Unas semanas después estaba en la editorial, me había encargado de tomar algunas fotos para las portadas, había hecho un par de amigos, Joana una chica de 18 años ella era mi asistente, la había elegido unas semanas atrás, su cabello desastroso, ropa sencilla pero elegante, me recordaba a mi. La editorial donde trabajo me daba la facilidad de trabajar desde mi casa la mayor parte del tiempo, eso era una ventaja.
Hoy habría una actividad importante, una edición especial para la realeza, quería formar parte de eso, así que trabajé un mis fotografías y ediciones, si lo hacía bien capaz y mi carrera despegaría más rápido de lo que pensé. Joana me ayudó a arreglar los formatos y a elegirlos, tenía buen ojo, había 3 fotógrafos más que llevaban más tiempo que yo, y la preferencia existe. En unas horas podría estar en la cima, o estar en burlas.
—Señorita Ana ya están esperándola, ya va a comenzar —hablo Joana
—Bien, pero no me tratase de usted, solo dime... ¿crees que me podrían escoger? —pregunté nerviosa dando vueltas en mi oficina.
—Claro que sí, nunca he mirado unos trabajos muy bien hechos —eso sin duda subió mi ego.
Bajamos hasta la exposición, le había dicho que no se separara de mi en ningún momento, había varias personas, dueños de la editorial, fotógrafos y sus asistentes, según tenía entendido, este proyecto era para mostrar que la realeza era también humana. ¡Claro!
Para ser honesta, había varios trabajos buenos, más un historial más completo que el mío, que había fotografiado para las mejores editorial de Europa y otros países. Eso sin duda me sobrepasó. Una ventaja que tenía con Joana era que ella era reportera o trataba, así que podría ayudarme sin meter a alguien más, y tener más privacidad, claro era que es principiante, pero si lo logramos ella podría dejar de ser mi asistente en muy poco tiempo.
La familia real llegó era la reina Aurora, con el rey Carlos, y sus hijos el príncipe heredero Timothy y su Hermano Blake.
Seguía teniendo la duda de mis fotografías, aún sabiendo que son lo suficiente buenas como para estar presentándolas.
Unos minutos más tardes estaban a unos pasos de mi, el aire empezó a faltarme, las voces se hacían más fuertes y los oídos se tapaban, sudaba como loca, y lo único que se me ocurrió fue salir corriendo hacia mi oficina, segundos después Joana salió detrás de mi apresurada, trataba de tranquilizarme, no lo logró. Aún así tuve que salir, mire al príncipe Blake, me saludo, la pena me invadía, lo esquivé. Unos minutos después estaban conmigo, La reina y el rey quienes miraban cuidadosamente las fotografías y se murmuraban, en cambio los príncipes estaban serios, el príncipe Blake era el menor, y Timothy, el heredero, como recién dije, miraba cuidadosamente las fotografías y después me miraba. En cambio Blake no podía evitar sonreír, y mirarme.
—La Casa Blanca— dijo murmurando el príncipe heredero.
—A si es— respondió Joana por mí, aún no lograba tranquilizarme por completo.
— ¿Hace cuánto eres fotógrafa? —preguntó viendo a Joana
Ella confundida respondió: "No son míos, son de ella, yo solo soy la asistente". Ella me hizo señas de hablar.
— 4 años —pude hablar
— ¿Estas son tus mejores obras?— volvió a preguntar
—No.
Fue lo único que pude decir. Mierda.
— ¿Y por qué no las muestras? —Porque hace demasiadas preguntas, pensé.
—Porque... si le gustan estas les encantará sus fotografías— me miró por unos segundos, y apartó la mirada.
— ¿Que se imagina cuando le digo realeza? —preguntó el rey
—Sabiduría, tradiciones, humanidad, lealtad, y elegancia— fue increíble la facilidad de mi boca al sacar esas palabras con seguridad.
—Bien, gracias— agradeció la reina para dar la vuelta e irse, y su familia detrás.
Pensé que no me había ido bien, los pude haber ofendido, una gran lista de pensamientos rodeaban mi cabeza en esos momentos, ya que con los demás fotógrafos había platicado más. Decidí quitar esos pensamientos, de igual manera aunque no ganará, ¡Había conocido a la familia real!, además de compartir palabras y un par de miradas con los príncipes.
—Claro que lo hará, y conoceremos el castillo —me animaba Joana, lo agradezco hasta un punto, pero eso solo me daba falsas expectativas.
—Claro, y después saldremos con los príncipes, y seremos princesas o como sean los malditos puestos— di vueltas en mi silla
—Apuesto que se está burlando de mi acento latino.
—Claro no, yo pienso que es sexy.
—Supongo que gracias— reí por lo bajo
Estuvimos trabajando en algunos detalles en mis fotografías, y en nuestras agendas. Decidí invitarla a cenar, era nueva en la ciudad así que fuimos a comer a un restaurante cerca de la editorial, todavía no estaba lista mi casa. Hablábamos acerca de nuestras vidas, y cómo llegamos a este punto. Después de eso me diriji a mi casa, se suponía que nos avisarían alguna noticia en unos cuantos días, una llamada me sorprendió, era una llamada del castillo.
Cuando eres pesimista no esperas mucho ya que sabes lo que podría pasar, pero cuando algo sale bien la sorpresa es el doble. En mi caso la sorpresa era el cuádruple, "¡Me habían elegido a mi, carajo a nosotras!" Grité después de colgar diciendo un simple: gracias. De inmediato llamé a Joana, ella gritó y en mi oído, y a juzgar por su grito ella estaba más emocionada que yo. Nos necesitaban 2 días después, tendríamos que estar en la editorial para que el carro real nos llevará al castillo. La tranquilidad y la emoción por fin estaban en mi, aunque un poco de nerviosismo y perfección, y quien no, era la realeza, no cualquier persona puede conocer y fotografiar.