Staicy se encontraba en las afueras de la casa de Justin, decidida a golpear la puerta para entablar conversación con los padres de Justin.
Staicy golpeó la puerta esperando que abrieran la puerta algunos de los padres de Justin.
Abrió la puerta un señor de tez clara, una expresión mezclada de asombro y desconcierto, cabello oscuro, puesto un terno color negro, parecía que iba a su trabajo.
- ¡Mucho gusto señor, soy Staicy! Una amiga de Beatrice. ¿Ella está en casa?
- ¡Ella tiene prohibida las visitas! Respondió aquél señor.
- ¿A si? Y Justin ¿Está en casa?
-Sí, él está en su cuarto, pasa a la sala,- ¡Mi amor, una amiga de Justin esa en la casa! Gritó el señor avisando a su esposa. -Pronto vendrá mi esposa a atenderte, yo voy de salida.-Por cierto, mi nombre es Esteban.
- ¡Mucho gusto señor! ¡Ah y suerte en el trabajo!
- ¡Gracias Staicy!
Staicy entró a la casa y esperó un momento sentada en el sofá y observando toda la casa.
Era una casa clásica, típica de los años 80, aunque ambientada a los años actuales, con grandes adornos de oro, plata y bronce.
- ¡Es una casa muy grande y bonita! Digna de una familia rica. Pensó Staicy, ella era de clase media y tenía amigos sólo de la clase social de ella, así que nunca había visto tales adornos en una casa, o más bien dicho nunca había visto una casa tan grande.
- ¡Hola, querida! ¡Es un gusto conocerte! Mi nombre es Gabriela. ¿Y el tuyo? La madre de Justin y Beatrice había llegado.
- ¡Es un gusto conocerle señora Gabriela! Mi nombre es Staicy y soy una buena amiga de Beatrice y Justin.
- ¡Mi esposo ya me lo dijo! El gusto es mío Staicy.
La señora Gabriela era muy alegre y atenta, no parecía ser una mujer puesta a prueba con reglas, o una mujer maltratada.
-¿Buscas a Justin cierto?
-De hecho no señora, la busco a usted.
-¿A mi? ¿Para qué?
-Cuando llegué me dí cuenta que el señor Esteban es muy estricto.
-Sí, así es su personalidad.
-¿Por qué él es así?
-Fue educado a la antigua. ¿Entiendes?
-¿Quiere decir que tiene una mentalidad machista?
-No fue lo que dije, simplemente trata de cuidarnos.
-¿Cuidarles? ¿A basa de reglas?
-¿Reglas? ¿A qué te refieres?
-Reglas estrictas y machistas impuestas por su esposo.
La señora Gabriela se quedó atónita por lo que acababa de escuchar.
-¿Cómo sabes de esas reglas?
-Escuché por accidente a Beatrice y Justin hablando cuando iban al colegio.
-¡Pues debiste haber escuchado mal!
-¡Mi esposo es muy bueno con nosotros! aunque como cualquier padre es estricto con sus hijos.
-Pero tienen reglas, y mucho más para Beatrice, Justin no tiene reglas porque es hombre, pero Beatrice las tiene porque es mujer.
-Nose de que me estás hablando Staicy, ellos no tienen reglas.
-¿Por qué sigue defendiendo a su esposo señora?
Con lágrimas en los ojos le dijo. -porque nos da lujos y dinero.
-¿El dinero es todo en la vida señora?
-¡Sé que está mal, pero no podemos hacer nada! Y no tenemos pruebas.
-¿Se necesitan pruebas para arrestar a una persona tan mala como su esposo?
-Lamentablemente sí se necesitan, y nosotros no las tenemos.
-¿Y si las conseguimos?
-¿De qué hablas Staicy?
-Cualquiera de éstos días Beatrice podría romper una regla, eso acabaría enfureciendo a su esposo y haciéndole daño a ella, esa sería nuestra oportunidad para tomar fotografías y denuciar a su esposo.
-Cuando él maltrata a Beatrice lo hace en la su habitación, así nadie puede defenderla.
-Podemos poner cámaras en la habitación, obiamente sin que el señor se de cuenta y cuando le haga daño a Beatrice todo quedará grabado y tendremos pruebas para demandarlo.
-¡Gracias por tratar de ayudarnos Staicy! Pero yo sé que él tiene muchas influencias en la policía, si lo denunciamos no servirá de nada.
-¿Y si se escapan? Esa era una idea algo descabellada pensó Staicy.
-Aunque nos escapáramos, él nos encontraría, y no tenemos dinero para escaparnos, quiero decir que si nos escapamos nos dejaría de dar dinero.