Sólo Dame Nueve Meses

Capítulo 23

Capítulo 23. Clarke

Sólo Dame Nueve Meses

No sé lo que acaba de pasar pero me ha dejado boquiabierta ¿Me ha amenazado con un beso? Si tan sólo supiera que no es necesario amenazar.

Me ve satisfecho, seguro cree que ha ganado. Su mirada vencedora es la misma que ha tenido durante décadas.

—Tú ganas. No quiero que me beses, mi novio se pondría de malas —le digo pícara. Aquí la única que puede ganar es Lia.

—Es mejor... así te evitas que te azote —su lengua está en su mejilla. Está casi de puntillas elevándose. Es un imbécil sin cerebro, pero lo amo igual.

—De todas formas me encantaría que me azote —cruzo mis brazos y mi mirada retadora se une con la de él.

—Eres una depravada.

—Y tú estás celoso porque no serás tú el que me azote.

¡Amo las conversaciones calientes! ¡Demonios estoy ganando!

—Tal vez. Me gustaría verte morir de dolor y desquitarme por todas las que me has hecho.

—Bueno, pero ahora te toca azotar a Ashley.

Luego de lo dicho se hace hacia atrás y me ve fulminante.

—Iré Josh...pero tengo condiciones —terminó.

Se carcajea unos segundos y da aplausos sarcásticamente.

— ¡Qué bien! La pequeña Lia tiene condiciones —su sarcasmo barato me está empezando a irritar.

—Iré con... —dejo un pequeño suspenso en el lugar —con mi novio—hago hincapié en la palabra que él usa para referirse a Aarón. Aarón no es mi novio, sí me gusta, pero tampoco es para que ya sea su novia.

— ¿Es en serio? —habla con desdén.

—Sí. Ya sabes debo llevar a mi fortachón para que me cuide de tu madre —le digo retando. Es divertido hacer que se enoje, a veces se enfada o a veces sigue el juego.

—Claro, lleva a tu hombre músculos grandes. No me interesa.

—Sí, ya sabes, después de todo es una fiesta de prometidos.

— ¿Y?—Frunce el ceño confundido.

—Y... tal vez yo me comprometa con Sr. músculos.

Su quijada está a punto de caérsele ¡En tu cara amor de mi vida!

—Bien. Espero que asistas —mustió.

—Lo haré, estaré con Aarón.

—Una cosa más. Te ves gorda Lia —dice para terminar, dando la vuelta y yéndose con victoria.

— ¡Hijo de...!—me retractó de lo que estaba a punto de decir cuando veo a James con un equipo de sonido de ciento cincuenta dólares —James —resopló asustada.

— ¿Esto es tuyo Lia? —eleva lo que queda de mi equipo de sonido.

Aprieto los labios y tomó aire.

—Es del chico que se dirige hacia la salida.

— ¿De Josh?

Asiento con la cabeza y le lanzó una mueca de "yo no he hecho nada".

Iré por ese sinvergüenza.

— ¡Ve, ve por él! —le grito a lo largo.

Después de todo ¡jaque mate!

(...)

—Me alegra que estén dispuestos a una relación seria. Aarón no ha considerado eso hace tiempo.

—Mamá —reprende Aarón fingiendo una pequeña tos.

—Lia ¿Cuándo fue tu última relación?

—Mamá —vuelve a reprender. Es tierno, se ve incómodo y me divierte verlo así.

Su madre insistió en conocerme o más o menos eso fue lo que dijo Aarón. Estoy en la casa de su madre, una linda y pequeña casa en las praderas de Boston ¡Amaría vivir aquí! Fuera del mundo.

—Desde los 16 años.

— ¿Desde los 16? —asiento y veo a Aarón quien está mirándome cariñosamente.

—La última relación de Aarón fue hace un año.

—Es necesario mamá... —masculló aún más incómodo.

Dejó salir una sonora carcajada, ya no resistí más verlo así de tierno.

— ¿Y tus padres Lia? —dice la mamá de Aarón cortando un trozo del pavo que preparó.

—Bueno... —hago una pausa para afinar la garganta. En realidad no me gusta hablar mucho de ellos, pero si preguntan: Ya qué. —Mi padre se fue de nuestra casa cuando tenía dos meses, eso es lo que dice mamá —encojo los hombros —mi madre vive en Denver, pero ama viajar, así que casi nunca está en casa. Nuestra relación no es muy cercana qué digamos.

— ¿Y eso por qué?—vuelve a preguntar.

—Mamá.

Sonrío y asiento. Tal vez será bueno hablar de esto.

—Antes de mí hay otra persona.

Aarón me ve algo asombrado y extrañado. Lo entiendo, los únicos que saben de mi hermano es Josh, Sophi, mi madre, mi padre y toda mi familia.

—Sí, es mi hermano mayor, su nombre es Ed. Supongamos que la relación de mamá con Ed era muy linda y casi siempre estaban justos. Hasta que nací yo, hubo problemas en la casa.




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