Solitud y Sangre

Final: Capitulo 1

Los días transcurrieron con una rutina establecida, pero la tensión persistía. Mantener la cabaña y sus alrededores en buen estado me proporcionaba un propósito, aunque no podía ignorar la posibilidad de que los intrusos pudieran regresar. La naturaleza se convirtió en mi refugio, y cada día que pasaba me acercaba más a comprender el equilibrio delicado de este entorno salvaje.

Una tarde, mientras exploraba un nuevo sendero, encontré un mirador natural desde el cual se podía ver toda la extensión del valle. Me detuve y observé el paisaje, permitiendo que la vastedad de las montañas me envolviera. El viento fresco trajo consigo el aroma de los pinos y un sentimiento de paz momentánea.

En ese momento de contemplación, recordé una lección que Jake y yo habíamos aprendido en el ejército: "Conoce tu terreno y hazlo tu aliado." Aquí, en estas montañas, estaba empezando a aplicar esa lección de una manera que nunca imaginé. Las colinas y los bosques eran ahora mis aliados en mi búsqueda de redención y paz interior.

De regreso en la cabaña, me encontré reorganizando mis suministros y asegurándome de que todo estuviera en su lugar. La presencia de los geólogos había despertado en mí una alerta constante, pero también una sensación de compañía en esta vasta soledad. Me recordaba que, aunque había elegido este aislamiento, el mundo seguía girando más allá de las montañas.

Esa noche, mientras el fuego crepitaba suavemente en la chimenea, me senté con mi cuaderno y comencé a escribir. No había tenido la intención de mantener un diario, pero las palabras fluyeron sin esfuerzo. Escribí sobre mis días aquí, sobre los encuentros con los extraños, y sobre los recuerdos que aún me perseguían. Las páginas se llenaron rápidamente, como si estuviera tratando de purgar los fantasmas del pasado a través de la tinta.

El sonido del viento y el ulular distante de un búho crearon una sinfonía natural que me calmó mientras escribía. Las palabras no solo registraban mis pensamientos, sino que también me ayudaban a procesarlos, a enfrentarlos de una manera que no había podido hacer antes.

Mientras las llamas del fuego se reducían a brasas, una sensación de resolución se asentó en mi pecho. Sabía que este refugio en las montañas era solo el comienzo de mi viaje. Aquí, había encontrado un lugar donde podía enfrentar mis demonios, pero también sabía que no podía esconderme para siempre.

Me levanté y miré por la ventana, hacia la vasta oscuridad que rodeaba la cabaña. Las estrellas brillaban en el cielo claro, y la luna iluminaba suavemente el paisaje. Sentí una conexión profunda con este lugar, una promesa silenciosa de que, aunque el camino fuera difícil, encontraría la paz que buscaba.

Me acosté esa noche con una extraña mezcla de inquietud y esperanza. Los días venideros traerían nuevos desafíos y quizás nuevos encuentros, pero me sentía más preparado para enfrentarlos. La soledad ya no era un castigo, sino una oportunidad para reconstruirme, para encontrar mi camino de regreso a la luz.

Con estos pensamientos, cerré los ojos y dejé que el sueño me llevara, sabiendo que cada amanecer en las montañas me acercaba un poco más a la redención que tanto deseaba.

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En el texto hay: accion, suspense

Editado: 19.06.2024

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