Callen y Lain oyeron con atención a Sabas.
—Lo más probable es que el juicio en contra de Blaise Lahoz sea pronto y no van a querer que se declare inocente enfrente de todos los miembros de la corte e incluso los presentes, es por eso que debemos adelantarnos primero. ¿Han oído hablar de las mini grabadoras mejor conocidas como grabadoras espías?
Ambos asintieron desentendidos.
—Tenemos que buscar la manera de infiltrarla en la prisión y dársela a Blaise.
—¿De qué servirá eso?— interrogó Lain.
—Como decía con anterioridad, el juicio vendrá pronto y no querrán que se declare inocente frente a la corte, por lo que lo más probable es que le hagan una visita antes de la sesión y traten de convencerlo de que se declare culpable.
—Y con convencer, ¿te refieres a amenazar?
—En otras palabras, si.
—¿Cómo sugieres infiltrar la grabadora?
—Déjenmelo a mí, tengo una idea— se ofreció Sabas con seguridad.
—¿De dónde has sacado tantas ideas?— interrogó Callen con curiosidad.
—Dramas— respondió desinteresado.
Lain y Callen lo observaron con extrañeza.
—¿Qué?, no me juzguen, soy un hombre sensible que ve dramas— se defendió.
Lain y Callen no pudieron evitar soltar una risa, a lo que Sabas los observó con molestia.
—Lo siento, Sabas. Solo que no puedo imaginarte llorando por una historia cliché de romance— explicó Callen.
—Voy a reírme yo de ustedes cuando logremos comprobar la inocencia de Lahoz gracias a los dramas.
Sabas encendió el vehículo para llevarlos de vuelta a la estación.
Sabas se adentró en la estación y tomó asiento en su escritorio para seguidamente encender su computador y realizar la compra de la mini grabadora.
—Volveré en unos minutos— avisó Sabas para posteriormente retirarse de la estación.
—Bien, agente Tous, ¿cuál es el siguiente paso?— interrogó Lain a Callen.
Callen sonrió al ser llamado con el apellido de su padre adoptivo.
—Aún se siente extraño el hecho de llevar el apellido de mi padre.
Lain apoyó una de sus manos sobre el hombro de Callen.
—Me alegra que te hayas encontrado con tus padres.
Lain avanzó hacia su escritorio para seguidamente tomar asiento.
Callen se recostó sobre su silla y la visita a sus padres le vino a la mente.
"—¿Qué hay del juguete resguardado en el ropero?— interrogó Callen a Cyrene.
—¿El juguete?— Cyrene lo miró extrañada—Oh, ¿te refieres al oso de peluche?
Callen asintió.
—En cuanto lo tuve entre mis manos, una imagen pasó por mi mente—Callen inclinó la mirada—Una imagen de Millana en dónde me daba el oso de peluche.
—El día que nos conocimos en el orfanato, llevabas el oso entre tus manos y ha sido tu juguete favorito desde que tengo memoria.
—¿Entonces no fueron ustedes quienes me lo regalaron?
Cyrene negó con la cabeza.
—Me temo que no"
En ese momento, el teléfono de Callen sonó y rápidamente lo tomó.
"Salamone"
Leyó en un mensaje proveniente de un mensaje desconocido acompañado de una foto en la que podía observarse una sudadera roja y pantalones negros.
Rápidamente, presionó el icono de llamada y luego de unos cuantos tipidos, no hubo respuesta del otro lado.
—Athan, rastrea el número que acabo de enviarte— pidió Callen.
Athan asintió y en el programa de rastreo ingresó el número brindado por Callen.
—No hay datos— informó Athan.
—¿No hay datos?
—Lo más probable es que se trate nuevamente de un teléfono descartable.
Callen rascó su cabeza con frustración.
—¿Qué quiere decir Salamone? — interrogó Callen inmediatamente.
—¿Salamone?— repitió—Déjame buscarlo.
Athan comenzó a teclear en su computador y unos cuantos resultados aparecieron en el.
—Ven a ver esto— pidió Athan a Callen.
Callen se levantó de su silla para seguidamente acercarse hasta Athan y llevar su mirada hacia el computador.
—¿Un arquitecto?— indagó Callen.
—Así parece.
—¿Qué quiere decir?— pensó Callen en lo alto.
—¿De qué hablas?— preguntó Athan.
Callen tomó su teléfono y lo depositó sobre el escritorio de Athan.
—Creo que es él— dijo señalando el mensaje recibido—Pero no estoy seguro de lo que quiere decir.
—¿Tal vez está tratando de distraerlos?. Salamone cuenta con más diez treinta obras realizadas.
—¿Qué hay de la foto?— se desesperó Callen—Puede que sea lo que llevaba Jayden.
Lain rápidamente se acercó hacia ellos.
—¿De qué hablas, Callen?— interrogó Lain.
Callen tomó el teléfono y le enseñó el mensaje.
—¿Qué es esto?
—Acabo de recibir ese mensaje, pero no dice más que esa palabra y la foto adjuntada.
Lain observó la foto con detenimiento.
—¿Piensas que puede tratarse de Jayden?
—No lo sé, es lo que temo.
—¿Y qué quiere decir Salamone?
—Es lo que intentamos averiguar, pero no dice más que se trata de un arquitecto que construyó alrededor de treinta obras a lo largo de la ciudad.
—Entre sus obras se destacan, edificios municipales, mercados, residencias, bóvedas y mataderos— informó Athan.
—¿Qué hacemos, Lain?— interrogó Callen con desesperación.
—Puede ser una pista para encontrar a Callen como puede ser solo una distracción.
—¿Una distracción? Si han encerrado a Blaise en su lugar, lo que quiere decir que la policía no lo buscará más. ¡Está jugando con nosotros al igual que lo está haciendo con la vida de Jayden!
—¿Y entonces que hacemos? ¿Desplegamos oficiales en cada una de las arquitecturas?
Callen no emitió respuesta alguna.
—Ni siquiera sabemos si se está refiriendo al arquitecto.
—¿No crees que tendría que utilizar una palabra que podamos entender y buscar con facilidad?
—Agente Messinas— llamó Athan.
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Editado: 07.11.2024