Ha pasado una semana y Papá no despierta, cada día que pasa mis esperanzas se reducen. Sé que debo tener fe, pero es tan doloroso verlo conectado a tantos aparatos. El doctor Allen me dijo que su estado puede extenderse, pero que a pesar de eso su cuerpo se ha recuperado muy bien, solo falta que recobre la conciencia. Fui dada de alta al segundo día de llegar al hospital, JB siempre estuvo ahí pendiente. Tal como prometió no me hizo preguntas sobre mi embarazo, yo notaba como me observaba, pero no hizo ningún comentario. Me instalé en un hotel que quedaba cerca del hospital, ya que mi casa quedaba como a hora y media. Paola se quedó conmigo y me pasaba todas las horas que me permitían en el hospital.
El doctor me tenía monitoreada porque en los exámenes que me hicieron salió que tengo un poco de anemia. JB y Pao no dejan de atosigarme con comida y sermones ¨que si esto hace bien¨, ¨que debo comer a mis horas¨…me tienen harta! Pero sé que se preocupan por mí, sobre todo JB. He notado como me toca, con mucha delicadeza, como si fuera de cristal. Cuando cree que no me doy cuenta noto su mirada, está atento a mis vitaminas, es realmente gracioso verlo tan ansioso cuando tengo que irme al hotel, es como si quisiera tele-transportarme. El pobre Carlos que siempre nos lleva a mi prima y a mí le dijo que la próxima vez que le diga que maneje con cuidado le dará un puñetazo.
Ya casi llega la hora de irme al hotel, pues en la zona de cuidados intensivos las visitas son restringidas. Paola está hablando con Carlos por teléfono para que venga recogernos y no puedo evitar escuchar cómo le habla. La relación de estos dos como que ha cambiado, noto las caricias disimuladas, las sonrisas cómplices. La verdad no sé porque esconden lo que sienten si se nota a leguas. En esos momentos llega JB, tan elegante como siempre, aparentemente viene directo de la oficina. Debe estar cansado, cada día pasa por el hospital en la manan y luego cuando sale de trabajar. Ha tenido que hacerse cargo de todos los negocios y se nota que está agotado por ese ritmo.
_Hola preciosa—dice tocando mi pelo y dándome un beso en la cabeza--¿cómo sigue todo?—pregunta sentándose a mi lado.
_Igual, no hay cambios en el estado de mi padre—digo bajando la cabeza en señal de derrota.
_Hey M&M, no te desesperes, recuerda que el doctor dijo que a pesar de que no ha reaccionado su cuerpo ha mejorado, sus signos vitales son muy buenos. Ya verás como despierta en poco tiempo—sus palabras me dan esperanza, pero sobre todo su cercanía y el deseo sincero que tiene porque mi padre se recupere.
_Es cierto Jackson, debo ser más positiva, es que a veces me siento impotente y quisiera que esto pase de una vez—noto como pasa la mano por su pelo como si le molestara algo-- ¿Te pasa algo?—pregunto preocupada.
_Me duele un poco la cabeza, pero creo que se debe a las pocas horas que he dormido y todo el trabajo acumulado, pero me tomaré algo antes de dormir hoy.
_Ya cenaste?—niega con la cabeza.
_La señora L me dijo que dejaría algo listo antes de irse a la casa de su prima—La señora L ahora está cuidando de su prima que está en cama.
_Haremos lo siguiente JB, te vas con nosotras al hotel y cenamos juntos. Ya pedimos la cena y la servirán cuando lleguemos, así descansas un poco y tomas algo para el dolor de cabeza. Sé que llevas una carga pesada ahora que estas solo en la empresa—se queda observándome como dudando si aceptar o no, al final asiente y sonríe un poco.
_De acuerdo, pero quiero algo más M&M—dice mirándome pícaramente como siempre lo hace cuando quiere hacerme alguna broma.
_Dime qué quieres?—respondo con la misma cara de picardía que él.
_Un masaje por favor, creo que moriré del dolor de cabeza y espalda—me quedo pensativa y recuerdo los detalles de su apetitoso cuerpo. Esto sería una tortura para mí, tocar ese cuerpo hermoso y duro.
_Eres un aprovechado JB! Pero tendrás tu masaje, creo que lo mereces después de todo—el ríe con una ligera carcajada que aparentemente hace que le duela más la cabeza porque se la tiene que sostener.
_Ya nos vamos prima?—pregunto a Pao que se acerca a nosotros—si quieres adelántate con JB, alcancé a escuchar que va a cenar con nosotras, yo tengo que esperar a Carlos para pasar por el cajero automático—eso me suena extraño, pero le digo que ok y salgo con JB hacia mi hotel.
Cuando llegamos a la habitación, que es la suite del último piso, ya que JB quería que esté cómoda y tranquila, me quito los zapatos y me quedo descalza, siento un alivio inmenso. Estoy entrando casi a mi sexto mes de embarazo y los pies se me hinchan un poco. JB se sienta en el sofá y recuesta la cabeza cerrando los ojos. Me da tanta pena verlo tan cansado. Tomo uno de mis analgésicos y un vaso de agua, me acerco y toco su hombro para entregarle la pastilla y el agua. El abre los ojos, sus hermosos ojos que siempre me dejan sin aliento y cuando toma la pastilla de mis manos roza intencionalmente toda la palma de mi mano sin dejar de mirarme. Toma el agua y la pastilla y recuesta nuevamente la cabeza y cierra los ojos.
_Jackson, porqué no te pones un poco más cómodo?, voy a pedir que suban la cena—abre los ojos y se quita el saco, se afloja la corbata y se queda recostado nuevamente.
Hago la llamada al servicio de habitaciones y regreso al sofá donde está el hombre más guapo y sexi del mundo. Creo que las hormonas del embarazo me están afectando. Sin decir una palabra y como siempre pasa entre nosotros nos entendemos con la mirada. Me coloco en un costado del sofá y me arrodillo para estar al nivel de JB, toco su hombro el abre los ojos y lo muevo para que se ponga de espaldas a mí. Aflojo un poco más su corbata y empiezo a masajear sus hombros, se sienten duros, tiene nudos de tensión. Trabajo un poco más fuerte y el empieza suspirar de alivio y de gusto. Cuando siento que ya está más relajado, subo por su cuello dando un masaje más suave, alcanzo su cuero cabelludo y también le doy un masaje relajante en la cabeza. A Este punto JB esa mucho más relajado.
Editado: 08.01.2021