Capítulo 10. Dispuesta e indispuesta.
Sólo Dame Nueve Meses
—Gracias Josh —murmuró con una sonrisa.
Todos estamos en la mesa y yo estoy al lado izquierdo de Josh, mientras que Ashley al lado derecho. Qué ironía. Sus padres están frente a nosotros.
— ¿Y bien...? ¿Qué tal te parece Boston querida? —le pregunta Silvia a Ashley.
—Es hermoso, me encanta el ambiente y sobretodo la cantidad de árboles.
—Me alegra tanto que te gusté.
—Apuesto que Sídney lo es más —interrumpo —Una vez le dije a Josh que quería ir con él—acarició su brazo— ¿No es así Joshito?
—E iremos Liayuca... —hace una pausa y ve a Ashley —Iremos todos, hasta mamá puede ir—fingé toser.
¡Decidido ya no voy! Quise coquetearle y sale con su madre.
—Aquí viene la comida. Al fin —Dice Adriano, el papá de Josh.
Ponen los diferentes platillos que huelen delicioso, cuatro meseros sirven en las vajillas. Luego sirven el refresco, que parece ser limonada. Mi estómago ruge como león al ver tanta delicia, el sonido fue tan fuerte que se escuchó. Josh se atraganta con un churro que tomó.
—Sí que estas hambrienta —dice con burla.
—Lo estoy.
—Prueba estos churros —me ofrece uno de los churros e inmediatamente lo tomó. Lo meto en mi boca y lo saboreo. Él tiene su mano bajo mi barbilla.
—Sabe delicioso.
—Sí que lo son... —dijo con suavidad.
Por un momento olvidé que había personas alrededor. Silvia fingió toser y nos sacó del momentazo.
—Espero que lo disfruten, viene de mis mejores cocineros —dice Silvia—Buen provech...
— ¡Alto! —Interrumpe Ashley.
¿Y ahora qué? Tengo hambre mujer.
—Hay que dar las gracias. Lo siento, soy una mujer religiosa.
—No, no, no te disculpes querida, mis padres también eran religiosos y creo que deberíamos considerar volver a tener la costumbre de dar gracias —Afirma Silvia con una sonrisa de mejilla a mejilla mirando a su esposo y su hijo.
—Pero, tengo hambre —Interrumpe Adriano.
Ya somos dos, señor.
— ¡Adriano! —le da una zape —Hay que dar gracias.
—Hazlo tú Ashley —dice Josh quien ya estaba con la comida en la boca.
—Bien —ella se acomodó en la silla y empezó— Oh Querido Dios—eleva la voz de forma extraña—, venimos ante ti a darte gracias por esta deliciosa comida que la señorita Silvia preparo para nosotros, te pido que le des comida a los niños pobres y que nunca nos falte el pan de cada día. Amén.
Alabado.
—Amén —dicen todos.
—Provecho —sonríe Silvia.
Tomó el primer trozo de carne y le doy el mordisco. Se derrite lentamente en mi boca, sabe tan delicioso es como si acabase de comer ángeles.
—Sabe delicioso mamá —dice Josh.
—Lo mismo pienso, señorita Silvia —digo.
—Agradezco a mi madre que me enseñó está receta.
A penas terminamos de comer recogieron las vajillas sucias y colocaron un platillo nuevo en cada lado, para luego servir el...
—Es postre —dice uno de los meseros.
—Gracias —asiento.
Tomo una cuchara pequeña y tomo el primer trocito de postre junto con una fresa que tiene encima ¡Diablos! Es el cielo ¿Cómo se llamará?
— ¿Qué ingredientes lleva? —me atrevo a preguntar entre el silencioso momento.
—Bueno, es secreto... sólo te puedo decir que lleva leche.
— ¡¿Leche!? —chillé tragando el trozo que ya había metido en mi boca
— Si, leche —dice elevando una ceja.
La cosa aquí es que yo soy ¡INTOLERANTE A LA LACTOSA!
—Creo que olvidaste que Lia es intolerante a la lactosa —dice Josh dando un brinco de la silla — ¿Estás bien Lia?
— Sí-Sí...
Retiro todo lo dicho mis tripas gruñen demasiado fuerte... Necesito un baño—, E-en realidad no— un eructo sale —necesito un baño —le susurro a Josh apretando su camiseta.
— ¡Demonios Mamá! Lia se siente mal— dice un pálido, muy pálido Josh.
Qué lindo se está portando conmigo últimamente. Si todo fuera como antes solo me hubiera pegado un zape y hecho burla frente a todos.
— Bien —dice Silvia —, que ocupe el baño de huéspedes.
—Ven — Josh me toma de la cintura y me guía hasta el baño.
En serio, en serio es muy raro en él.
Entro al baño de huéspedes y pongo un poco de papel en el inodoro, no quiero atraer alguna enfermedad. En cuando pongo mi trasero en el sanitario mi estómago se siente libre ¡Literal! no lo pude controlar. Chorrones de caca sale de mí —Carajo —mustié.
Estoy largo dudo que escuchen algo —Uh, carajo esto es —más y más caca.