Solo un poco enfermizo ❃ Hyunin

♡ :  CAPÍTULO XVI — DESNUDO

Cuando Hyunjin se arrastró fuera de la cama y bajó las escaleras, ya era bastante tarde por la mañana, pero no se sentía particularmente descansado.

Jeongin no estaba a la vista.

Wonyoung estaba en la cocina, tomando el desayuno. Cuando lo vió, una emoción cruzó su rostro, tal vez resentimiento o frustración, o incluso algo parecido a la desesperación.

—Buenos días. —dijo ella con neutralidad.

—Buenos días. —respondió Hyunjin, del mismo modo neutral.

El silencio cayó sobre la habitación mientras se miraban uno al otro, y pasó un tiempo antes de que se rompiera.

—Toma asiento. —Wonyoung dijo con una sonrisa forzada— Innie se fue hace un par de horas por alguna sesión de fotos.

Hyunjin se sentó y aceptó una taza de café de ella. Bebió el café en silencio y trató de ordenar sus pensamientos. Sus ojos se encontraron por un breve momento. Ambos desviaron sus miradas con rapidez.

—¿Está el bebé durmiendo? —Hyunjin preguntó finalmente, sólo para decir algo. Cualquier cosa.

—Sí. —dijo Wonyoung.

—Él parece ser un pequeño saludable.

—Sí, —dijo Wonyoung— Es muy parecido a su padre. Se parece mucho a Jeongin, ¿no es así?

Hyunjin pegó una sonrisa a su cara.

—Sí, lo hace.

Otro largo silencio, que pareció una eternidad, siguió. De repente, Wonyoung dejó la taza sobre la mesa y se puso de pie.

—Muy bien, no puedo hacerlo. —Ella lo miró— ¿Sabes qué? Realmente intenté ser amable y comprensiva, pero incluso yo tengo mis límites. Y cuando el padre de mi hijo se pasa toda la noche contigo, ¡No puedo no decir nada y pretender que todo está bien! —Ella negó con la cabeza— ¿No tienes vergüenza? Pensaba que no eras así. ¡Él tiene una familia, por el amor de Dios!

—No estoy tratando de hacer que ustedes dos se separen. —Hyunjin dijo con voz cortante— Si lo quisiera, lo habría hecho años atrás.

Una sonrisa amarga curvó los labios de Wonyoung.

—Oh sí. ¿Se supone que debo estar agradecida de que me permitieras ser su novia? Es agradable por fin verte revelar tu verdadera cara. Sabes muy bien cuán totalmente dependiente es él de ti, ¿no?… Jeongin podrá estar emocionalmente atrofiado y ser incapaz de notar lo enfermizos que son sus sentimientos por ti, pero tú lo sabes. Eso no es amor. —Ella lo miró a los ojos— Admítelo: en el fondo, tú sabes que él no te ama. Tú sabes que lo que siente por ti es sólo una retorcida dependencia enfermiza y un equivocado sentido de gratitud.

Hyunjin apretó la mandíbula, tratando de no dejar que sus palabras le afectaran. Jeongin lo amaba. Lo hacía. Quizás no de esa forma, pero lo hacía. Y sin embargo, un pequeño rastrojo de duda se arrastró en él.

Como si lo percibiera, Wonyoung siguió adelante.

—Tú lo sabes. Puedo verlo en tus ojos. Sabes queél nunca podría amarte del modo en que me ama a mí. Nunca serías suficiente para él. Entonces, ¿cuál es el punto? ¡Deja de arruinar nuestra relación! Él tenía dieciséis años cuando ustedes se conocieron. Era un impresionable y vulnerable chico paralizado y tú te aprovechaste de él; tú debes haber alentado su rara fijación contigo. Y ahora él quiere hacerte feliz. —ella se echó a reír— ¿No ves que lo estás coaccionando para hacer algo que él no quiere?. Me enfermas. No tengo nada contra la gente gay, pero ¿por qué no puedes permanecer lejos del resto de nosotros y limitarte a los de tu tipo? No hay nada más patético que un hombre gay suspirando por un hombre heterosexual y en pareja. Tú eres…

Wonyoung se detuvo a mitad de la frase y palideció. Hyunjin siguió su mirada. Jeongin estaba en la puerta, con los labios apretados en una línea delgada y sus ojos oscuros y lúgubres. ¿Cuánto tiempo habría estado allí? El silencio descendió sobre ellos. Los pasos de Jeongin sonaron fuerte en el silencio absoluto de la habitación. Él se detuvo junto a Wonyoung y se limitó a mirarla por un momento, como si la viera por primera vez.

Ella tragó saliva y sonrió temblorosamente.

—No es…

—No te preocupes, no tendrás que aguantar más a Hyunjin. —Jimindijo, con la voz áspera de rabia apenas controlada— Nos vamos al anochecer.

Hyunjin respiró hondo. Los ojos de Wonyoung se agrandaron.

—Innie…

Jeongin se dio la vuelta, su cara endurecida.

—¡No te atrevas a ignorarme, Yang Jeongin! —espetó Wonyoung, agarrando su hombro— ¡No puedes decir cosas como esas y luego ignorarme! Vamos a hablar como…

Frunciendo los labios, Jeongin se dio la vuelta.

—No hay nada de qué hablar. —dijo, con un tono engañosamente calmo— Dejaste tus sentimientos muy claros. Si te sientes de esa forma, no puedo cambiarlo. Así que me voy.

—¡Pero yo estaba hablando con Hyunjin! No tiene nada que ver contigo…

—Ahí es donde te equivocas. —dijo Jeongin— Yo no quiero estar con una mujer que no respeta a la persona que amo. Ofendiéndolo a él, me ofendes a mí. Tratando de dañarlo, me dañas a mí.

Los ojos de Wonyoung se le llenaron de lágrimas.

—No puedes solo irte así. Somos una familia. Soy la madre de tu hijo. ¿Vas a abandonar a tu hijo? ¿Igual que como tus padres te abandonaron?

Palideciendo, Jeongin tomó una respiración.

—No te dejaré manipularme. No harás que me sienta culpable. Tengo plena intención de ser el padre de mi hijo y a ti nunca te faltará nada. Y puedes quedarte la casa. Vale diez millones, así que no voy a sentir lástima por ti. Eres joven, atractiva y ahora obscenamente rica. Felicitaciones.

Girando sobre sus talones, salió de la cocina, dejando a Wonyoung y a Hyunjin solos.

—Eso fue un golpe bajo.—Hyunjin dijo en voz baja, tratando de controlar su ira.

Wonyoung cruzó los brazos sobre su pecho y miró hacia otro lado.

—Puedes estar feliz ahora. —dijo ella, con los ojos húmedos— Ganaste.

—¿Gané? —Hyunjin dijo, poniéndose en pie— Él no es un puto premio. —y salió de la cocina antes de que pudiera decir algo que luego lamentaría.



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En el texto hay: hyunjin, jeongin, hyunin

Editado: 03.06.2023

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