Narra Noel:
Contuve el aliento muchas veces y no podia ni siquiera mirarla a los ojos directamente, Daniela me hacia sentir de muchas maneras. ¿Como es que ella podia hacerme esto era solo una simple adolescente caprichosa? Pero que iba hacer, no podia evitarlo. Terminamos de comer y luego nos fuimos a caminar un rato. La noche estaba perfecta y su vestido azul hacia que fuera mejor aun.
Tome su mano como si siempre lo hubiera hecho. Ella ni siquiera lo noto, no se preocupaba por eso, ni siquiera le molestaba que estuviera haciendolo. Creo que podria decir que ella me hacia sentir tan bien, que podria estar asi toda la vida. Ella se quedo mirando al cielo y nos dimos cuenta que estaba por llover. No nos dio ni tiempo a ocultarnos bajo un techo que estaba de un lugar. Nunca me solto de la mano y cuando la encontre frente a mi, estabamos tan cerca que tuvimos que juntar nuestros cuerpos y podia hasta sentir su corazon latir
-Noel..
Mi nombre era algo maravilloso que resonaba en mis oidos todo el tiempo. Sin dudarlo ni un segundo mas la tome en mis brazos y la bese apasionadamente. Ella recorria mi espalda con sus manos hasta llegar a mi rostro para acariciarlo.
-Daniela..
-Me quedo mirando-
-¿Que pasa?
-Nunca me dijiste Daniela.. siempre fui Nelson para ti -Dijo sonrojada
-Sonriendo- Eres perfecta, eso es lo que eres
Los besos se iban a otro nivel. Debia hacer algo al respecto, queria mostrarl que podia amarla, que podia estar con ella, que podia cuidarla otra noche mas. Subimos a mi auto.
-¿Tomamos un cafe en mi casa? Luego te llevo
-Si, claro, no hay problema
-Arranque-
Los dos sabiamos que no iba a pasar mas que eso, que los dos queriamos que pasara de una vez por todas.
Al llegar a mi casa, Daniela ni siquiera me dio tiempo a llegar a la cocina. Ella me tomo en sus brazos y comenzo a besarme apasionadamente. Terminamos los dos contra la pared, desnudandonos rapidamente, no podiamos mas, sabiamos que esto iba a pasar y estaba contento por eso. Llegamos a mi habitacion los dos en ropa interior nada mas.
-Noel.. -Dijo agitada-
Caimos en mi cama sin parar de besarnos. Le quite la poca ropa que le quedaba y ella hizo lo mismo conmigo, estaba listo para hacerla mia de una vez por todas. Los vidrios se empañaron esa noche, y las sabanas de mi cama fueron las testigos de todas las marcas que quedaron en ellas.