Solitud y Sangre

Capítulo 1: El Fantasma de las Montañas

Me llamo Alex Harper.

Si estás leyendo estas palabras, es probable que ya hayas oído hablar de mí. Soy el fantasma de las montañas, una sombra entre los árboles, un eco en el viento. En estas tierras olvidadas por Dios, mi presencia es poco más que un susurro en la oscuridad.

Vivo en una cabaña solitaria, en lo alto de una colina, rodeado por el silencio de las montañas. Aquí, en este rincón olvidado del mundo, he encontrado refugio de los demonios que me persiguen. Construí esta cabaña con mis propias manos, como un acto de penitencia por los pecados del pasado.

Desde las ventanas de madera gastada, contemplo el paisaje que se extiende ante mí. Las montañas se elevan majestuosas hacia el cielo, cubiertas por un manto de niebla y misterio. En la distancia, el rumor del río se mezcla con el susurro del viento, creando una sinfonía de soledad que me envuelve.

En el interior de la cabaña, el fuego crepita en la chimenea, lanzando destellos de luz sobre las paredes desnudas. Me siento frente al fuego, dejando que su calor reconfortante me envuelva. En la tranquilidad de la noche, puedo escuchar el latido de mi corazón, recordándome que aún estoy vivo, que aún tengo una razón para seguir adelante.

Pero incluso aquí, en este remanso de paz, los recuerdos del pasado me persiguen como sombras en la noche. Recuerdo la guerra, el estruendo de las armas, el olor a sangre y muerte. Recuerdo a los amigos que perdí en el campo de batalla, sus rostros grabados en mi memoria para siempre.

La culpa me consume como un fuego abrasador, consumiendo mi alma desde adentro. ¿Por qué yo sobreviví cuando tantos otros murieron? ¿Por qué fui yo quien regresó a casa, mientras ellos yacen en tumbas sin nombre?

No tengo respuestas para estas preguntas, solo la certeza de que debo seguir adelante, debo encontrar una manera de redimirme por los pecados del pasado. Tal vez algún día encuentre la paz que tanto anhelo, pero por ahora, soy solo un fantasma en las montañas, un hombre atormentado por sus propios demonios.

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El paso del tiempo se desvanece en las montañas, donde los días se deslizan unos sobre otros como hojas en el viento. Cada mañana me levanto con el peso de la soledad sobre mis hombros, pero también con la determinación de enfrentar otro día en este lugar que he llegado a llamar hogar.

Mi rutina es simple pero reconfortante. Recojo leña para el fuego, pesco en el río cercano para alimentarme y dedico horas a mantener mi cabaña en buen estado. A veces, camino por los senderos que serpentean entre los árboles, explorando los rincones más remotos de estas montañas que se han convertido en mi hogar.

Pero a pesar de mis esfuerzos por encontrar paz en la soledad, hay momentos en los que la oscuridad de la noche se cierra a mi alrededor como una prisión. En esas horas solitarias, me encuentro cara a cara con los fantasmas del pasado, recordando las batallas que he librado y las vidas que se perdieron en el camino.

Es en esos momentos de introspección cuando me pregunto si alguna vez podré escapar de las sombras que me acechan. Si alguna vez podré encontrar la redención por los pecados que he cometido. Pero cada vez que me enfrento a estas preguntas sin respuesta, encuentro consuelo en la tranquilidad de las montañas y en el conocimiento de que estoy haciendo todo lo posible para redimirme.

La noche cae sobre las montañas una vez más, cubriéndolas en un manto de oscuridad. En el interior de mi cabaña, el fuego arde con una luz cálida y acogedora, iluminando el espacio con destellos de esperanza en medio de la desolación. Me siento frente al fuego, dejando que su calor penetre en mi alma cansada, recordándome que incluso en la oscuridad más profunda, siempre hay una luz que brilla en la distancia.

Así es como paso mis días en las montañas, como un fantasma entre las sombras, buscando redención en un mundo que ha olvidado mi nombre. Pero mientras el fuego siga ardiendo en mi corazón y las estrellas brillen en el cielo nocturno, sé que nunca estaré completamente solo. Porque incluso en la soledad más profunda, siempre hay una esperanza que brilla en la distancia.

 



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En el texto hay: accion, suspense

Editado: 19.06.2024

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