Somos Veneno.

03.

Cameron:

Realmente nunca he visto su rostro.

La única vez que vi a Skylar estaba de espaldas y traía una capucha puesta, sé que es algo alta, aunque no más que yo. Sé que tiene el cabello rubio y unas piernas largas. Ni siquiera la he oído hablar. Pero sobre todo sé que debe despreciarme o tenerme rechazo, porque jamás vino a verme, hasta Gravity visitó más veces a Lena.

A veces, en mis sueños, puedo verla, pero siempre es como si fuese ella, como si estuviera en su cuerpo. Veo las barbaridades que hace, la gente que asesina, los infelices con los que se acuesta y las fiestas a las que asiste.

Por suerte sucede con poca frecuencia.

Los demás me preocupan, Victoria detesta a Zed, Gravity es capaz de romperle una pierna a Lena si hace algo que no le gusta, Lowell y Xavier podrían empezar una pelea en cualquier momento, Aqua es demasiado posesiva para Zaphire y Keyler siempre discute con Sanka.

Lena entra en el restaurante, con el uniforme diurno que consta de una camisa blanca, unos pantalones negros y un jersey dorado encima. Luce como si no hubiese dormido en toda la noche, con marcadas ojeras y mirada cansada.

«Oh, Lena...»

- ¿Estás bien? -pregunto acercándome y ella asiente con lentitud.

-Gravity es la mujer más irritable y malhumorada que he conocido en mi vida -murmura mientras me ayuda a colocar los platos en cada mesa-. ¿Entiendes que me arrojó un cuchillo por decirle que baje la música? No pude dormir en toda la noche. Le gusta el heavy metal y al parecer no duerme.

-Lo siento -musito masajeando su espalda, se ve adolorida y cansada.

Nosotros descansamos poco tiempo, cuatro horas solamente. El turno diurno comienza a las once del mediodía y finaliza a las seis de la tarde, mientras que el nocturno empieza a las ocho y termina a las siete de la mañana. No puedes faltar, si estás enfermo, debes asistir igual, si tienes una lesión, trabajas en la cocina ayudando. No puedes quedarte dormido, no puedes simplemente irte antes de tiempo ni nada por el estilo. Solo es posible si alguien toma tu turno y es lo que usualmente hago, tomo los turnos de ellos porque no puedo verlos así.

Porque son lo único que tengo y si los pierdo, no sé qué haré.

A veces se niegan a aceptarlo, pero se sienten tan mal o decaídos que no pueden evitarlo, tampoco es como si los tomara para que disfruten de la vida, solo lo hago cuando es muy necesario.

Los ojos oscuros de Lena me miran con agradecimiento.

-Creo que iré al baño a sentarme, si me ven en las sillas... Ya sabes lo que pasará -musita y comienza a caminar cuando termina de colocar los platos en la mesa tres.

-Hey, yo puedo cubrirte -ofrezco.

-No, Cam -Me mira con lentitud y bosteza-, no quiero volver a casa y encontrarla allí. Ya bastante que me acompañó hasta el trabajo, fue tan rígido y horrible...

-Vé a la mía, tonta -digo lanzándole las llaves que llevo en mis bolsillos, la atrapa-, mantente lo suficientemente despierta como para abrirme cuando llegue.

- ¿Qué sucede, chicos? -pregunta Zaphire acercándose en el mismo estado que Lena, aunque ella tiene un moretón en la mejilla-. Veo que se han encargado de las mesas, iré a limpiar la cocina.

-Zaph, ¿Qué te pasó? -pregunta Lena acercándose como si se hubiese despertado de su trance.

-Aqua no es precisamente alguien muy simpático y yo tampoco, no pienso dejar que llegue y se adueñe de mi casa. -explica con voz firme-. No es nada, la he pasado peor.

- ¿Qué sucede con estos monstruos? -Ruedo los ojos-. No pueden llegar de la nada y maltratarnos como si no fuésemos nada.

-Exacto, pero, ¿Qué se supone que hagamos? -exclama Lena tocando cuidadosamente la mejilla de Zaphire-, Son demonios, son invencibles, son implacables. Nosotros no somos más que muñecos de trapo a su lado.

-Estoy bien, Lena, solo es un golpe -masculla ella tomando la mano de la otra-. Tenía la esperanza de que tuvieras algo de maquillaje, los comensales harán preguntas o pensarán cosas.

-Buenos días, empleados -dice Wek acercándose con su oscuro cabello bien peinado y el uniforme diurno, sus gafas son de un marco color azul ésta vez-. ¿Y ese rostro, Gregor? -Le pregunta a Zaph.

La toma de la barbilla con brusquedad y precisión, un rápido movimiento.

-Tengo maquillaje para eso, acompáñeme. -ordena dejando su bolso en mis manos y caminando hacia los vestuarios, seguido de ella.

-Y fue la primera noche -comenta Lena-, ¿Qué nos espera?

-Deben dejar de provocarlos -musito caminando hacia los vestuarios para dejar el bolso de Wek y ver qué hace con mi amiga.

Cuando llegamos ya está aplicando el maquillaje sobre la zona, Zaphire hace muecas de dolor, pero cuando nos ve, trata de disimularlo.

-Deben ponerse en su lugar -dice el gerente-, ustedes son humanos Ancla, fueron vendidos, ¿Es justo? Tal vez no, ¿Es agradable? Por supuesto que no lo es, pero la vida no es buena para todos. Si no provocan a los híbridos, ellos los dejarán tranquilos, y por favor, no se dejen llevar como hizo la señorita Steph ayer o ligarán algo peor que una paliza por parte de esas criaturas. -espeta-. Phanton aprecia a sus aliados y no tendría problema en sancionarlos si se pasan con sus híbridos. No lo hizo aún porque Steph es alguien que trabaja muy bien, de no ser así, ella ya estaría encerrada en el sótano del restaurante por los próximos meses.

Escuchar eso me saca de balance. No puedo imaginar a Vics encerrada en el sótano, en la oscuridad y sin su hermano Ryan, es su todo. Ella fue la única que tuvo el valor de decir lo que todos pensábamos. Bueno, todos menos Sanka.

Y la golpearon horriblemente por eso, ¿Quién sabe cómo amanecerá hoy luego de todos esos golpes? ¿Cómo saber si no recibió más?

-La vida es triste, gente -dice Lowell apareciendo en la puerta, con su cabello castaño despeinado y la camisa mal abotonada-. Tuve una noche de mierda.




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