Capítulo 1

Capítulo 1

Blake

El depósito se ve extraño iluminado por luces LED en la improvisada pista de baile. Pista que dentro de unos momentos se convertirá en un cuadrilátero.

Este no es un lugar para una señorita, pero yo no soy, en teoría, una señorita.

Me considero casi tan peligrosa como los chicos que deambulan por aquí.

Y es que con solo mirarme cualquiera puede notarlo. No es porque parezco un chico. No, esa idea no puede estar más alejada de la realidad. En realidad, yo creo que estoy bastante buena, y no es arrogancia de mi parte, sino que tengo suficientes espejos en mi apartamento y los chicos se encargan de decírmelo, aunque solo lo hagan para acostarse conmigo. Soy alta, más alta que la mayoría de las chicas, tengo la piel blanca, casi como un papel, mi cabello negro azabache llega hasta mi cuello y se hace más largo en la parte delantera, tengo curvas, bastantes curvas, tantas que puedo competir contra Jessica Rabbits en un concurso de curvas peligrosas y quedar en segundo lugar porque, bueno, nadie puede ganarle a Jessica Rabbits.

Pero mi aspecto es el que la sociedad etiqueta como delincuente, criminal o marginal por el simple hecho de estar llena de tatuajes desde el cuello hasta los pies.

Sin embargo, no es solo mi aspecto lo que puede etiquetarse de “peligroso”, también está el detalle de que puedo someter a un hombre con mi gancho derecho. Mi hermano me enseñó a golpear cuando un niño que iba conmigo a la escuela primaria me golpeó porque le dije que era un marica, en ese entonces yo solo tenía 7 años –para ese momento ya era bien sabido que nunca me iba a comportar como una señorita decente–. Desde ese día, mi hermano mayor se puso como meta en la vida que aprendiera a defenderme porque él no iba a estar siempre conmigo. Y aunque Kurt solo me lleva un año, ese chico aprendió a defenderse temprano en su niñez con los hermanos mayores de su mejor amigo, Alex. Además de que Kurt parece llevar el instinto de boxeador en la sangre.

Han pasado 14 años desde el día en que mi hermano inició sus lecciones de “defensa personal" en las que yo fui su única aprendiz. Para este momento, soy tan letal como cualquier matón que está en este lugar.

Eso me recuerda lo que estoy haciendo aquí. Mi hermano tiene una pelea esta noche, por eso estamos en este lugar de mal a muerte. Para eso y para abastecernos de la mercancía que vamos a vender en las fiestas de los niños ricos de la universidad.

Paseo mi mirada por la habitación, buscando a mi hermano, y no lo veo por ningún lado.

Mi inspección se detiene en la puerta de entrada y algo llama mi atención. Liam, un cliente habitual de mi hermano, entra en el depósito con sus ropas de niño rico aparentando algo que está muy lejos de ser cierto; pero eso no es lo que llama mi atención, sino sus acompañantes. Un chico y una chica lo siguen. La chica parece tan fuera de lugar que destaca tanto como lo habría hecho un unicornio color rosa entrando en el depósito. Lleva su largo cabello pelirrojo en una cola alta, un suéter color vino de mangas largas se ajusta perfectamente a ella junto con unos pantalones jeans muy ajustados y unas zapatillas del mismo color que su suéter. El chico, por su parte, solo lleva una camiseta blanca, unos jeans y unos zapatos casuales, pero sus trapitos se notan mucho más costosos que los de cualquier chico con un atuendo parecido.

Los conozco, Jordan y Cameron Allen, ambos van a la misma universidad que yo, no compartimos ninguna clase, pero creo que sí lo hacen con Kurt. Son primos, vienen de Boston, sus padres son dueños de una red hotelera que se extiende por todo el país y son unos niños mimados. Lo que me hace preguntarme porqué una chica como Jordan Allen, integrante de la hermandad más grande del campus, está saliendo con alguien como Liam Prescot. El tipo es un idiota total que en su tiempo libres le gusta ponerse hasta arriba de metanfetaminas y llevarse a la cama a cuanta mujer se atraviese en su camino. Si ella no lo ha notado, tiene nada más que ver el lugar al que la trajo.

Aunque, si lo pensaba bien, me parece normal que el idiota de Liam embobe a Jordan con sus encantos y la haya enamorado, y que, por consiguiente, a la chica no le importe un comino los lugares que frecuenta su novio, pero ¿cómo puede ser posible que también engatuse a Cameron?

Hay que ser muy tonto para no darse cuenta del tipo de persona que es Liam.

—¡Blake! —Me giro hacia la voz de Alex, el mejor amigo de mi hermano y compañero de fechorías—. Kurt ha estado buscándote.

—Estoy justo en el lugar en que me dejaron. —Me levanto del sitio donde estoy sentada, que resulta ser un contenedor de gasolina vacío.

—Peleará contra Brody esta noche y ya sabes cómo se pone ese chupamedias y su banda cada vez que pierde.

Brody, ese tonto le agarró idea a mi hermano desde la primera vez que pelearon y el que nunca haya podido ganarle a Kurt es mucho más frustrante para ese imbécil.

—¿Y tú? —Me mira, confundido por la pregunta— ¿Contra quién peleas?

—Oh, no, esta noche no peleo. —Arrugo la frente en señal de desconcierto, pero el empieza a caminar hacia donde está mi hermano y no explica el porqué no peleará esta noche.

Serpenteamos entre la gente hasta la parte trasera del depósito, en ese lugar se llevan a cabo las apuestas y es donde los aficionados compran alcohol y drogas.