Solo Mia

Dieciocho:

Mia:

Mi padre, la persona que había sido el hombre de mi vida, la misma persona que me había decepcionado y abandonado estaba sentado frente a mi, rogándome perdón. Diciendo que la razón por la que se había ido no tenia nada que ver con los sentimientos hacia mi o mi madre, que nos amaba y que algún día iba a poder explicar porque se fue. En este momento de mi vida, en donde no se me permitía llorar o lamentarme, en donde tenia a cargo a mi hermana de 3 años, en donde tenia solo a Caden como apoyo, no podía decirle que no a mi padre. No era una persona rencorosa y mucho menos cuando el hombre que tal vez mas ame en mi vida se encontraba pidiéndome otra oportunidad. Simplemente lo abrace.

—Quiero que tu y tu hermana vengan conmigo.—me aleje un poco de el y suspire.

—No creo que eso sea posible, Caden compro un apartamento, vamos a vender la casa o tal vez alquilarla, no voy a alejarme de el.—George me miro por unos segundos y luego suspiro.

—Estas hecha todo una mujer adulta, tomando decisiones responsables.—sonreí de lado.

—Mujer si, adulta nunca.-Me sonrio diveritdo.

—Me gustaría que tu mama y yo no hubiéramos cometidos tantos errores, tu tendrías una vida normal ahora.—no entendí en realidad lo que quiso decir, pero estaba cansada de hacerme preguntas de que mierda era mi vida ahora.

Solo dejo que las cosas pasen y tratar de adaptarme a los sucesos, todo pasa tan rápido que no me da tiempo a siquiera negarme.—el suspiro y cambio de tema radicalmente.

—Quiero conocer a Caden. Los invito hoy a cenar, así de paso conoces a mi esposa.—largue una risita por el tono que había usado.

—Bien, esta noche será, manda la dirección por mensaje.—Asintió y después de habla cosas banales, nos despedimos.

Caden:

Gigi estaba en casa de Mony, así que decidí a invitar a mis hermanos y Mark a jugar video juegos, Mia podía ser una persona muy madura, pero cuando se trataba de video juegos era una chiflada niña de 6 años, tenia millones de video juegos que me había prohibido tocar sin su supervisión, pero soy un chico malo y los chicos malos no seguimos las reglas.

—Joder, tu novia es genial.—susurro Steven.

—Lo se, es mi novia…—Mark rodeo los ojos.

—Empecemos.—Murmuro Matthew después de tomar de su cerveza.

Estuvimos al redor de dos horas jugando video juegos y para cuando se escucho la llave en la puerta salí de mi burbuja y me di cuenta que la casa era un asco y olía increíblemente a hombre. Había bolsas tiradas, botellas y creí ver la remera de alguno de los chicos tirada por ahí.

Joder Caden, hace cuanto no te bañas…—Mia al ver la casa me fulmino con la mirada, los chicos no la notaron ya que estaban demasiado concentrados tratando de que los zombis espaciales no nos destruyeran el cuartel.

—¿Que estas viend…—Steven no termino la frase que se paro en seco y se puso la camiseta.—Hola Mia, ¿Como estas?—mi chica estaba parada con los brazos cruzados mirando toda la casa seria.

—Oh estoy bien Stev, muy bien.—Yo si fuera el no respondería. Steven solo asintio nervioso.—Caden cariño, ¿quien va a limpiar todo esto?—Mis hermanos y mi mejor amigo pasaban su mirada de mi a mi novia.

—Lo voy a limpiar yo nena—Asintio.—¿Donde esta la niña Cad?—Estaba burlándose de mi, lo sabia, ella amaba el desorden y el olor a hombre, pero quería ver que tanto me podía dominar.

—Con Mony babe—Me sonrio y miro a Mark que reprimía carcajadas.

—¿Esto te da risa Markie?—mi amigo se volvió serio y negó.

—Ah, menos mal, porque todos ustedes ayudaran a ordenar, no querrán que les cuente a papa James lo que estuvieron haciendo en mi casa.—ella sonrió y los chicos negaron.

—No te preocupes cuñada.—sonrió Steven y ella largo una carcajada y subió a su cuarto.

—Nos tiene comiendo de la palma de su mano…a todos.—susurre y todos asintieron.

Una vez que los chicos se fueron y nos arreglamos, dejamos a Gianella en casa de mi padre otra vez y nos dirigimos a casa del papa de Mia, la casa de George estaba bastante alejada de nosotros ya que pertenecía a un barrio privado.

—¿Estas bien?—Mia me miraba con esos ojos chocolates que tanto me gustaban y tanta paz me daban.

—Un poco nervioso—Le sonrei y ella me devolvio una sonrisa reconfortante.

—Mi papa es diferente, no lo estes, el es genial.—Vi como sus ojos brillaron y me senti feliz de que ella estuviera bien con su padre a pesar de todo.



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En el texto hay: accion, chicomalo, pandilla

Editado: 05.07.2018

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