Sonrisas de metal y hierro (poesía)

II. No te digo

No te estoy diciendo

que perdonando olvides.

Aún incluso

mi cabeza no se perdona

y mi corazón no lo olvida.

Que eras tú la elegida

para alejar

a las consentidas y los días negros

de remordimientos

y de mi particular vagar

por las calles del mundo

de capa caída.

Que tus cabellos dorados

tenían

la fórmula perfecta

para tener un firme caminar:

dejarse llevar.

Esas palabras

que yo no entendía

porque parecían estar escritas

con tinta china.

Las mismas que no escuchaba

porque el diablo

disfrazado de ella

la oreja me mordía

cada vez que me convencías.

Lo pensé en su momento:

que me arrepentiría.

Que volvería.

Hasta tú estoy seguro

lo sabías.

Que otra oportunidad

no me darías

y que esto saborearías.

No te culpo

es lo justo.

No te digo que vuelvas

ni que quiero volver.

No te repito que lo siento

por enésima vez.

No lo hago y no lo haré.

Nunca lo hemos hecho.

Y mientras

pues que pase el tiempo.

Vendrá un bandolero

que te robe hasta el cuerpo

con el que yo no pude.

Me quedaré solo

pensando que

una vez te perdí.

Que te tuve.



#3145 en Otros
#861 en Relatos cortos
#767 en Joven Adulto

En el texto hay: poesia, relatos, amorimposibe

Editado: 09.09.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.