CAPITULO 14
Estamos caminando por las calles de Brasil, comiendo todo lo que se puede comer y tomando fotos. Bianca está comprando una botella de agua para lavarse la cara, acaba de mirar las fotos y darse cuenta de la gran marca roja que se le ha formado en el cachete por quedarse dormida encima de mi mochila.
Después de mi entrevista, me dijeron que a las seis volviera. Rafael y su mamá nos acompañaron a almorzar, también un chico cuya novia se había hecho amiga con Bianca. Nos separamos hace un rato para ir de compras, Bianca me convenció de ir a una tienda exclusiva de Brasil reconocida por vender productos naturales para la piel.
-Tú teléfono está sonando
- ¿Hum? - responde sin prestar atención a nada más que unos exfoliantes
Cojo su celular del bolsillo de su pantalón. Maritza la está llamando por facetime.
-¡Hey!
-¡Hola! ¿Cómo va todo? ¡¿Qué tal?! – pregunta emocionada, al mismo tiempo Mateo se acerca y saluda- ¡Hola amigo! ¡¿Cómo les va todo?!
-Bien… creo. Todo es una locura, hay chicos de todas partes con voces impresionantes. Y la gente grande es un poco intimidante. Pero creo que sobreviviré
- ¡Estoy muy ansiosa! Promete que sea cual sea el resultado nos llamaras de inmediato. – pide Maritza.
- Sí, amigo. De hecho, más te vale que lo hagas o Maritza tendrá una crisis nerviosa, ya está dando señales de un posible colapso
-Nah, te tiene cerca para encargarte. -Le digo con sorna y podría jurar que Mateo se sonroja
-Bianca… ¡¿eso es lo que creo que es?!
A esto Bi si presta atención ya sea que se haya enterado o no que evidentemente Maritza está cambiando de tema. Empiezan a hablar sin respirar sobre cremas. Yo y Mateo nos limitamos a un par de gestos entre nosotros.
Para cuando es hora de regresar al estudio ya hemos tomado una cantidad decente de fotos, visitado unas cuántas tiendas, comprado helado y conocido el Monumento a las Bandeiras. Para no ser un viaje turístico, hemos sido lo suficientemente productivos con la oportunidad.
Sin embargo, ahora mismo toda esa tranquilidad se ha ido volando. Sentados junto a todos los concursantes y sus acompañantes, escuchamos a uno de los productores hablar.
“Ha sido muy difícil…”
“Todos son muy talentosos…”
“Sigan sus sueños…”
“Gracias a todos…”
Con el cuerpo entumecido, con un leve temblor y con el corazón galopando, escucho nombre por nombre. Cuando mencionan a Rafael me alegro sinceramente. Cuando menciona mi nombre, no reacciono. Pero ni siquiera importa porqué Bianca lo hace por los dos.
Soy lento, como un surfista esperando la gran ola y cuando al fin me subo en ella, surfeo como nunca.
Editado: 16.11.2020