4 años después
Ese día se llevaba a cabo la primera exposición de arte de Angie en Francia, el viaje había sido una nueva experiencia para ellos, ya que era la primera vez que viajaban fuera del país.
Angie había progresado como artista, su prolífica carrera empezaba a despuntar de forma internacional, por eso cuando surgió la oportunidad de viajar fuera del país para presentar sus obras. Tomás, no dudó en pedir vacaciones para acompañarla a celebrar su éxito. Después de titularse en sus respectivas carreras los dos tomaron la decisión de regresar a vivir al puerto de Veracruz, el rinconcito de cielo que vio nacer su amor.
Tomás encontró trabajo de forma casi inmediata en una nueva empresa que se acaba de instalar en el puerto, le gustaba su trabajo y disfrutaba del ambiente laboral, pero lo que más le encantaba era que al regresar a casa, su niña bonita era feliz a su lado. De los errores que un día los separaron, solo quedaba el recuerdo, que, aunque se prometieron olvidarlo no lo hicieron debido a que de alguna u otra forma eso los ayudó a llegar el punto en el que se encontraban.
Cuando terminó la exposición de Angie la gran mayoría de los cuadros pintados por ella se habían vendido, al parecer su trabajo era admirado no solo en su país sino también fuera de el.
―¿Eres feliz? ―indagó Tomás abrazándola por la espalda mientras estaban frente a una pintura de un alcatraz rosa.
―Muy feliz. ―contestó con una sonrisa en la boca―. Nunca imaginé que se podía llegar a ser tan feliz. ¿Tú lo eres?
―Soy el hombre más feliz que existe sobre la tierra. Tampoco imaginé que el cambio que tanto temía me trajera a este momento en donde no me hace falta nada. Nunca esperé que al llegar al puerto me encontraría con nuevas oportunidades, pero lo que más agradezco es haberte conocido. Eres lo mejor que me ha pasado en la vida. ¿No te hace falta nada?
―No ―contestó contundente, pero feliz―. Con tenerte a ti a mi lado es más que suficiente para saber que la felicidad existe aunque a veces tarda en llegar. También eres lo mejor que me ha pasado en la vida, aunque tuvimos nuestros tropiezos salimos adelante, no hay nada de lo que me arrepienta a tu lado. Te amo. ―dijo, antes de pasar sus brazos alrededor de la nunca de Tomás y acercar sus labios a los de él, para perderse en un profundo beso de amor―. ¿A ti te hace falta algo?
―Nada. Solo necesito permanecer a tu lado para ser feliz. Te amo. ―sentenció antes de que se besaran nuevamente.