A primera hora de la mañana ordene a Thimor llevar a Scarlett a su casa, ella no se fue sin antes besarme y volver a decirme que me amaba, que ingenua era.
Al medio día James estaba casi listo para partir pero hablaba con mi hermano; alejados de ellos estaba Rosetta que al parecer olfateaba el aire, estaba oliendo el aroma de Scarlett sin vacilación.
Me acerque a ella con cuidado.
— ¿Es interesante el olor? —le pregunte.
— Me das asco —espeto viéndome con ira.
— ¿Podrías decir por qué? —me pare firme cruzándome de brazos esperando su respuesta.
— Estar con un mortal. ¿Te parece satisfactorio jugar con alguien así? —gruño y sus ojos se pusieron intenso. La mirada de depredador era la más pura que había observado.
— Eso es personal —entrecerré los ojos.
Rio con ironía.
— Los seres como tú me dan asco. Destruyen todo a su paso para conseguir lo que quieren sin importar a quien dañen, después de todo lo único que les importa es la sangre, hacer sufrir a los demás. Te crees superior por jugar con ella pero eres alguien débil, y lo sabes —gruño acercándose como un animal.
— Tú y yo somos casi iguales. Soy como tú, me dejo llevar por la sangre, pero al menos me controlo —la vi desafiante. Sabía que los primeros meses eran lo más difícil para un recién convertido. Pero no iba a dejar que esa rubia hablara de más y menos en mi territorio.
— ¡Yo no pedí ser eso! —en un movimiento rápido, demasiado rápido, se abalanzo sobre mí con una fuerza excepcional, caí al suelo y ella encima mío, dio un golpe con su puño cerrado cerca de mi rostro, dándole a la tierra dura, ese golpe la hundió como arena. Su estado estaba descontrolado—. No vuelvas a decir que soy como tú —tomo mi quijada entre su fría mano y la apretó con fuerza, hasta que soltó un crujir—. Porque tu clan va a quedar sin líder —su gruñido era parecido a lo de una bestia.
Se levantó rápido y vio de forma agresiva a todos.
No me había dado tiempo de reaccionar, un sentimiento que no me agrado.
— Rosetta —le llamo su hermana con un poco de miedo—. Querida vamos a montarnos al carruaje.
La Electi cerró los ojos y camino así hasta donde estaba el carruaje de James, y se montó.
Este me vio en el suelo tirado con arrogancia y partió.
Nunca pensé que ella se descontrolaría de esa manera y atacara sin temor al líder de un clan, sin sobresalto de iniciar una guerra.
Maldito James, me ocupare de ellos una vez pasado el tiempo, para que ella no la domine ese instinto animal.
Dimitrie se acercó a mí y mi hermano mantuvo la distancia.
— ¿Sr.? —pregunto.
Hice una seña que no se preocupara y me pare acomodándome la quijada de nuevo a su sitio.
— Necesito que…olvídalo —vi a mi hermano—. Nos vamos de aquí. Quizás a Francia o Inglaterra.
— ¿Te pegan y ya te quieres marchar? —bromeo mi hermano y sus labios tiraron de una sonrisa burlona.
— Hoy tendremos a un nuevo miembro en el clan —sacudí mi saco ignorando lo que él había pronunciado.
— ¿Scarlett? —inquirió.
— Si ella, hoy se une a nosotros —me satisfacía por fin decirlo.
— La niña dejo de ser niña —enarco una ceja mi hermano—. Si nos vamos tendré que ir a despedirme de mis amigas, o como tú las llamas esas mujerzuelas —mostro falsa indignación.
— Necesito que te quedes hasta que venga ella —le ordene antes que partiera.
— ¿Y va a venir?
— Sé que lo hará —vi a Dimitrie—. Ve y dile a Thimor que nos vamos al amanecer, empaquen lo de valor, y después pueden hacer lo que quieran.
El aludido asintió y marcho. Y mi hermano hizo lo mismo.
⊶──────────⊷
Fui al jardín trasero para esperar que Scarlett viniera, sabía que iba a venir pronto. El clima estaba cálido, el cielo completamente despejado, el olor de las hiervas era fuerte y se podía escuchar a las mariposas revolotear, parecía el día prefecto para alguien que le guste un día así, a mí no, pero este día se iba a convertir en unos de mis favoritos…hasta el momento.
Me mantuve calmado esperando a Scarlett, necesitaba pensar en ella y no en esa salvaje rubia que me había atacado, esos malditos americanos me la iban a pagar caro, muy caro por ello; solo tenía que actuar en el momento justo, todos los clanes sabemos que James jamás se mereció ser la cabeza de su clan, es como si mi hermano lo pongan a liderar a los Denndorfer, son seres que no sirven para la guerra y si fuera por ellos estarían rodeados de mujeres cumpliendo solo sus deseos carnales. Claro está, que cuando acabe con James esa Electi me pertenecerá solo a mí, y los demás clanes caerán ante el mío; por supuesto que no será fácil de domar a esa rubia de instinto animal, pero sé que podré controlarla y disfrutare haciéndolo.
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Editado: 28.04.2019