Somos Veneno.

26.

Zed:

—Debemos hacer algo —digo mirando al grupo.

Xavier me mira con curiosidad, Aqua no ha dado señales de vida, Gravity luce más malhumorada de lo normal y los mellizos se ven bastante tensos.

—No podemos huir de los ángeles y ahora de Phanton por el resto de nuestra existencia —espeto—, además de eso, Lilith está aliada a él, no nos dará más Anclas.

—Podemos conseguirlas de otro modo —dice Gravity—, pero no podremos escondernos por mucho tiempo. Phanton tiene ojos en todos lados.

—Tiene demasiado poder, no podemos actuar contra él —masculla Xavier cruzándose de brazos.

Le doy una calada a mi cigarrillo y suspiro.

—Salimos de una y nos metemos en otra —musito—. Wek dará con nosotros de alguna forma.

—Rosen me protege —dice Skylar caminando hacia el otro lado de la habitación y apoyándose en la pared—. Podría hacer un arreglo para que sea lo mismo para todos.

Me la quedo mirando.

— ¿Rosen? —murmuro—, ¿Qué haces metida en eso?

— ¿Importa? ¿Crees que iba a depender de Phanton toda mi vida? Es mejor así.

—No tienes idea de en lo que te metes, Skylar —espeto levantándome.

—Por favor, Zed, es tarde para advertencias, estoy metida hasta el cuello con ellos —masculla—. Puedo conseguirles un lugar allí.

—No quiero trabajar para nadie —exclama Gravity arrojando un jarrón contra la pared, se hace pedazos—, quiero ser libre de toda esa basura. Nos estamos metiendo en lo mismo, ser esclavos de alguien más, que nos prometan protección que no nos darán, ¿no lo entienden?

—Estamos acorralados —dice Keyler—. No podemos escondernos en ningún lugar, estamos perdidos.

—Siempre tan positivo —dice su hermana estirándose—, podemos salir de esto.

— ¿Metiéndonos en Rosen? ¿En una maldita mafia de asesinos donde nos usarán como perros? —escupo.

— ¿Acaso tienes una mejor idea? —refuta  ella—, Vamos, dila.

—Victoria está con la ONP —digo y un silencio tenso se esparce entre nosotros.

Mi lazo con ella es cambiante, a veces es físico de una forma en la que si me lastimo, ella también; tal y como el que Gravity tiene con Lena. Otra veces, puedo meterme en su mente, como Xavier con Lowell y en ocasiones extrañas, puedo ver a través de sus ojos si me concentro lo suficiente, como hace Skylar con Cameron.

La vi allí.

En la Organización Nacional Paranormal, quienes deberían parar con el negocio de Phanton y con la tiranía de Rosen. La policía para criaturas paranormales. Su madre la ha llevado allí, se ve que tienen una especie de trato.

Me será difícil recuperarla.

Pero tal vez podamos llegar a un acuerdo con esa gente.

— ¿Y bien? ¿Crees que podemos ir, tocar la puerta y pedir su ayuda? —exclama Gravity—. Somos criminales, Zed. Asesinamos miles de personas y criaturas a lo largo de nuestra existencia, nos metimos con Phanton, nuestros trabajos eran de lo más ilegal que puede haber.

—Lo sé, pero no nos queda de otra —mascullo—, si queremos sobrevivir a lo que se viene y ser alguna vez libres, debemos dejar todo esto atrás.

—Yo paso —dice Skylar levantando sus manos en señal de rendición—. No voy a tirar lo que logré a la basura por esta idiotez, les ofrecí mi ayuda, si no la quieren, que les vaya bien entonces. No arriesgaré mi cuello y libertad, no ésta vez.

— ¿Crees que Rosen te da libertad? Creí que eras más inteligente —espeto y me mira de arriba a abajo.

—También creíste que te amaba seguramente —refuta y alzo las cejas con indignación.

—Tremendo balazo —exclama Gravity cruzándose de brazos.

—Calladito te ves más bonito, Zeddy —dice Xavier.

—Justo en el corazón —musita Keyler.

—Cierra la boca, Sheridan —farfullo levantándome.

—No, tú cierra la boca. Si quieres ir y quedarte encerrado en la ONP es cosa tuya, pero no arrastrarás a mis amigos contigo —dice ella acercándose—. Piensa antes de actuar, Kabock, sigues siendo un impulsivo, por este mismo motivo te arrancaron las alas...

Hago ademán de atacarla, pero Gravity es más rápida y me da un fuerte empujón.

—Cuidado con lo que haces —dice mirándome con sus ojos teñidos de rojo y luego mira a Keyler—. Y tú protege el trasero de tu hermana que ella lo hizo por ti muchas veces.

Su mellizo solo se encoge de hombros.

—Saben que mi expulsión del Cielo no es un tema que deban tocar, lo saben perfectamente —exclamo y carraspeo—. Esta reunión termina por hoy, no importa si funciona o no, voy a recuperar a mi Ancla antes de que rompan el lazo.

~•°•~

Victoria:

Estoy temblando bajo las mantas, en verdad siento como si me congelara por dentro, como si el hielo se impregnara en mí y quema mucho.

—Esto será un dolor de cabeza, lo presiento —dice mi madre quitándome las frazadas de encima—. Tienes fiebre, muchísima. Así que levántate y ve a darte una ducha fría.

—P-Pero muero de frío...

Rueda los ojos y me levanta como si no pesara nada.

—Ya estás grande para que deba ayudarte tu madre con esto —masculla mientras camina hacia el baño y me para en la ducha.

Ni siquiera espera a que me desnude, solo abre la llave del agua fría y un chillido se me escapa.

La miro con algo de rencor y sonríe de lado. Ese gesto me pone nostálgica. Viste algo más básica que antes, con una remera negra y holgada, unos pantalones militares y unas botas cafés.

— ¿Q-Quieres i-irte? Me ducharé —digo abrazándome con mis brazos.

Ella cierra la cortina y oigo sus pasos irse.

—No tardes demasiado.

Cierra la puerta y suspiro. Salgo de la ducha y me sostengo del lavabo. Me miro al espejo y mi mandíbula inferior tiembla mientras las lágrimas caen por mis mejillas.

Mis ojos han cambiado tan radicalmente que no puedo creerlo. Me han convertido en un monstruo por un capricho.




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