Una Pequeña Lágrima.
Huir. Era la única forma de no salir lastimada nuevamente, era la única forma que veía de no lastimar a los demás.
Era el momento de escaparme de mi. Por suerte el Sr. Clain tenía más de una ventana en la pequeña casa, y una de ellas estaba en mi habitación.
Tomé una campera y la mochila del colegio, que aún llevaba alguna cosa, puse un par de calcetas, un vestido lila, mis tijeras, y todas las monedas que contenía la barriga de mi Chanchita.
Me iría lejos. No sabía a donde ni cuando llegaría pero sabía que debia hacerlo. Al contrario de lo que pensaba Anna, yo no estaba huyendo. Yo iba a enfrentarlo. Si el asesino de mis padres estaba allí fuera, yo lo atraparía.
Esta campera traía consigo calor y malos recuerdos, era la misma que usaba cuando me sacaron de la casa de mis tíos . De aquella horrible escena, de la cual era culpada.
Quiza lo era. Es difícil no saber la mitad de las cosas qué haces.
Abri la pequeña ventana sin barrotes y lance mi mochila por la misma. subí a la cama utilizándola como escalón y pase una pierna, luego giré la otra para sacarla, me volteé y salté. No lo descubriria en un largo tiempo ya que me había tomado las molestias de trancar por dentro la puerta y mullir las almoahadas para que me suplantaran en la cama.
Me pareció feo dejarlo y ya, así que le dejé una pequeña nota.
Y haciendose ya las cinco de la madrugada, comence a correr.
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15 HORAS MÁS TARDE.
Comenzaba a sentir algo de frío y la oscuridad de las habitaciones no era de mi agrado. Aparte de eso, dentro de la habitación de mis padres aún estaba la sangre seca en el piso al costado de la cama.
Pero mi cuarto aún seguía siendo mi cuarto. Pese a la molesta cinta amarilla que inpedia el paso. Pero mi tijera no entendía de impedimentos y fue sencillo abrirse camino con ellas.
Una vez oí decir a el Sr. Clain que los asesinos siempre volvían a la escena del crimen. Era una conversacion sobre un caso de un hombre que había asesinado a su mujer, porque le había pedido el divorcio, o algo así . Al parecer el hombre volvió a donde había cometido asesinato y simplemente contempló el lugar.
Si ese era el caso para todos los asesinos yo encontraría al asesino del ojo.
Mi cama se sentía rara, y no podía dormirme. Decidí que era mejor vagar por ahí así que tomé un encendedor que había agarrado de la cocina del Sr. Clain y con su ayuda para alumbrar el camino, bajé las escaleras y camine hacia el baño , cruzando el living.
Miraba las paredes y veía sangre .. veía movimiento, personas y escuchaba voces. Era como soñar estando completamente despierta.
Y no se como hice para llegar a aquel lugar. Pero cuando pude ver ya estaba allí. Caminé por otro pasillo que me guiaba a aquella puerta. La puerta de mis sueños. Entré.
Habian cuerdas en los fierros de una cama vieja. un velde que olía muy fuerte a orines, cerca de la cama y una cámara de video justo enfrente. La tomé. Podría jugar con ella luego.
No llevaba casi batería así que la guardé y seguí investigando el lugar.
No se sentia como mi casa. Y es que no recordaba muchas cosas de ella. Como las plantas marchitas del salón, o las extrañas pisadas que venían del exterior.
Volvi a encender el fuego, pero debía de cambiar de dedo ya que comenzaba a calentarse. Cosas que omiten las películas de terror. Eso, o los protagonistas tienen una extraña capa extra de piel en las manos.
Por cualquiera de las dos no me interesaba.
En el cuarto de mis padres, la cama aún seguía con la misma forma. La moqueta estaba manchada y la lampara que una vez reposaba en la mesa de luz estaba tirada en el suelo. Al menos lo que quedaba de ella.
Salte del susto al reflejarme en el enorme espejo de pie que había en una esquina de la habitación, y veía en mi mente a una mujer que fue mi madre alguna vez, sonreírle a la figura reflejada. Parada, tocando su pelo largo como lo era el mío y comenzando un nuevo día.
Ahora solo estaba manchado y lleno de polvo. Supongo que no lo usó en mucho tiempo.
Comence a volverme a mi cuarto pasando por el pasillo de las ventanas. Aún recuerdo haber visto una figura negra pasar por allí. Pero ya estaba todo muy oscuro y no me gustaba la idea de seguir caminando sola.
Aceleré el paso, ese pasillo era uno de los más escalofriantes que había visto en mi corta vida. Y Justo cuando estaba a punto de salir de allí escuché un vidrio romperse. Enmudecí completamente y me quede atónita, petrificada esperando oírlo nuevamente para reafirmar mi oído bueno.
Era él. Tenía que serlo.
Volví a escuchar un crujido y corrí. Corrí velozmente subiendo las escaleras de pino aún manchadas y cerré detras de mi la puerta de la habitación. ¿ Que podía hacer ? Quizás no lo habia planeado del todo bien.
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Editado: 30.06.2021