01 La Separación

Eran las ocho de la noche, los niños ya estaban dormidos y en la entrada del apartamento estaban las maletas con la ropa y pertenencias de Freddy. Sentados en la sala estaban Raíza y Freddy estaban de su inminente separación.

- No lo entiendo Freddy. ¿Ya no me amas? ¿No te gusto como mujer? ¿En qué te he fallado? – dijo a Raíza llorando desconsoladamente

- Te amo igual que el primer día y jamás necesite ninguna otra mujer que no seas tú, después de todos estos años aún eres mi todo, eres mi universo, me llenas totalmente, sigues siendo la única mujer que amo y nunca me has fallado como mujer, me has dado mucho más de lo que cualquier hombre necesita, pero siento nunca fui suficiente para ti

- ¿Cuál mentira? No entiendo ¿Tienes alguna enfermedad sexual? ¿Hay otra mujer? ¡Explícame!

- No hay otra mujer, como te dije antes has sido la única en mi vida y no he contraído ninguna enfermedad sexual. Solamente necesito irme para poner en orden mis ideas.

- ¿Cuándo regresaras?

- No lo sé. Quizás nunca.

. ¿Dónde vivirás?

- Por ahora, en casa de Rubén. Cualquier cosa que necesites para los niños, puedes llamarme allí.

Raíza comenzó a llorar suplicándole que no se fuera, pero Freddy se dirigió hacia la puerta, agarró sus maletas, entró en su automóvil y se fue. Raíza se preguntaba el porqué de la separación, Freddy no dio ninguna razón para separarse, todo lo contrario, le dijo que para él ella era la única mujer en el mundo para él y ni siquiera se justificó con una amante.

Lo que si le dejó en claro Freddy es que ella no sentía lo mismo por él, cuando en realidad Freddy era el único hombre que la había llenado como mujer a Raíza todos estos años, para ella él era el sol y su universo, no había nada que por amor él no hubiese hecho por ella y viceversa. Raíza no entendía si en el amor se acoplaban a la perfección ¿Por qué se había ido sin dar explicaciones?

A pesar de que las lágrimas corrían por las mejillas de Freddy, logró con bastante dificultad a la casa de su amigo Rubén, se detuvo delante de la casa, se bajó del automóvil con sus maleteas y Rubén lo alojó en una habitación que había arreglado para él.

- ¿Estás seguro que esto es lo que quieres? Raíza es una mujer razonable, no hay nada que no puedas preguntarle que ella no conteste, sabes que te ama muchísimo – dijo Rubén

- Yo también la amo sobre todas las cosas y no sé cómo podré vivir sin ella, pero no tengo otra opción, si le hago la pregunta correcta, temo mucho a su respuesta y prefiero ser yo el que deje la duda y no ella.

- No te entiendo Freddy y estoy seguro que Raíza tampoco lo entiende. Insisto en que debes preguntarle todo lo que de ella tengas dudas, pero en fin te dejo con tus pensamientos. Buenas noches Freddy