-Puedes dejar de ser tan estúpido y escucharme -estos y otros gritos salían de aquella sala en la cual se encontraban dos jóvenes teniendo una conversación no muy amigable.
-ya te lo dije, no pienso hacer eso -el chico estaba cansado de discutir con su esposa él sabía que ella quería ayudar pero el estado en el que se encontraba lo dificultaba todo
-piensas dejar que invadan tu pueblo sabiendo que puedes luchar y ganar
-no puedo iniciar una guerra estando tú en ese estado, estas en el ojo del huracán tú eres la fuerza del pueblo si te atacan a ti, todo se acaba -se acerca a ella- tú eres todo para mi jamás dejaría que algo te pasara -dejo un pequeño beso en los labios de su esposa.
-pero yo puedo luchar
-no, no puedes, puedes salir herida y le causarías algo al bebé
-soy un licántropo recuerdas, se cuidarme sola
-no pienso poner en peligro la vida de mi hijo y de mi mujer por algo como eso -el chico estaba empezando a perder la paciencia
-si me sucede algo el bebé puede darme la energía, la fuerza y la sangre que necesite
-ya dije que no -el joven trato de no gritar para no alterar a la chica pero ella no colaboraba
-te recuerdo que también mando aquí, tus decisiones y las mías valen por igual
-bien, ¿sabes qué? Haz lo que quieras -tomo un gran bocado de aire y luego lo soltó- te estás dando cuenta que quieres iniciar una guerra, estoy seguro que el concejo no va a aceptar tu petición
-¡el concejo no sirve para una mierda y lo sabes! además eres el rey porque necesitarías aprobación de un concejo -la chica se puso pálida...
(✿◕‿◕✿)
En una noche oscura de agosto mientras todos descansaban en el pequeño pueblo de Hillwang, una multitud de personas completamente desconocidas se hacían paso entre el extenso bosque que daba entrada a este majestuoso lugar. Luego de unos minutos aterradores gritos de mujeres y niños se empezaron a escuchar por todo el pueblo alertando a la comunidad, seguido a esto horrorosos estruendos de árboles cayendo, animales corriendo por todos lados tratando de sobrevivir y casas haciéndose cenizas provocaron terror y angustia en los habitantes.
Por otro lado en el edificio más alto del pueblo se encontraban dos jóvenes abrazados en el césped viendo las estrellas y dándose mucho amor y cariño pero lastimosamente esto no duro mucho tiempo ya que el desastre era cada vez más grande y más preocupante...
-Señor nos están atacando -un guerrero llegó alarmado
-Pon a salvo a mi familia llévalos al refugio junto a las mujeres y niños del pueblo y dile al resto del ejército que se preparen para pelear -el guerrero asiente y sale de la habitación
-Por favor cuídate no quiero que te pase nada -la joven dejo un pequeño beso en los labios del joven el cual se encontraba despidiéndose de sus hijas
-Papi dime que todo estará bien -la pequeña de ocho años miraba a su padre mientras sus ojitos se cristalizaban el joven se agachó quedando a la altura de su hija la cual al tenerlo cerca lo abrazó
-Todo va a estar bien princesa nada malo nos va a pasar pero prométeme algo -la pequeña asintió- prométeme que vas a cuidar de tu hermanita y de tu mamá
-Lo prometo papi -la pequeña le dio un último abrazo para luego salir de la habitación junto a su madre y hermana
-Señor están atacando el norte del castillo -informa un guardia llegando a su lado
-¿Ha muerto alguien? -pregunta tomando un arma
-Por suerte no, pero no van a demorar en entrar
-Bien estén preparados y en sus posiciones nunca se sabe que quieran esas brujas...
En la parte este del pueblo, en un pequeño sótano se encontraban alrededor de 100 personas entre niños y mujeres los cuales esperaban ansiosos a que todo saliera bien y que ni su rey, ni sus esposos murieran en el intento de hallar paz en su pueblo...
-No puedo más debo ir con él -la joven intento salir de aquel lugar, pero como en sus otros intentos fracasó.
-Sé que quieres ayudar, sé que quieres saber si está bien pero debes quedarte aquí. Tú más que nadie sabe lo fuerte que es, además tus hijas te necesitan aquí ya mucho tienen con saber que su padre está luchando por su bienestar. Por favor espera aquí sentada a que nos den noticias -una señora mayor de edad que se encontraba a su lado la tomo por el brazo obligándola a sentarse
No podía estar tranquila cada minuto que pasaba se le hacia una eternidad, sentía como le faltaba el aire y su corazón se aceleraba cada vez que por su mente se atravesaban preguntas ¿su esposo había muerto? ¿Estaba herido? ¿Necesitaría ayuda? ¿Todo ya había acabado? Eran preguntas que la ponían demasiado nerviosa a tal punto de sufrir un pequeño ataque de pánico el cual fue controlado por uno de los médicos que se encontraban en el lugar.
Minutos después de haberse relajado y calmado un poco un guerrero llego a su lado, llevándosela junto a las niñas de vuelta al castillo, pensaba que ya todo había acabado pero en realidad esto apenas estaba comenzando...
-¡NO QUIERO IRME! ¡NO, NO, NO! ¡QUIERO A MI MAMI! -estos y otros gritos eran los que se escuchaban en aquella camioneta mientras esta salía de aquel pueblo...