~ Sebastian ~
La señorita se quedo dormida segundos después de acomodarse, obviamente se encontraba cansada, revisé la habitación para asegurarme de que todo estuviera en orden y que no hyaya cosas fuera de lo normal. Salí de la habitación para investigar si traman algo, los padres del joven Spence no se encuentran en la mansión y la tormenta solo empeoró.
—Demonio no debería pasearse por ahí en casas ajenas - La voz de la Señorita Ashelia me llamo la atención.
—Lamento la intrusión, solo quería conocer mas la mansión, mi ama se distrae con facilidad y puede perderse - Me excuse.
—No se preocupe, en caso de que ocurra le ayudaré a encontrarla, puede hacer el favor de regresar a su habitación - Se escuchaba obviamente molesta.
—El joven Alex le ha propuesto matrimonio a la señorita ¿Qué traman? - Decidi preguntar por cualquier cosa.
—Nada en especial el señorito tiene un alma pura y la de su "ama" se mantiene en equilibrio - Habla tras un suspiro.
—No creo que el joven este a la altura de la señorita.
—Entonces ¿Quién lo esta?
—Nadie hasta el momento.
—¿Seguro?... - Me observo un momento en silencio —Bien sera mejor que regreses antes de que note tu ausencia, yo tengo trabajo que hacer.
Se retiro del lugar, tras dar un rapido vistazo a mia alrededores decidí volver a la habitación, sería una noche larga si la paso despierto.
—¿Sebastian?... - Escuche detras mio al cerrar la puerta, la gira via a la señorita adormilada sentandose un poco —¿A donde fuiste? - Bostezo
—Disculpeme por despertarla Señorita, no se preocupe.
—Claro que me preocupo - Se talló los ojos —Recuestate y "duerme" - Hizo comillas en la última palabra —Será una noche larga si no lo haces.
—Señorita ya le dije que...
—No te pregunte Sebastian, te lo estoy diciendo - Me interrumpió con seriedad.
—Entiendo.
Fue todo lo que dije tras un suspiro de resignación, antes de entrar a la cama junto a ella, quien volvió a acomodarse.
—No te preocupes y duerme...- No tardo en volver a quedarse dormida.
Simplemente la observé el resto de la noche, no podía dormir en un lugar ajeno, bajaría la guardia a hacerlo y la dejaria desproteg.
~ Angelica ~
La noche fue tranquila al menos desde mi punto de vista, me sentía suficientemente descansada, no sabia realmente la hora que era, por lo que creí que lo mejor que podia hacer era terminar de despertar.
—Señorita ¿Ocurre algo? — Se encontraba frente mío, a pesar de aun estar oscuro logre visualizarlo con relativa facilidad.
—No, ¿Qué hora es? - Pregunte estirandome un poco.
—Vera, son las tres cuarenta y cinco de la mañana, vuelva a dormir - Me indicó con suavidad.a
—Creí que ya era tarde...- Lo observe un momento, no le había prestado mucha atención a sus facciones antes, realmente se conserva, supongo que son ventajas de su inmortalidad.
—¿Señorita?... - Al parecer lo mire demasiado.
—Solo me preguntaba ¿Qué edad tienes? - Solte aquella duda sin pensarlo demasiado.
—Tengo...
—¡Sebastian! Angelica no esta...- Alex entro de repente interrumpiendo su respuesta.
—Alex... ¿Ocurre algo? - Me senté en mi lugar cubriendo mi ojo.
—¿Qué haces aquí?, No verte en la habitación me asustó - Pregunto con cierta seriedad, incluso podría decir que tenía un toque de molestia.
—La señorita no podía dormir, vino ha modificar su horario de hoy debido al clima, pero ¿Por qué usted quería visitar a la señorita a esta hora? - Respondió en mi lugar.
Alex se quedo sin habla y salio de la habitación, eso me pareció extraño, ¿Habra tenido alguna pesadilla o algo?
—Señorita debería volver a dormir.
—Ya no tengo sueño y no me siento cansada - Dije mientras me recargaba en el cabezal de la cama.
—Entonces le preparare algo, pediré prestada la cocina - Se levanto y salio de la habitación.
Es de madrugada vaya problema, definitivamente esto podría afectar mi horario de sueño, solo me levante para ir a prepararme la bañera tranquilamente, entre a esta y poco después escuche a Sebastian volviendo a entrar, seguramente hizo algo rápido.
—¿Señorita? - Lo escuche llamándome después de entrar.
—Estoy en la bañera - Le informe alzando ligeramente la voz por inercia.
Simplemente entro para colocar una bandeja con té y bizcochos junto a la bañera, se retiró del lugar cerrando la puerta detras de si, agradeci que me diera un momento de privacidad. El agua es agradable y disfrutaba del silenció, termine el té y los bizcochos después de unos minutos, pero decidí quedarme otro rato dentro, sin darme cuenta las horas pasaron y como era de esperarse mis dedos se arrugaron, Sebastian llamo a la puerta por lo que decidí salir de la bañera y me cubrí.
—Adelante.
—Han dado las seis Señorita, el joven Alex le ha enviado esto - Mostró un vestido bastante lindo a decir verdad, al menos de acuerdo a los estándares.
—Entiendo - Asentí para que continuara.
Me seco y vistió, él ya se había dado un baño y cambiado su traje, el olor a lavanda lo delataba, seguro que fue a la mansión por un cambio y darle instrucciones a los sirvientes en lo que estaba en la bañera.
—¿La tormenta? - Pregunte cuando terminó de ajustar el vestido.
—Continua Señorita - Me sente para que me colocara los zapatos.
—¿Podremos volver hoy? - Realmente no quisiera quedarme otra noche fuera, agradezco la hospitalidad, pero no estoy del todo comoda.
-Por el momento no - Contestó al terminar.
Suspire con pesadez en signo de negación, una sonrisa calida de su parte me dijo que no era tan malo, entonces salimos de la habitación donde nos encontramos con Ashelia a punto de tocar.
—Condesa, el señorito quiere que le acompañe en la biblioteca.
—De acuerdo... - Respondi con cierta duda, pero la mano de Sebastian en mi espalda me animo
- Y señor Sebastian podría apoyarnos en la cocina.