continua reviviendo las caricias y besos que nos hemos dado.

_Ahora si Miranda Ferrer, tenemos que hablar.

_Si lo que quieres es pedirme que no le diga nada a mi padre, quédate tranquilo, nunca lo haría. No tienes ningún compromiso conmigo. Yo sé que me enamoré sola, que te acosé y prácticamente te obligue a acostarte conmigo, así que no te preocupes por nada—los ojos de JB pasan de ser grises al color metálico del acero y empieza a respirar deprisa. Yo continuo hablando si dejarlo decir nada—ya te dije todo lo que querías escuchar. No hay compromisos, no hay reclamos, puedes seguir con tu vida.

_ ¿Estás loca? ¿Estás escuchando lo que dices? ¿Quién crees que soy?—cada segundo se nota más enojado.

_Yo no voy a dejar las cosas así! lo que pasó entre nosotros fue porque los dos quisimos, nadie me obligo a nada, además hermosa—dice suavizando el tono—yo no me arrepiento de nada princesa. Sé que no soy el hombre que mereces, soy mayor que tú y eso es lo que me preocupa. Quiero que hablemos de todo esto, quiero que seamos sinceros y decidamos que vamos a hacer.