RICK
Dormir, Pesadillas, Despertar.
Dormir, Pesadillas, Despertar.
Dormir, Pesadillas, Despertar.
Odio las malditas pesadillas. tormentos que reflejan tus peores miedos, tus debilidades, ese lado frágil que prefiero mantenerlo
oculto.
Ya no quería tener pesadillas pero tampoco deseaba estar despierto en un mundo al cual no pertenezco, un mundo donde
salia sobrando.
Ya no quedaba nada o tal vez nunca existío nada para mi, porque aunque sea doloroso aceptarlo un error como yo no merece nada.
Suspire y abrí mis ojos viendo mi alrededor con destellos dolorosos de lo que habia sucedido antes de que perdiera el conocimiento.
¿Mate a alguien?, no lo sabía, aun no había recordado.
¿Que haría ahora?, no importaba, no soy relevante.
¿Donde estoy?, un hospital, otra vez me regresó al infierno.
Busque con mis ojos en la habitación al culpable de esta lenta agonía encontrandolo ahí sentado en una silla cerca a mi cama
prestando toda su atención a su celular como si no tuviera nada mejor que hacer.
Erik.
Su semblante era la de alguien fatigado que no habia dormido en toda la noche.
¿Porque sigues aquí?, ¿nunca me dejaras en paz?, ya lárgate.
Me gire en la cama hastiado de su lastima y volví a dormir regresando al tormento que me brindaban las sombras del pasado devolviendo me a la conciencia otra vez.
Cerré los ojos buscando regresar a los brazos de mis demonios y saborear de sus manos el sabor amargo de la derrota, de la
perdicion pero en ese instante escuche reproches de una voz femenina.
Busque la procedencia del sonido y vi a Erik y a su madre hablando cerca a la puerta semi abierta de aquella habitación blanca.
—¡¡No puedes arruinar tu vida Erik!! —grito desesperada.
—Mi vida ya está arruinada —respondió molestó.
—Hijo se como te sientes pero por favor entiende que...
—No volveré a dejar que alguien muera si puedo evitarlo —interrumpió en voz baja.
Erik ingresó y cerró la puerta recargando su cabeza en la misma como un perdedor que preferí ignorar sumiendome de nuevo en mis pesadillas.
Se que me compadecía pero que mas da sentir un poco de pena por ti cuando nadie mas lo hace.
Estas solo, no mereces a nadie, eres una desgracia para todos.
Aquellas sombras no dejaban de murmurar aquellas palabras hirientes mientras el suelo se desmoronaba cayendo en un agujero sin final.
Desperté otra vez en el mismo lugar de antes, una cama y una habitacion, la única diferencia es que ahora me encontraba solo.
Busqué a Erik pero ya no estaba aqui.
¿Se habia ido?, ¿se habia dado por vencido?, tal vez su madre por fin logro convencerlo.
Me gire en la cama algo adolorido y cerré los ojos sumergiendo me en la inconsciencia de mis sueños, de mis pesadillas que me regresaron a una de las primeras páginas del libro de mi vida, Una página escrita con sangre que titulaba; Sálvame.
Se podria decir que estaba en un cine 3D, Amarrado a una silla de torturas que me obligaba a ver, sentir y revivir ese horrible suceso.
Ya no, quiero despertar, ¡¡despertar!!.
Otra vez regresaba a esa habitacion mas agitado y tenso que antes pero a salvo dentro de esas cuatro paredes lejos de mi
pasado.
Unas gotas saladas se desalizaron por mis mejillas hasta mis labios.
¿Lloraba mientras dormía?.
Era lo mas probable, lo mas lógico, aunque no podia recordar exactamente lo que soñe.
Como una bebida que podia recordar su sabor pero no recordaba el nombre del producto.
Mi respiración era errática, mis manos temblaban y aun podia sentir todo el terror, el dolor, la desesperacion, la decepción,
la tristeza que sentí mediante el sueño.
Me gire en la cama buscando sosiego percatandome que era de noche y que Erik dormía con la cabeza recargada al borde de
mi cama.
Regule mi respiración y tomé su mano como un hombre que se sube a una balsa cuando se ahoga o se ata una cuerda para no caer en el barranco.
Su mano era mi cuerda que me mantenía seguro frente al barranco de mi pasado.
Cerré los ojos apretando el agarre en su mano buscando un poco de protección al encontrarme muy asustado.
¿No te iras?, porque volviste, no destruyas tu vida por mi, no debería ser el culpable de tu destrucción.
Volví a abrir los ojos y comprendí que lo estaba arrastrando al barranco junto a mi.
Una persona rota termina hiriendo a los demás.
Si dejó de tratar de hundirme en el mar de mi patética existencia y camino hasta la orilla donde te encuentras, ¿estarás a
salvo?, mantente a salvo, no soportaria lastimar a alguien que no tiene nada que ver con mis heridas.
No volveré a dejarme caer, trataré de caminar por un camino mas simple y cortó si eso hace que tu mamá este mas tranquila.
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Editado: 07.11.2023