Las horas pasan, ninguno pronuncia alguna sílaba desde que Richard dijo que dejaran así; ese aturdidor sonido silencioso se hace cada vez más pesado, pues la conversación quedó en un punto en el cual no tendría retorno de ningún modo. Nuevamente anochece, pero esa noche era distinta, Douglas Vonhagen, piensa en su próximo paso, pues sabe que Richard no descansará hasta descubrir la verdad, -pero la verdad está más cerca de lo que se imagina, ¿qué podré hacer cuando él se acerce a mi pasado?-.
Sólo el silencio se apodera del lugar, en esta ocasión ni la noche responde a su pregunta, el silencio enmudece de igual manera y los pensamientos se anulan.
Surgen preguntas sin respuesta, respuestas que conducen a otras preguntas y la mente confusa de igual manera, quisiera estallar en mil pedazos para así sucumbir ante el desespero y desaparecer de una vez por todas. -¡Que dilema es vivir y morir vivo!- piensa para sus adentros Douglas Vonhagen, la noche transcurre minuto a minuto, sigue pensando en que debe hacer para eludir la situación, ¿sería mejor escapar en la noche, dejando todo atrás, pues ya lo había hecho en otras ocasiones?, pero recordó que desde su retirada del ejército ruso, sus enemigos no paraban de buscarlo, si se iba llegarían hasta Richard y lo torturarían en búsqueda de una respuesta que él jamás tendría, pero el dilema continúa pues si se quedaba pasaría algo similar o peor-¡Demonios!- se grita a sí mismo, - en qué momento caí tan bajo - y ¿cómo lo soluciono ahora?-.
La mañana está ya cerca, el día empieza a aclararse, y lo peor es que la pregunta de mayor relevancia sigue allí en su mente, -¿habré sido yo quien asesino a su esposa?- y si fué así, ¿cómo reaccionará?-.
El primer rayo de sol se asoma en el horizonte, toda una noche y no pudo encontrar la respuesta que buscaba, ¿tendría que decir la verdad o seguir inventando más cosas?, el peso de su miedo lo abate, se pregunta cómo un ex soldado ruso que fué entrenado para no temer a la muerte ni a la humanidad hoy sucumbe ante un sentimiento tan vago como lo es el miedo, sus ojos quisieron encharcarse, pero no lo permitió. Amanece y una vez más da inicio un nuevo día, una vez más la presión de tener que afrontar a Richard ¿qué pasará?…