Capítulo 22. Es una orden.
Sólo Dame Nueve Meses
Narrador
Lia estaba algo confusa, sentir sensaciones por dos hombres le resultaba extraño. Ahora sólo tenía que enterarse por cuál de los dos sentía algo más.
Aarón tenía ciertos deseos por Lia, no sólo quería divertirse eso nunca, en serio le gustaba. Le encantaba su sencillez y su humildad, sobretodo su muy lindo rostro, claro. No le molestaba el hecho que ella estuviera embarazada, estaba dispuesto a todo. No había tenido una relación seria hace tiempo, quería algo duradero y verdadero. Además Lia era muy linda.
Por otro lado Lia se sentía muy atraída por cierto muchacho, era obvio, un doctor con una apariencia muy sexy mata a cualquiera.
—Entonces me temo que debo besarte, es tu castigo, no debiste llevarme la contraria.
Lia mordió sus labios, cosa que a cualquier hombre le parece irresistible, incluyendo a Josh.
—Este será el mejor castigo del mundo —dijo picara.
Lia quería algo diferente, ya saben probar otros labios, saborear otros lugares le parecía buena idea. Pero su poca experiencia en coqueteo y en aventuras la delataban, estaba algo nerviosa. Al sentir que Aarón se acercó para rodear su cuello con su mano su respiración se aumentó y su rubor invadió sus mejillas. Dejó salir un pequeño suspiro que luego la avergonzó. Aarón se carcajeó dulcemente al verla nerviosa.
Sus labios se unieron creando millones de corrientes eléctricas en ellos dos, satisfacción y deseo por más los invadía, pero Lia no podía pasarse la línea así que se apartó cariñosamente de él, mientras este la veía con su iluminado y tierno rostro.
Aarón llamó a su chofer para que los llevase al apartamento de Lia. La noche se había acabado y había sido todo un éxito. "Di un beso en mi primera cita con ¡un doctor!" Pensó ella, un nuevo triunfo para su vida, casi todas sus citas terminaban en desastre.
—Espero que pases una linda noche —dijo el apuesto doctor en la puerta del apartamento de la castaña.
—Igual. Gracias por todo, fue asombroso —respondió con su muy peculiar rostro pícaro.
—Amo cuando te sonrojas —dijo con confianza. Aarón actuaba como si conociera a Lia desde mucho, para Lia era algo incómodo pero lindo.
Bajo su cabeza y trató de ocultar sus mejillas con su cabello, pero le era imposible ocultar los nervios.
— ¿No me darás un beso de despedida? —dijo Aarón tratando de levantar el rostro de Lia.
Al escuchar lo dicho casi brinca del asombro, quedó boquiabierta mirándolo.
Él ladeó una ceja para indicarle que seguía esperando su beso. Ella se empinó un poco y le plantó un rápido beso en la mejilla, pero no, Aarón quería más, así que se convirtió en un apasionado beso en la boca. Aarón la aprisiono en la pared sin despegarse de la castaña. Lia estaba encantada con el beso, pero los dos sabían muy bien que no podrían pasarse.
Se despidió de Aarón y cerró la puerta suspirando tras ella. "Es raro besar a alguien más teniendo un bebé de otro hombre en tu vientre" pensó con sentimientos de culpa.
Era como sí su bebé le impidiera tener otro romance. Además su cabeza estaba en un caso perdido con Josh.
(...)
Al siguiente día no hice nada más que limpiar y acomodar mi apartamento. Hice algunos cálculos para ver dónde pondría la cama del bebé. Tengo que convertir mi guardarropa en un mini cuarto. Imaginé durante varias horas que nombre le pondría al nuevo pequeño, los candidatos hasta ahora son: Jason, Eliot, Eric, Will, Harry y otros más, la mayoría los saque de artistas famosos. De adolescente imaginaba mucho los nombres para un bebé.
Busqué los ingredientes para hacer el batido de naranja que Sophi me recomendó hacer, dijo que no debía comer mucho chocolate o si no Jason, Eric, Eliot, Will o Harry terminaría teniendo una adolescencia llena de acné.
Puse un poco de música en el reproductor y bailaba conforme al sonido. Al fin libre de pensamiento sobre Josh... ¡Mierda! Ya pensé en él.
«Siento que sin ti no sé vivir...» esa canción definitivamente no es para el momento...
«Fire and ice, this love is like Fire and...» ¡No! Tampoco esa.
«Me voy enamorando oh... » ¡NO!
Ahí estaba yo tirando por la ventana mi reproductor... ¡¿PERO QUÉ HE HECHO!?
— ¡NO! Vuelve amiguito de ciento cincuenta dólares —dije lamentándome desde la ventana, a continuación mire al botones mirando hacia arriba, buscando el causante del casi atentado mortal, literalmente pudo ser eso ¿qué si alguien pasaba y lo mataba?
Bien hecho Lia acabas de arrojar ciento cincuenta dólares a la ventana. Ni siquiera me han llamado de la supuesta entrevista ¡Todo es culpa de Josh!
Mis pelos se ponen de punta cuando escucho que tocan la puerta. ¡No! Espero que no me echen del hotel...