Solsticio

CAPITULO III " TIENES QUE RESISTIR..."

 

CAPITULO III

 

 

TIENES QUE RESISTIR…

 

 

Los días y meses pasaron como agua entre mis dedos, de a poco Strauss comenzó a dejarme salir de la celda.  Tenía tareas varias en el lugar, pero la mayoría eran indeseables, la peor de todas era la limpieza de los baños. En casa me encargaba de las tareas del hogar, pero esto no era para nada lo mismo. Para trabajar me gustaba la cocina ya que allí nadie me molestaba, solo tenía que seguir las directivas de la cocinera encargada y luego solo era servir los menús a las reclusas.
en el tiempo que me encontraba aquí solo había logrado entablar una amistad con Sara, y muchas veces era difícil que pudiéramos hablar ya que Strauss no nos lo permitía.

La verdad es que me confié, pensé que luego que entraran cuatro reclusas nuevas él se olvidaría de mí, pero no fue así.

_tienes que limpiar los baños. Me dijo Albert el encargado de las tareas.
_hace dos semanas que los estoy limpiando

_si sigues quejándote los limpiaras todo el año. Dijo tirándome al suelo el balde con el trapeador.

_está bien, pero tengo que esperar que terminen de ducharse

_no, tienes que empezar ahora

Me dirigí a la zona de los baños para empezar a limpiar, verifiqué que no hubiera nadie abriendo todas las puertas. Al ver que estaba completamente vacío, comencé con el lampazo a limpiar los pisos. Sin darme cuenta que alguien me estaba observando, seguí con la tarea con total normalidad hasta que me di vuelta.

Allí se encontraba de brazos cruzados, apoyado sobre la pared. Su mirada me recorrió entera, me sonreía con superioridad. Yo solo lo miré y seguí con la tarea.
_por más que intentes ignorarme, yo sé muy bien que lo deseas.

_no sé a qué se refiere. Le dije sin mirarlo

_estuve investigando tu expediente y es muy interesante

_¿si? No sé qué tiene de interesante. Solo he sido una chica normal.

_no según tu madre

_mi madre. Le pregunte, escuchar que ella había agregado información a mi expediente, me causo interés, me detuve y lo mire expectante. _a que se refieres

_si, todo está aquí. Me enseño la carpeta que tenía en sus manos _quieres leerlo.

Lo extendió hacia mí, para que lo tomara, al intentar tomarlo él lo alejo, colocándoselo en sus labios y me sonrió _no va a ser tan fácil. ¿Qué me darás a cambio? para leer esta información

_no sé qué puedo darle. No tengo nada para ofrecerle. Le dije retomando mi tarea.

_tu sabes muy bien cómo puedes pagarme. Se acercó a mí y me detuvo tomándome de un brazo para cercarme a él. intente zafarme pero él era mucho más fuerte.
_puede soltarme.

_no, no quiero, ni pienso hacerlo. Me apretó con mucha más fuerza

_no entiendo su interés en mí. Solo logre alejar un poco mi rostro

_ ¿no?, no lo entiendes. Solo mírate. Eres exquisita. Tienes todo lo que un hombre desea de una mujer.  Trague amargo al sentir su aliento pesado sobre mi rostro

_jamás tendrá nada de mí. Primero muerta antes de permitir que tus asquerosas manos me toquen

Se hecho a reír casi de forma maquiavélica _acaso 99 no te advirtió, tú me perteneces, puedo tomarte cuando quiera, como quiera.

_te equivocas. Yo no soy propiedad de nadie. Le dije empujándolo con fuerza, haciendo que el patinara sobre el piso húmedo, golpeándose con brusquedad el trasero.

_voy hacer tu vida un infierno!! Maldita mocosa! ¿No sabes acaso quién soy?

_me importa muy poco quien eres y lo que hagas conmigo. Tire el lampazo y me puse en posición para esperar lo peor, sabía que había provocado a la fiera y todo lo que me pasara a partir de ahora sería únicamente mi culpa.

_acaso piensas que voy a atacarte ahora… rio con fuerza _tendrás que dormir con un ojo abierto a partir de hoy o mejor, yo que tu no dormiría. Se puso de pie acomodo su traje y salió de los baños

Miré mis manos, sorprendida de donde había sacado la fuerza para empujarlo, lo que hace la adrenalina me dije felicitándome. Pero sabía que Strauss tenía razón, desde hoy no podría dormir tranquila

Terminé con mi tarea y me sorprendió el silencio que había en el lugar, me dirigí al comedor, al parecer todas se encontraban allí. Al verme entrar, se dieron vuelta sin sacarme los ojos de encima, observaron cada uno de mis movimientos, lograba percibir su enojo y furia a hacia mí, pero no lograba entender ¿Por qué?

_bueno, ahí la tienen. Ella es la responsable que las raciones de comidas se disminuyan. Como todos sabemos, aquí se manejan las cosas de una manera y la señorita Skyler no quiere colaborar. El escuchar mi nombre de la boca de Strauss, hizo que me odiaran en ese momento ya que a todas nos asignaban un número, yo era la 116. Pero para Strauss yo no era solo un número y eso marco su favoritismo hacia mí. El maldito me había entregado al desprecio de las demás, no haría falta que él se encargara de mí, ya que mis propias compañeras de recinto me destrozarían.
_hijo de tu madre murmure. El solo me sonreía desde donde estaba, se relamió los labios en signo de victoria. Cuando mi rostro solo le mostraba odio.
_será mejor que te cuides. Ellas no tardaran en vengarse de ti. Dijo la 99 acercándose disimuladamente hacia donde yo estaba.
suspire dando pasos hacia atrás, sin sacar la mirada de mis demás compañeras, marcando el camino hacia mi celda.

Cuando pensé que estaba a salvo, me esperaban cuatro quise salir, pero Albert me cerró la puerta de la celda. Estaba acorralada, no tenía a donde ir. Los gritos de 99 se escuchaban detrás de la puerta, luchando para que me dejaran en paz.

_no se acerquen. Les dije a las cuatro muchachas que tenía frente a mi
_y que piensas hacer. Dijo una peli rubia sacando detrás de su espalda una navaja.
_con que así serán las cosas a partir de hoy.




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