“¡¡¡CHÉ!!!”
Mi prima Isabella prácticamente grita desde el otro lado de la pantalla de mi laptop, luego de contarle sobre los eventos que ocurrieron más temprano hoy.
“¡Yo sé!” le digo, cubriéndome la cara.
“¿James?” Isa pregunta.
“Sí, James”, respondo.
“¿Ackermann?” sigue preguntando.
“Sí, así se llama”, estoy a esto de molestarme, “¡Ya me escuchaste!”.
“Espera…” Isa se levanta por un segundo, y regresa con una revista en sus manos, que me muestra.
“¿Es ESTE James?” dice apuntando a una foto de James y Sean juntos.
“¡Sí, ese es él!” Vaya, se ve muy joven allí. ¿Eso qué es?” le pregunto. En la foto James aparece junto a Sean Laguardia, de los Quicksand Swimmers.
“James y Sean han trabajado mucho juntos y son grandes amigos… Ay, Dios mío…” Isa exclama, aún tratando de creer lo que le estaba diciendo.
“Sí…” río nerviosa.
“¿Te das cuenta de lo que esto significa? Dice Isa. “Esto es algo así como… ¡menos de un grado de separación!”.
“¿De qué?”
“¡De Sean, por supuesto!” contesta, levantando la voz.
“¿De qué demonios hablas?” le pregunto, seriamente.
“Quiero decir…” comienza a explicarme, “¡James es uno de sus mejores amigos!”
“¿Y…?” digo. “Isa, yo te dije que te conseguiría el autógrafo, el video, la llamada, lo que fuera, eso no tiene nada que ver con James y conmigo…”
“No, no, no, ¡No me estás entendiendo! ¡Yo tengo que estar ahí!” Exclama, casi frustrada. “No sé cómo, pero tengo que hacerlo. Tengo que conocer a James, ay…”
Respiro hondo.
“Me encantaría que vinieses, sabes que sí, pero…” le digo, “Es complicado, además, tú misma me dijiste que no podías, que acababas de comenzar un nuevo empleo y…”
“¡Ay, por Dios, Zara!” Isa gruñe. “¡Al diablo el trabajo! ¡Esto es mucho más importante! Está bien, tal vez pueda pedirle a papá…”
Al crecer, el padre de Isa nunca estuvo presente, y tendía a compensar sus ausencias dándole regalos, lo cual ella aprendió a usar como ventaja y con lo cual yo nunca estuve de acuerdo.
“Isa… me prometiste que nunca más le pedirías nada a tu padre”, le digo. “Ya no eres una niñita”.
“Ya lo sé, ya lo sé, pero… una última cosa… ¿no?” Dice. “No me va a decir que no. Todavía siente que debe reponer el tiempo perdido dándome cosas como, dinero para un viajecito a Europa…”
“No puedo decir que esté de acuerdo o en desacuerdo con tu plan”, le digo, casi frustrada, pero muy adentro, sí quiero que venga. “Pero debes actuar rápido, no quedan muchas fechas de la gira…”
Le echo un vistazo a mi calendario. La gira termina, técnicamente, en nueve días, luego viene más de un mes libre, y después nos encontraremos nuevamente al final de agosto para un festival, y eso será todo. Sigo mirando las fechas, preocupada. Es muy poco tiempo.
“Y… ¿qué hay de tu trabajo?” Le pregunto a Isa.
“Pff… ¡Me tomaré una semana libre!” dice. Sé que en realidad no le importa.
“Okey…” suspiro, “Volvamos a mí por un momento. ¿Qué hago ahora?”
“¡Pues ir por ello, por supuesto!” Isa ríe.
“Sí quiero, ay Dios, me encanta él…” admito, “Pero… no puedo encariñarme demasiado, como te dije, la gira se acabará pronto y…”
“¿Y eso qué importa?” Isa me interrumpe, “pueden durar más allá de la gira, sabes… Tendrán un mes libre, ¡Hagan planes y vayan con la corriente!”
“No lo creo”, niego con la cabeza. “Ni siquiera vivimos en el mismo continente… y… es un músico de giras, y ya sabes cómo son…”
“Supongo que no todos son así, Steve no lo es” dice Isa.
“¡Eso es porque Rosie es clarividente, y se enteraría!”
Las dos reímos. Rosie, la esposa de Steve, en realidad es una terapeuta holística, pero tiene maneras de saber. Sabe cuando alguien está mintiendo, cuando alguien está feliz, triste, asustado… enamorado…
“Ay, y cuando le cuentes esto a Steve…” Isa dice, con los ojos abiertos de par en par.
Steve siempre siente la necesidad de protegerme, en particular luego del fallecimiento de nuestros padres. Esto incluye a los chicos, en específico chicos que resulten ser músicos. No importa que yo ya sea una adulta, o que no salga mucho… o nada…
“Ja…” me río, “¿Hace falta que lo sepa? ¡Ya lo puedo ver dándome un discurso! No, no hace falta que se lo diga”. Respiro hondo. “En fin, menos mal que Rosie llegará pronto, ella me ayudará”.