Victoria:
Los chicos y yo nos miramos, creo que todos menos Sanka coincidimos en que eso no va a pasar.
— ¿Vigilarnos? —pregunta Zaphire incrédula—, No pensamos convivir con ustedes.
—No es una propuesta, bombón —dice Gravity—, es algo que pasará. ¿Es que quieren morir?
—Para ser honesta, prefiero morir —espeta con desafío y Cameron le da un codazo leve.
—Creo que no comprenden —dice Zed—, ustedes no tienen derecho a opinar absolutamente nada, lo que nosotros decimos es lo que ustedes harán porque, supérenlo, pagamos por ustedes.
— ¡Somos personas, no objetos! —exclamo.
— ¿Y por qué no se lo dices a tu madre que te vendió como a uno? Oh, cierto, está desaparecida o muerta, como quieras decirlo —contesta Zed acercándose—. Tú no eres más que una Ancla para mí y para los demás, si quisiera podría matarte en un abrir y cerrar de ojos, Pitoria. No me provoques, no me cuesta mucho encerrarte en algún lugar, te necesito viva, no en buenas condiciones y rodeada de lujos.
—Sin mí, tú no eres nada —Lo enfrento y siento un puño en mi mandíbula.
El intenso dolor me llena la visión de puntos negros y caigo de manera vergonzosa al suelo.
—Ubícate, humana —escupe Gravity—, sin nosotros, tú tampoco eres nada.
Zed la mira con aprobación y se acerca a Xavier, el híbrido de cabello rojo oscuro y ojos celestes que acaba de aparecer.
—Hola, querido Lowell, ¿Cómo va tu vida? —Habla en tono burlón.
— ¿Estás bien? —pregunta Cameron ayudándome a levantarme.
Escupo sangre al suelo y el dolor es bastante intenso, como si una piedra me hubiese impactado el rostro.
— ¿Y? ¿Ahora se dedicarán a golpearnos cuando les decimos la verdad? —pregunto con sorna enderezándome—. Terminarán como Brad a ese paso.
—En serio, Zed, silencia a tu Chihuahua —dice Keyler mirándome de arriba abajo.
—Tú no te atrevas a tocarme —Le espeto al híbrido de ojos verdes—. Deberían tratarnos mejor luego de todo lo que nos han hecho.
—Pobre niña, la vida es tan injusta para ella —Se burla Aqua, la híbrida de Zaphire—, deberías conocer tu lugar.
— ¿Mi lugar? —digo incrédula—, mi lugar es con mi hermano, mi lugar es en una universidad, ¡Mi lugar es una vida normal, no aquí soportando sus órdenes como si fuese un perro!
Estoy furiosa, solo he visto al híbrido cuatro veces en mi vida y sigue siendo una maldita basura. La única que se relaciona con su híbrido es Sanka, Cameron solo ha visto a Skylar una vez y apenas recuerda su rostro. Lowell se lleva mal con Xavier, Aqua es distante con Zaphire y Gravity sería capaz de asesinarnos a todos de tener la oportunidad.
Las veces que vi a Zed se comportó como una piedra conmigo, frío, intocable y molesto con el mundo. Ahora que está con sus amigos, debe sentirse más seguro, lo suficiente para provocarme con ese tipo de cosas.
Mis palabras tardan segundos en tener efecto sobre mi híbrido, sus manos aferran mi cuello y mi espalda golpea una pared en tan solo un momento. Ahogo un grito por la sorpresa.
—Cuidado con lo que haces —digo y aprieta más su agarre.
— ¿Tienes alguna idea de lo sencillo que sería para mí destrozar tu tráquea? —pregunta, su caliente respiración golpea mi rostro y sus ojos teñidos de rojo me miran con furia—. No te atrevas a desobedecerme, Victoria, pagué por ti.
—Y tienes lo que querías, pagaste por un Ancla, no por una maldita sumisa —aclaro y le escupo en la cara—. Si quieres una, vé y búscate otra.
No va a matarme, no soportaría la idea de desaparecer, lo sé. Podrá golpearme, podrá insultarme, pero no va a asesinarme.
—Tal vez no pueda matarte a ti, pero no tengo problema en desaparecer a tu hermano —dice Xavier y siento un escalofrío recorrerme.
—Si lo matas, da por sentado que voy a suicidarme —aseguro forcejeando contra el híbrido, pero no me suelta.
—Nada mal, ¿Verdad, muchachos? —dice Zed, presumiéndome como si fuese una esclava rebelde.
—Demasiado escandalosa —masculla Aqua acercándose a Zaphire para pasar su brazo por sus hombros—. Es hora de ir a casa.
—No pienso compartir habitación contigo —digo retorciéndome.
En estos momentos, odio ser humana.
—Una pena —dice arrojándome al suelo, una silla me golpea el estómago y pierdo el aliento—, no pienso dormir en un sillón.
~•°•~
El ascensor nos deja en el cuarto piso del edificio del que Phanton es dueño, es una de las personas más importantes en el mundo paranormal, tiene una fortuna y poder político.
El edificio está ubicado en un barrio privilegiado, rodeado de casas lujosas y la estructura no es la excepción, es moderno y refinado.
No, no debería quejarme. No vivo mal, no gano mal, no la paso mal.
Pero eso no impide que lo vea como un contrato que me da poco y pide mucho. Lo material es poco, mi vida es mucho.
Vivo en el departamento A, es uno con dos habitaciones, una para Ryan y otra para mí. Lilith le tiene un extraño aprecio que no termino de comprender, por lo que nos beneficia bastante a ambos; no puedo evitar pensar que ésto a la larga nos costará muy, muy caro.
Estoy ahorrando para su universidad, necesito sacarlo de aquí lo más rápido posible, necesito que tenga una vida medianamente normal, alejarlo de todos estos problemas que me persiguen desde que mamá fue poseída y se marchó.
— ¿Quieres apresurarte? —protesta Zed cruzándose de brazos, con un enorme bolso colgado en su hombro derecho.
Sus ojos verdes lucen aburridos.
Meto la llave en la cerradura y abro la puerta para poder entrar, seguida del híbrido, el cual cierra la puerta tras de sí.
La pequeña sala de estar, con un sofá azul oscuro y una alfombra afelpada que compré en una tienda de descuento, aparece a mi vista, iluminada por la luz de luna que se filtra por el gran ventanal que da al balcón.