Sólo Déjame Amarte

Capítulo 5.

Venecia

Estuvimos un rato así, jodiendo a Vico, sin embargo me doy cuenta que al ruso le pasaba algo, ya que no hablo mucho y no me jodió con el “desagradable” sobrenombre que me puso, "Gnomo", ¿es en serio? ¿Quién le pone así a alguien? Aunque siendo sincera no es algo que me moleste y no es de mucha importancia ya que sé que mi tamaño no es muy “grande”, puesto que mido 1,56. Olvidando ese tema, veo de igual forma que está pensativo y noto un poco de tristeza en su cara, su rostro pasó de tener una sonrisa a estar cruzado de brazos mirando hacia la ventana. Tomo cartas en el asunto y le pego con mi pie por debajo de la mesa, pero como siempre todo me sale mal, le termino pegando a Isaac

— ¿Pasa algo, Nessie? — pregunta Isaac frunciendo el ceño

— Si pasa, no me digas Nessie — suplico, aunque en el fondo es un sobrenombre que me simpatiza mucho — y fue sin culpa, no quise pagarte — respondí en tono inocente, haciendo que Isaac me mirase raro

— Sabes que siempre te he dicho así, no dejare de hacerlo. — Sonrió con victoria levantando una ceja — Y la próxima vez ten cuidado y si querés llamar la atención de una persona, asegúrate de pegar en la rodilla correcta — sigue sonriendo mientras mira a Sergey que aun así, no nos puso atención. Estaba completamente ido en sus pensamientos, hasta que fui lo suficientemente valiente como para ponerle mi mano en la de él, y sentí algo cálido, lo cual hizo que volteara a verme por un segundo para luego mirar mi mano, hizo una mueca, como si le hubiese molestado ese gesto, lo que hizo que inmediatamente retirase mi mano y le volví a sonreír, él me miró, con seriedad para luego sonreír, pero fue una sonrisa dolida, apagada. Retiró la mano de la mesa y se levantó

— Me siento algo mal, iré a la habitación a descansar, les veo mañana, tengan buena noche — avisa retirándose del lugar. Lo veo caminar hacia la salida, anonadada con tal seguridad, es tan increíble, camina haciendo intimidar a quien cualquiera que lo mire e irradiando peligro. Suspiro y volteo a mirar nuevamente a Isaac y Vico, cuando lo hago ambos me están mirando

— Nessie, ten cuidado, no te apegues mucho al chico, tiene sus demonios y no quisiera que esos demonios te perjudicarán a vos — el tono de Isaac salió con reproche y preocupación, la preocupación de un padre

— No te preocupes por eso, aparte no es tan malo como parece, bueno espero que no, le tengo fe — sonríe por mi respuesta, ya que le respondí intentando hacer que se tranquilice

— Nessie, soy consciente de dos cosas, de lo que has sufrido y de lo que has perdido, y de tu teoría de bondad en las personas, pero sólo quiero prevenir antes que lamentar. Ten cuidado, pequeña — le devolví la sonrisa ante su preocupación y por la palabra que usó, así era como me decía mi madre y como me llama él desde que se hizo cargo de mí, incluso antes, cuando lo nombraron mi padrino

— Ya te digo yo que estaré bien — sigo intentando calmarlo, aunque también me lo digo internamente, no sé, pero al ver al ruso con esa sonrisa triste, ver que ha perdido tanto, solo quiero mostrarle que no todo en el mundo es un asco

— ¿Nessie? — mi nombre en pregunta hizo que viera a Vico

— Ahhhh, ¿qué? Perdón me quede pensando

— Me doy cuenta, Peti — muerdo el labio con diversión al oír otro de mis más repetidos apodos — te pregunte, ¿qué comerás?

— Jmmm no sé, Vico, pedí por mí, iré al baño — avisé levantándome en ese momento. Sigo coja por los dos golpes que me di. Llego al baño y le mando un mensaje a Mel. Olvidaba ese detalle, olvidé decirles quien es Mel, la teñida, bueno ahí va

 >> Melanie Stryder es como una hermana para mí, la amo como si fuera una. También es la persona más diferente a mí. Una mujer esbelta y delgada, mientras que yo soy pequeña, es rubia y yo morochita, ella es bastante linda, aunque el adjetivo con la que siempre la he descrito es hermosa, y aunque yo tengo un buen cuerpo, tiendo a engordar, mientras que Mel es la persona más descuidada en la comida, dejando eso de lado tiene unos preciosos ojos color azul oscuro que han dejado loco a más de uno. Sumándole a esto una personalidad arrolladora, la cual ningún hombre con el que ha estado, ha podido controlar.

Y volviendo al caso, le mandé un mensaje

Yo. “Rubia teñida, te extraño perdón no despedirme, pero necesito ayuda, vieja. Te amucho, teñí.”

Espero la respuesta de Mel sentada en el retrete y por primera vez en la vida, les pido ayuda a mis viejos, por medio de un susurro — ¿qué tengo que hacer? ¿Por qué me duele no saber lo que le pasa? — despejé mis preguntas al momento de sentir mi celular vibra, recibiendo el mensaje de Mel

Mel: ¡Duende maldito! ¡Yo. No. Soy. Teñida! Y te perdono, aunque siento que solo me usas :'( sólo me hablas cuando me necesitas, esta relación no funciona así.




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