BIENVENIDO A MI INFIERNO

RICK

—Disculpa a Erik.

Voltee y vi a esa mujer que se encontraba nerviosa, asustada y triste ante lo ocurrido y pensé en mi madre al instante.
La desesperación de saber que Carlos se desquitaria con ella por mi culpa me agobiaba.

—Perdón.

Susurre viendo mis tenis gastados antes de sentir una punzada en el costado que me obligó a recargarme en la pared
asustando a la mujer que se acercó a mi.

—¿Estas bien?.

Asentí y me deslice por la pared abrazando mis rodillas con frío y hambre antes de escuchar pisadas alejándose de mi, dándome a entender que volvía a estar sólo en ese lugar desconocido.
Oleadas sutiles de dolor recorrían mi abdomen y brazo intensificando se con rapidez,
obligandome a esconder mi cabeza en mis rodillas tratando de acallar posibles quejidos que podrían escapar de mis labios rotos.

—Lo siento —levanté mi cabeza viendo a Erik sentándose junto a mi —Se que ahora estas molesto conmigo por todo lo que estoy
haciendo.

Lo observé cansado dejando que mi cabeza descansara en la pared muy adolorido buscando respuestas, buscando algo que no sabía que era, ni comprendía ni sabía como hacerlo.

—No tienes derecho —negué decepcionado.

—Lo sé —me inspeccionó con la mirada deteniéndose en mi brazo antes de levantarse, irse y regresar deprisa con un botiquín —Se te abrió la herida.

—Deberías dejar que muera desangrado.

Me levanté con ayuda de la pared hastiado de su presencia buscando un lugar donde pueda estar sólo enfermo de su hipocresía.

—Déjame ayudarte.

—No, no quiero tu ayuda, no necesitó tu compasión.

—Se que una disculpa no es suficiente sobretodo...

—No sabes nada.
Eh vivido aquí toda mi vida y nunca le importe a nadie porque serías diferente a ellos.

—No soy diferente —desvío la mirada unos segundos, volviendo a mirarme con unos ojos chispeantes de determinación —Pero ya soy parte de esto y no me importa seguirte al infierno si logró salvarte.

—Entonces bienvenido a mi infierno.

Cerré los ojos algo mareado sintiendo que todo se movía a mi alrededor y se volvía oscuro dejando de oír como si estuviera
dentro de una habitación oscura a prueba de ruido.