OSCAR
No puedo salir de casa porque todo me recuerda a Isabella... Las mujeres de cabello castaño oscuro me vuelven loco al verla a ella en cada una de ellas que pasa a mi lado. De solo pensar, un escalofrío recorre por todo mi cuerpo como lo hacía con tan solo mirarme a los ojos o el contacto de tersa piel sobre la mía... Solo que ahora mi mente está en ella y una fuerza poderosa bombardea en lo más profundo de mí, mucho más que esa corriente tan familiarizada, mi amiguito se despierta. Es lo peor que me puede pasar, estoy en camino a la empresa y ella ya está en mis pensamientos, por más que lo quiera evitar no puedo.
Desde el día del accidente, no la he podido ver pero no porque no pueda, si no por lo cobarde que soy. Frente a ella balbuceo cosas sin sentido, fue una bendita suerte que no lo haya hecho delante del medico y los camilleros, pero un policía se ha acercado a mí para decirme que trate de no mostrar la cara de tonto al estar con la subcomisario. Es el mismo que lo había visto hablar muy animadamente con ella, mi cerebro trabajaba a mil y mi corazón no dejaba de latir fuerte sobre mi pecho. Me estaba quedando sin respiración cuando quería acercarme a ellos, pero tuve que dar una vuelta para calmar mi pulso acelerado y mantener la mente en blanco.
Cuando vuelvo al lugar del accidente, ella estaba con la mirada perdida sobre los vehículos que circulaban por la avenida y me acerqué a ella. Agostina se unió a nosotros junto a un policía casi de la misma edad de nosotros que me miraba mal... Un pretendiente de Agostina, pero algo me dice que lleva la misma vida que la mía y con ella no se juega. Isabella me lo presenta como Pedro Farias y luego me presenta a mí, por lo que la miro con una sonrisa. Me estrecha su mano serio pero no como antes, temiendo que se haya dado cuenta de mis sentimientos hacia su superior. Nos terminamos despidiendo, dirigiéndome hacia mi casa y por la tarde ir a la empresa por la reunión.
Para las 17:30 hs, la llevé a Olivia a la comisaría ya que no tenía nada que hacer y quería pasar el resto de la tarde con las hermanas Dottavio. Le dije que si le llegaba a preguntar por mí, le contestara que estaba aburrida de ver a su hermano jugar a play con su amigo.
El fin de semana ha llegado, hoy veremos a señores Dottavio que han prometido venir a visitarnos y Olivia está ansiosa por verlos. Ella siempre ha tenido un cariño espacial hacia ellos, como para Fiorella, Matteo y Luca, sin contar la amistad con Agostina y su compinche Isabella. Trataré de convencerlos de que se queden en la noche y Sonia prepare una de sus especialidades del que nos tenía acostumbrados cuando éramos niños.
Con Olivia decidimos levantarnos temprano para prepararles una habitación para ellos. Según mi hermana, el departamento en el que viven Agostina, Isabella y Alejandro es grande pero no lo suficiente para que los señores Dottavio puedan hospedarse. En este momento de mi vida, necesito una imagen paternal y ellos por un día lo podrán hacer... Han sido parte de mi vida desde que tengo conocimiento y ellos siempre han estado cuando mis padres no estaban. Debo admitir que a mi hermana le hace falta ese tipo de afecto y yo me he encerrado a mí mismo que no veía que ella me necesitaba.
Nos encontramos en la casa viendo una película junto a Walter que ha decidido pasar el día con nosotros, pero se que es para pasar el rato con Olivia. No pude negarme a su compañía, ya que estoy nervioso. No se porque, solo será que quiero caerles bien de nuevo a las personas que han formado parte de mi vida para pelear por el amor de Isabella. Si... Solo quieres ser el hombre que esté en la vida de ella, dice mi tan oportuna mente. No puedo negar que eso sentimientos que he tenido en el pasado, aún siguen intactas en el presente.
El timbre anunciando la llegada de los invitados, me saca de mis pensamientos y con Olivia nos miramos sonrientes. Caminamos los dos a la par hacia la puerta, encontrando no solo a Gino y a Sonia, sino que están los hermanos restantes del séquito Dottavio: los mellizos Fiorella y Matteo junto a Luca que nos miran asombrados. Fiorella sonríe a tal punto de reírse de nuestras reacciones. Olivia corre hacia los señores Dottavio a abrazarlos mientras yo me acerco a saludarlos a los hermanos mayores de Agostina e Isabella.
- Hijos, tantos años sin verlos...- dice Sonia con lágrimas en sus ojos- Como han crecido.- acaricia mi cabello y sonrío- Y tú eres igual que tu madre...- nos empuja hacia ella, nos abraza y por último saludo a Gino.
- Pasen.- los invito a pasar adentro- ¿Desean beber agua o jugo?
- Nada cariño.- Sonia pasa su brazo por mi cintura- Dinos, ¿Qué cuentan de sus vidas?- caminamos hacia la sala y Walter esta a un lado.
- Les presento... Él es Walter, mi mejor amigo.- miro a Walter y suspiro- Ellos son Sonia, Gino, Matteo, Luca y Fiorella. Son los padres y hermanos de Agostina e Isabella.
- Un gusto conocerlos, pero a decir verdad no le creí a Oscar cuando me dijo que son una familia grande.- sonríe encogiéndose de hombros disculpándose y nos reímos.
Les hice pasar al comedor para acomodarnos, ya era mediodía y traté de cocinar un almuerzo decente, en lo que ha consistido en pollo al horno con ensalada. El viaje no ha sido largo, pero se ven muy cansados y pienso en que no han descansado antes de salir de sus respectivos trabajos. Me parece gracioso la forma de vestir de Matteo, he tenido mi tiempo de bromear con él, quien ha venido con una camisa manga corta blanca, pantalón de vestir azul marino y mocasines... Como si de un trabajo se tratara. Se está tomando muy en serio su papel de abogado.