KENDRA…
Llegué de muy buen humor a la oficina, todo lo contrario a Jones, o “don cara bonita o guaperas”, según Dina, este portaba una mueca de dolor y disgusto a la vez, no era una buena combinación, inteligentemente decidí ignorar su mueca y ser totalmente profesional
Sabía que Evelyn tardaría unos minutos en tener todo perfectamente establecido en la sala de reuniones así que era mi trabajo mantener distraídos a los hombres de fuera, lo primero fue ofrecer algo de cortesía, les lleve café y me abstuve de preguntarle a Elliot si le apetecía acompañar su bebida con una pastilla contra el dolor
Era gracioso saber las habladurías y rumores que recorrían el medio, todos decían con seguridad que los tres hombres llevaban una aventura con mi jefa dado a que ella casi siempre se abstenía de relacionarse con el sexo opuesto, sonreí ladinamente, Evelyn estaba lejos de tener algo con cualquiera de los tres hombres frente a mí, por otro lado Adams… él era un misterio sin resolver para mí, era muy serio, apenas y le veía relacionarse fuera del ámbito profesional y a veces me preguntaba mucho la razón, otra cosa que se me antojaba rara era que incluso hallar fotografías de e el por internet era toda una proeza, y las pocas que había visto… siempre salía serio
—Por favor pasen por aquí—Guie a los hombres a la sala de reuniones, en todo estaba preparado e impoluto, como siempre
Regrese a mi puesto hundiéndome en mi trabajo, cosa que casi nunca se me complicaba, adoraba lo que hacía, tanto que el tiempo se me fue volando y pegue un bote cuando escuche pasos provenientes del corredor, los hombres ya estaban listos para irse, exceptuando a Elliot quien se rezago ante una mirada divertida por parte de su hermano, no dio explicación alguna así que espere hasta que los otros dos hombres desaparecieron por el elevador
—¿Puede mostrarme el baño?
—Claro— Lo guie hasta la estancia sanitaria regresando otra vez a mi puesto, aunque esta vez no me sumergí mucho en el trabajo ya que un mensaje de Elliot brillo en mi teléfono
E: Oye
K: ¿Qué sucede?
E: ¿Podrías venir al baño?
K: ¿Sucede algo?
Ante su falta de respuesta me apresure al baño, estaba intrigada, ¿Qué carajos podía pasar en un baño?, tal vez si acepte la píldora contra el dolor después de todo, me detuve en cuanto le vi recargado a unos metros del baño
—¿Qué pasa? —No puedo evitar el darle una examinada raída, no se la razón, pero lo hago
—Acércate—Me toma unos pocos segundos pero al final lo hago
—¿Qué sucede?
—Cierra los ojos— Levanto una ceja dudosa
—¿Cómo dices?
—Que cierres los ojos—Lo miro muy indecisa hasta que el deja una leve caricia en mi rostro—¿Por favor? —Suspiro en baja voz y lo hago —Extiende una mano con la palma arriba—Sigo las indicaciones, en mi palma se instala un ligero peso con una textura un poco rasposa —Muy bien, ahora no los abras hasta que escuches el elevador cerrarse
—¿Por qué? —No lo note, pero una sonrisa estaba tirando de las comisuras de mi boca
—Solo haz caso—Sentí como sus manos me guiaron de nuevo hasta mi escritorio, en donde también me ayudo a sentarme y procedió finalmente a dejar un leve beso en la esquina de mis labios, escuché claramente sus paso alejándose y finalmente el sonido del elevador cerrándose, abrí cuidadosamente los ojos, estos fueron por instinto a la búsqueda del hombre, lentamente regrese la mirada hasta mi palma, la sonrisa aumento, una piña seca, una linda piña seca, una ni muy grande, ni muy pequeña, palpe con toque suave la superficie rasposa
Mi teléfono suena con mensajes nuevos
E: Tal vez mencionaste la idea de que tener una piña seca te hacia ilusión, me tome la libertad de buscar las más bonita y grande solo para ti
No pude evitar sonreír como una boba nate el mensaje
K: Te lo agradezco con todo el corazón, la guardare muy bien, pero, una pregunta, ¿Por qué le baño?
E: No había cámaras a la vista, no creí que a Evelyn le atrajera mucho la idea de yo coqueteándote
K: Gracias
Miro la piña sonriendo, es un lindo detalle y claramente no mentí al decir que lo guardaría bien
ELLIOT…
Me sentía mejor, creía que en realidad el regalo le había gustado a Kendra, no eran millones de dólares en joyas, pero ella parecía feliz, ¿de verdad podía ser así de sencillo?, suspire, no me encantaba la idea pero estaba seguro que si esa mujer me pidiese algo sumamente caro no tendría ni un jodido problema en dárselo
Seeh, estaba muy prendado de ella, por eso mismo lo primero que haría al llegar a la oficina seri atener una reunión con Smith, quería medir de manera directa a mi competencia, podría sonar exagerado y casi paranoico, pero ya había tomado todo muy personal con Kendra, además si tenía mucha suerte tal vez el chico me dijese algo más sobre ella…